¿Por qué René Higuita es la representación pura de Nacional? | OneFootball

Parce, si hay un man que encarna el ADN de Atlético Nacional que aún tiene chances de llegar a los octavos de la Libertadores, ese es René Higuita. No estamos hablando de un simple arquero, sino de un loco genial que cambió la historia del fútbol con una camisa verdolaga puesta. Desde que llegó, ese man parecía salido de otro planeta: jugaba con los pies, salía del área como un crack y se mandaba unos lujos que nadie más se atrevía a intentar.

René no fue solo jugador, fue símbolo. En cada partido, su energía, su carisma y su forma de pararse en el arco reflejaban el espíritu rebelde y valiente del Verde. Él no era de seguir reglas, él las escribía. Y eso, parce, es exactamente lo que representa Nacional: un equipo que no le teme a nada, que se la juega con garra y corazón, que siempre va pa’ lante.

¿Vos sabés lo que fue ganarse la Copa Libertadores en el 89? René fue clave, parce. Nos regaló atajadas imposibles, liderazgo brutal y una confianza que contagiaba a todo el equipo. Esa copa no solo la alzamos con fútbol, la alzamos con el alma de Higuita latiendo en cada atajada en esos penales contra Olimpia. Desde ahí, quedó tatuado en la historia del club.

Además, ¿quién se olvida del escorpión? Eso no es solo una jugada, eso es un acto de arte verdolaga. Esos lujos eran su manera de decir: “Aquí está Nacional, el que juega bonito y sin miedo.” René no solo atajaba goles, daba espectáculo, volvía el arco una tarima donde se presentaba el verdadero show del fútbol colombiano.

El loco Higuita se volvió ídolo porque nunca se escondió, ni en la cancha ni en la vida. Con sus errores y aciertos, siempre fue auténtico, siempre fue real. Y eso, parceros, es algo que nosotros los hinchas del Verde valoramos: la autenticidad, la berraquera, el corazón bien puesto.

Hasta hoy, vos hablás de Nacional y automáticamente pensás en René. Su imagen, su risa, su melena, su locura… todo eso sigue siendo parte de lo que somos. Él nos representa porque fue capaz de ser grande sin dejar de ser de la casa, sin perder la esencia paisa, sin dejar de ser uno más de nosotros.

Por eso, Higuita no es solo historia: es el alma viva de Nacional. El Verde lo vio nacer como leyenda y nosotros, la hinchada más grande, lo llevamos en la sangre. Porque Nacional no solo se juega, se siente. Y nadie lo sintió como él.

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