¿Por qué Aguerre es mejor que Montero y Quintana? | OneFootball

Parce, lo primero que hay que decir es que Washington Aguerre no llegó al DIM a ver si sí o si no. El man aterrizó con la actitud de un líder de vestuario, de esos que meten orden y corazón. Mientras otros se quedan en los flashes y las entrevistas, Aguerre te transmite esa vibra de guerrero silencioso, que responde cuando más lo necesitamos. Montero podrá medir 1.95 y Aldair tener buena prensa, pero el guacho Aguerre tiene lo que no enseñan: alma de ídolo.

¿Vos has visto los reflejos del man? No es chiste, parce. Cuando el Medellín está contra las cuerdas, aparece el uruguayo a meterle guante a lo imposible. Contra Nacional, contra América, contra quien sea. Montero tiene buenos momentos, sí, pero se le notan los bajones emocionales. Y Quintana, parcero, ha tenido errores de esos que te tumban partidos grandes. Aguerre es pura consistencia y personalidad en la raya. No tiembla. No parpadea.

Vos sabés cómo es esto: en el fútbol colombiano hay muchos que se agrandan con los contratos y se olvidan de jugar. Ahí es donde Aguerre marca la diferencia. El man no vino por turismo ni por vitrina; vino a ganarse el respeto del pueblo poderoso. Mientras Montero anda más enfocado en su peinado y sus polémicas con los árbitros, y Quintana aún está buscando reencontrarse, Aguerre está enfocado en atajar, crecer y ganar.

Aguerre lee el juego como un ajedrecista

Washington Aguerre – Foto tomada de Alejandro Calle en X

Hay algo que pocos notan: Aguerre tiene lectura de partido. Sale bien, organiza la defensa, y siempre está hablando con sus centrales. ¿Has visto a Montero dejando espacios por arriesgar de más? ¿O a Quintana dudando en la salida? Eso no le pasa a Washi. El man piensa antes de lanzarse, y eso, mi hermano, es jerarquía. No todo es volar bonito, también es saber cuándo y cómo hacerlo.

Parce, y si hay algo que enamora del guacho es cómo se ganó al hincha del DIM en tiempo récord. No necesitó diez temporadas ni títulos para que la gente lo sintiera propio. Se metió al corazón de la tribuna con atajadas, con entrega y con humildad. Es un arquero que conecta, que se siente nuestro. A Montero muchos aún lo ven con desconfianza, y Aldair… pues, la verdad, no ha calado así en ninguna hinchada.

No es el que más grita ni el que más gesticula, pero Aguerre manda. En la cancha es voz sin escándalo. Mientras Montero se mete en mil controversias y se pelea hasta con el clima, y Quintana duda hasta de su sombra, el guacho transmite seguridad. Y eso, en un arquero, es oro puro. Un equipo juega diferente cuando sabe que atrás hay un man que no se achica.

El DIM necesitaba un arquero con carácter, experiencia, y sobre todo hambre de gloria. Y ese es Aguerre, papá. Ni inflado por la prensa, ni sobrevalorado por su pasado. Él vino a escribir historia, no a vivir de la que hizo en otro lado. Por eso hoy podemos decirlo sin miedo: Aguerre es más arquero que Montero y Quintana, porque no solo ataja, sino que representa lo que queremos ver: garra, humildad y corazón poderoso.

Vale la pena mencionar que los últimos tres guardametas que han superado la barrera de los 500 minutos de imbatibilidad en el Fútbol Profesional Colombiano han sido Washington Aguerre, Aldair Quintana y Álvaro Montero, gracias a la información de Álvaro Hincapié.