REVISTA PANENKA
·30 de enero de 2023
REVISTA PANENKA
·30 de enero de 2023
Cuando nos cruzamos con alguien conocido puede quedar en nosotros la duda de dónde, con quién o cómo fue que lo vimos por vez primera. Es una sensación molesta, que nos persigue. Viene con nosotros mientras compramos el periódico, hacemos la cena o buscamos cambio en la cartera. El cosquilleo no cesa cuando damos con la respuesta a las preguntas de quién es esa persona, porque pronto nos envuelven los recuerdos de la época, de los olores, de los sonidos y de la realidad que vivíamos entonces. Lo de cualquier tiempo pasado fue mejor no suele ser verdad. Pero algunas veces sí.
En ese déjà vu intenso se mirarán a la cara dos equipos con categoría de históricos en el fútbol germano. Son 18 las veces en las que el 1860 Múnich y el Dinamo Dresde se cruzaron a lo largo de sus caminos. La primera, en los años 90, poco tiempo después de que el muro permitiera que mucha más gente se cruzara de improviso en las calles de ese Berlín antaño dividido. No, no hay una rivalidad importante ni una conexión especial. Dresde y Múnich son ciudades alejadas, sin demasiado en común. Dresde en el noreste, cercana a la frontera checa. Múnich en el sur, en Bavaria, capital de la selva negra. Y a pesar de todo, comparten esa historia pasada en la élite del fútbol germano que ha ido cogiendo polvo año a año inexorablemente.
El Dinamo Dresde nació en los 50, como parte de la maniobra de la policía de la DDR para establecer diferentes entidades deportivas dentro de la institución. Tras la fuga de algunos de los equipos del este hacia occidente, el recién fundado club de la ciudad de Dresde obtuvo una plaza para jugar dentro de las competiciones oficiales de la DDR Oberliga. Desde entonces, 20 participaciones en competiciones internacionales, además de una Copa Intertoto, conseguida a principios de los años 90. Hoy, ese equipo lleno de éxitos en el fútbol alemán previo a la reunificación germana, lucha en la 3. Bundesliga y ocupa una tranquila novena plaza.
En el camino, cuando ambos se crucen y tengan esa sensación ineludible de extrañeza, recordarán, seguro, esos grandes momentos que forjaron sus historias y sus nombres
Unas plazas por encima, en la sexta de la tercera categoría alemana, permanece un club histórico fundado en 1899 en lo que al fútbol se refiere. El 1860 Múnich es un conjunto lleno de éxitos en su pasado, además de dos derrotas sonadas, como lo son perder a Franz Beckenbauer y Gerd Müller, jugadores que empezaron con ‘Los Leones’ y acabaron triunfando vestidos con el Bayern. Entre sus logros, haber ganado una Bundesliga, así como haber llegado a una final de la Recopa en los 60. Un histórico antes de la caída del muro que fue perdiendo fuerza de manera irremediable hasta caer hasta las catacumbas del fútbol alemán.
La primera vez que se encontraron estos dos equipos, se jugaba la primera ronda de la DFB Pokal, en la temporada 92-93, cuando ambos conjuntos empezaban a ver su declive de manera seria. Solo coincidieron una temporada en el máximo nivel competitivo, en una 94-95 que terminaría con el Dinamo como colista. 30 años después, hoy se miden en la tercera categoría, por segunda vez este año, habiendo abierto la competición en la primera jornada, con victoria bávara. En el camino, cuando ambos se crucen y tengan esa sensación ineludible de extrañeza, recordarán, seguro, esos grandes momentos que forjaron sus historias y sus nombres. Esos relatos pasados que contaban una gloria pasada en dos entidades que hoy seguirán luchando por ser recordadas.
Fotografía de Getty Images.