El Nueve y Medio
·17 de julio de 2020
El Nueve y Medio
·17 de julio de 2020
La Superliga de Dinamarca se mantiene fuera del foco mediático para el espectador futbolero desde hace años. Principalmente, debido a la poca exposición que tiene, la calidad del torneo y el binomio casi inquebrantable que han sido Brøndby y Copenhague por muchas temporadas.
Fuera de suelo danés, la gente no tiene una razón de valor para verla. Ahora… individualmente, es un país que sigue recibiendo y creando nuevos talentos. En este artículo, repasaremos los diez que, a corto plazo, estarían más preparados para saltar a las grandes ligas.
Damsgaard es, quizás, de cara al futuro, el mejor proyecto nacido en Dinamarca. Su juego está claramente enfocado a la función de organizar ataques en campo rival. Precisamente, unos metros antes de entrar en el último tercio.
En esa zona, preferentemente desde el centro-izquierda para salir hacia su pierna diestra, evidencia una buena sinergia con el carrilero de lado opuesto para relucir su cambio de orientación; aún puede perfeccionarlo para que sea menos irregular. Su imaginación para inventar trayectorias de pase y golpeos es diferente al resto.
En conducción, es un jugador que todavía da la sensación de desplazarse lento pese a ser liviano y muy delgado de cuerpo. Esto, al mismo tiempo, le brinda una elasticidad importante para salir de situaciones de inferioridad o de acoso ante rivales más potentes en el cuerpeo.
Su relación táctica con el juego también es una debilidad ahora mismo; se acerca mucho al poseedor, oscurece líneas de pase y puede mejorar el timing para interpretar cuándo dejar de jugar en un lado y pasar a hacerlo en otro.
A la vez, es mejorable al interpretar los espacios. Aún así, estamos hablando de un jugador con unas condiciones técnicas que no se ven todos los años en Dinamarca.
Kudus es, junto a Damsgaard, un talento especial que ya una de las mejores ventas del club en su historia. Ni más ni menos. Un futbolista ghanés procedente del convenio que presenta la entidad nórdica con la academia de formación africana “Right To Dream”. Ahora, ha sido fichado por el Ajax de Ámsterdam a cambio de nueve millones de euros.
Sea como interior, en banda o como falso nueve, su juego lo lleva a involucrarse siempre por carril central. Lo interesante es que, en esa última demarcación, como una referencia fantasma para los centrales rivales, es donde ha logrado destacar más: vacía el área para la ruptura de un compañero y conecta con la línea de mediocampistas a través del concepto del tercer hombre para girar sistemas defensivos.
Es un jugador muy ágil y flexible, con una técnica de conducción muy mejorable (si bien sabe desacelerar en momentos justos, que es algo valioso), pero con un combo de físico y ritmo que le hacen desbordar rivales por pura inercia sin que llegue a ser ese esencial regateador; no es aquel que provoca engaños previo a la arrancada o pueda deslumbrar fantasía.
Cuando le toca pensar, analizar y tomar decisiones, puede que deje sensaciones algo grises. Todavía se encuentra en la etapa que prioriza superar al rival más por aptitudes técnicas-físicas de su juego que por la interpretación del mismo. Aún así, eso no debería dar lugar a dudas; Kudus es un jugadorazo.
Pese a haber jugado muchos partidos como lateral en 4-3-3, las características de Rasmussen se adaptan más a las de un carrilero. El zurdo noruego cuenta con mucha presencia ofensiva llegando a línea de fondo, pero con dificultades cuando tiene que iniciar el juego abajo. También tiene limitaciones al enfrentar situaciones de uno contra uno defensivamente (defiende mejor hacia adelante).
Si la jugada se trabaja correctamente desde el lado opuesto o desde el centro, es un jugador muy peligroso debido a su velocidad, agresividad y timing de ruptura. Un futbolista muy potenciable dentro de un engranaje colectivo que le asigne tareas concretas para realizar.
Por ejemplo, castigar al espacio con base en lo previamente mencionado. Asimismo, puede ganar metros con sus conducciones, incluso yendo hacia dentro con su zurda, aunque en estas acciones le falte un grado de coordinación más alto.
Destaca por su templanza, sobriedad y capacidad para defender zonalmente cerca de su área desde tan joven edad. Su temporada en Hobro -siendo propiedad del Malmo- es lo que le está catapultando como uno de los mejores centrales de Suecia a largo plazo.
No es solo que su estatura (1,95 m) lo haga un jugador ultra fiable en los contextos de bloque medio-bajo que propone el Hobro usualmente, sino que su gran sentido de la anticipación permite al equipo salir en transición muchas veces por su ‘chip’ para jugar en vertical con el compañero más cercano cuando intercepta.
Lo mismo en términos de posicionamiento y coberturas a su compañero de zaga; cuando sale lejos del área. Aunque intervenga más mediante la potencia, zancada y fuerza, el talento defensivo para meter la pierna es evidente.
Sus debilidades se notan cuando queda expuesto a duelos de uno contra uno a campo abierto ante un rival más ligero, donde su cintura no le permite girar rápido y con comodidad si el adversario encuentra espacios.
Además, en salida de balón, no muestra demasiada habilidad con el balón, pero tampoco inventa cosas que vayan más allá de sus límites. Ahora, ha vuelto a su natal para competir con su equipo, pero sigue siendo un talento a seguir.
Es el delantero de la nueva generación danesa que apunta a llegar más alto. Pero, para desgracia, sufrió una lesión de rodilla en agosto pasado que lo llevó a operarse y mantenerse al margen hasta fechas indefinidas.
Con un 1,90 de altura, tren superior potente y siendo capaz de utilizar ambas piernas, logró hacerse con un papel importante la temporada anterior al salir como titular en 16 partidos. En la actual campaña, la que venía a ser la de su confirmación, anotó cinco goles en seis partidos hasta su dolencia.
Jonas Wind es un delantero que, por su simple contextura, permite a su equipo instalarse en campo rival bajando balones a través del juego directo (siempre lo orienta bien). Y, al mismo tiempo, aunque a sus gestos técnicos les estén faltando algo de pulidez (menos de la que aparenta), suma toques determinantes fuera del área cuando le llega por bajo (hasta su lesión, promediaba 21 pases por partido).
Cuando controla, al ser rígido de cintura, su giro no es muy ágil, por lo que siempre busca la descarga hacia afuera o con el volante que llega mientras él aguanta con su cuerpo la embestida del central.
Por otro lado, siempre realiza los movimientos adecuados en el área. Constantemente, se encuentra marcando pases a sus compañeros mediante su lectura, ganándole la posición al central o la espalda al lateral. Una vez allí, no es un obsesionado por el remate; piensa en la mejor opción. Si le das ventaja, no perdonará.
El interior danés está contando con mucho protagonismo en el plan de Flemmig Pedersen como interior de posesión en 4-3-3 o conformando un doble pivote al lado de Jacob Christensen o Mikkel Rygaard en 3-4-3 o 4-2-3-1. Ya acumula más de 100 partidos disputados en el joven club de la ciudad de Farum.
Andersen es un futbolista que expone algunas similitudes en su juego base con el ecosistema en el cual convive: un Nordsjaelland de posesiones bastantes plomizas e inertes en fase de salida. En este sentido, le cuesta subir la marcha de la misma. Es un jugador que tiende a manejar ritmos muy bajos y que tarda en decidir.
Ahora, su golpeo deslumbra una calidad muy clara a la vista. No solo es que mida bien la tensión y dirección de sus envíos, sino que utiliza superficies muy seguras para hacer contacto con el cuero y es ágil en el movimiento de armar la pierna. Sus bombazos llegan siempre con ventaja a uno de los carrileros.
Sin balón es un jugador de garantías aceptables. Posee condiciones atléticas que ya le otorgan un plus importante en duelos de contacto físico y una activación muy rápida cuando su equipo pierde el balón.
En la defensa de su zona, todavía tiende a conjugar dos cosas peligrosas: agresividad con impulso. De todas maneras, hablamos de Kofoed Andersen como otros de los jugadores capacitados para dar el salto a una liga mayor.
En su tercera temporada jugando en la élite del fútbol danés, Jacob Lungi Sørensen se ha convertido en una de las piezas fundamentales del Esbjerg para mantenerse en la máxima división. También es el prospecto con el que buscan sacar una óptima venta a corto plazo.
Pese a su 1,84, su puesto natural es el de central. Sin embargo, desde hace un tiempo, su buen rendimiento como doble pivote derecho en el 4-4-1-1 del equipo lo ha acabado asentando y haciéndolo jugar más cómodo.
Más recientemente, se ha desempeñado como interior derecho en el 4-3-1-2 de Lars Olsen. Esto es porque en el área evidencia dificultades, ya sea en los duelos aéreos o porque el balón le ciega muchas veces.
En el centro del campo, cuando tiene que esperar en altura media, demuestra buena lectura e IQ defensivo para cerrar líneas de pase e interceptar, como también determinación para ir al corte. Con balón posee buenas intenciones; tiene técnica y visión para el pase, aunque le falte muchas veces añadirle tensión y velocidad al mismo para que no sea fácil de interceptar. Carece de ritmo para ser organizador, pero intenta sumar. Puede ganar metros con sus conducciones.
Con un 1,70, de origen turco, pero nacido en Dinamarca, Rezan Corlu se ha convertido en uno de los jugadores más divertidos de ver en el ámbito local.
Lo caracterizan la creatividad en el regate corto, tanto en parado como en movimiento, y la irracionalidad de su juego. No necesita de espacio para cambiar de ritmo mediante un toque de balón o bien encarar en carrera con una finta y cambio de dirección.
Es un futbolista muy intuitivo que necesita libertad para intervenir y siempre está asumiendo riesgos en sus acciones con pelota, lo que lleva a concluir que sus maniobras necesitan de mucho contexto, ya sea para el acierto de las mismas o para el tipo de estas que se puede permitir.
En cada control, evidencia una técnica especial. Asimismo, su fútbol tiene más peso e influencia en el último tercio que en la elaboración del ataque.
Nelsson es un central de estatura potente (1,96 m) y poderío físico bastante importante. Un futbolista que llama a ser de los próximos líderes de la selección danesa en la zaga central.
Es un defensor muy inteligente posicionalmente porque entiende cómo mantener su zona; prioriza el retroceder y aguantar en vez de salir para tener un mejor panorama de la acción y entender cuándo intervenir. Es agresivo acosando con el rival de espaldas y generalmente tiene una buena lectura para defender apoyos y taparle el radio de acción al rival si opta por intervenir sobre la zona entre líneas.
En el área, su activación, técnica de despeje, lectura para medir la distancia-fuerza sobre el rival y ágil anticipación (vigila muy bien su ángulo ciego y es muy difícil ganarle en tiempo-espacio) lo hacen el futbolista que casi todo entrenador quisiera tener si su equipo tiende a defender en un bloque medio-bajo.
Por otro lado, no es un jugador distinguido por la elasticidad para meter el pie a campo abierto contra el rival en movimiento. Por eso, intenta siempre chocar, limitar radio de acción o crear ventajas con el balón. De hecho, sus pases en este sentido son muy de rutina, normalmente horizontales y sin intención de llegar a intermedios.
Frendrup es un futbolista capaz de jugar como interior en un sistema de tres centrocampistas o conformando un doble pivote en uno de dos. Dentro de sus características, resalta la capacidad de leer situaciones y corregir con base en su inteligente ubicación y espigadas piernas. Es indistinto si el balón se encuentra estático o en movimiento.
A nivel asociativo, es un futbolista “verde” por técnica, pero también por concepto. Una vez pasa el balón, que lo pasa por el simple hecho de hacerlo porque muchas veces entrega al pie malo del receptor, no se mueve en función de ofrecer otra línea de pase para avanzar la jugada.
Además, técnicamente tiene errores como su falta de agilidad post-control, donde necesita de tiempo-espacio para corregirlo. Si recibe en dichas condiciones, es un jugador capaz de eliminar rivales en conducción cuando acelera. Sus principales virtudes están en el juego sin balón, su capacidad de robo y presión.
Jugando a su manera, ha logrado ser, por opinión personal, el jugador más atractivo de ver en la Superliga de Dinamarca. Su nivel de protagonismo e importancia eleva al Midtjylland a la cima de la competición.
Evander es un jugador que rápidamente demuestra de dónde viene, cuáles son sus orígenes. Un futbolista poco académico y, por ende, muy brasileño y anárquico. Es un futbolista que tendría algunas dificultades en un club europeo de mayor envergadura.
Seguramente, le costaría adaptarse a ciertas rutinas posicionales. Pero, cuando le dan las riendas para improvisar, imaginar y esa libertad para ganar altura a medida que el juego progresa, marca diferencias.
Vale la pena analizarlo en más profundidad en un futuro para no dejar con sabor de boca amargo o sensaciones incompletas a nadie. Un enganche de antaño que marca el avance del equipo y conecta el mediocampo con la delantera desde la altura que su instinto disponga adecuada. Evander es un “10” en toda regla.