Versus
·1 January 2025
Versus
·1 January 2025
Tantos nombres pasaron y parecía que no había forma de colocar a Paraguay entre los mejores de Sudamérica, como siempre estuvo, hasta que llegó él y la revolución inició.
Se tocó fondo en la Copa América 2024 y un nuevo intento de reencauzar el rumbo iniciaba. Gustavo Alfaro le había ganado a Paraguay en esta competencia dirigiendo a Costa Rica y ahora, el trabajo tenía que realizarlo desde este lado.
El plantel fue casi el mismo, aunque con algunos cambios claves, no había demasiado tiempo de trabajo, pero excusas de su parte nunca hubo y desde el inicio se vio algo completamente distinto en la Albirroja.
Aquel partido en Montevideo ante Uruguay fue una muestra de que se había recuperado algo tan vital de nuestra característica: la lucha por cada pelota, la lucha por el compañero en el campo, el carácter, la rebeldía, valores que parecían completamente perdidos.
Eso fue creciendo partido tras partido, se ratificó con triunfos en casa ante rivales importantes como Brasil, Venezuela y Argentina y empates fuera de casa como en la altura de Quito y de El Alto en Bolivia, además la ya mencionada igualdad ante Uruguay.
Y sí, son los jugadores los que entran a la cancha y hacen el trabajo, pero la llegada de Gustavo Alfaro a la Albirroja nos mostró la importancia fundamental del entrenador en un plantel no solo desde lo futbolístico, sino desde lo anímico.
Gustavo Alfaro nos devolvió la esperanza y ahora todos sabemos que cuando el Maestro habla, hay que escuchar.
Que en el 2025 esto se corone con la clasificación al Mundial y la felicidad de un país entero.
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