Top Siete
·11 de diciembre de 2024
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·11 de diciembre de 2024
Cuando la exigencia es máxima, el Real Madrid responde con la grandeza de su historia. El Rey de Europa venció 2-3 a la Atalanta en un partidazo de alto voltaje en Bérgamo, logrando una victoria que trasciende lo meramente deportivo. Fue un duelo entre un Madrid golpeado por las lesiones y el líder de la Serie A, invicto hasta entonces en Europa. El triunfo se escribió en el talento de la “BMV” (Bellingham, Mbappé y Vinicius), la solvencia de Courtois y la entrega de todo el conjunto blanco, que resistió el ímpetu de un rival admirable.
Un arranque fulgurante y el golpe de Mbappé
El Madrid comenzó el partido con intensidad, como si consciente de la urgencia de borrar la decepción sufrida en Girona. Kylian Mbappé inauguró el marcador en el minuto 4, aprovechando un brillante pase de Brahim para superar a De Roon con un control orientado y batir a Carnesecchi con frialdad. Parecía el preludio de una noche cómoda para los blancos, pero el galo se convirtió en la cara y cruz del encuentro. Desperdició una oportunidad clara al rematar centrado en un mano a mano y, lo más grave, se retiró lesionado al minuto 36 tras caer sobre el césped sin contacto aparente.
Rodrygo ingresó en su lugar, también en proceso de recuperación física, y aunque el Madrid mantuvo el control momentáneamente, perdió profundidad en ataque. La Atalanta, fiel a su propuesta ofensiva y arriesgada, comenzó a mostrar su calidad con Lookman como principal amenaza desde la banda izquierda. Dos intervenciones providenciales de Rüdiger evitaron que De Ketelaere encontrara el gol.
El empate antes del descanso
El técnico de la Atalanta, Gian Piero Gasperini, apostó por un planteamiento equilibrado pero valiente, con Pasalic como mediapunta. Por su parte, Ancelotti sorprendió colocando a Tchouaméni como central, decisión que dio resultados dispares. El francés mostró falta de oficio en el puesto y fue clave en el empate del conjunto italiano al filo del descanso. En el último ataque del primer tiempo, Kolasinac aprovechó un pasillo defensivo para penetrar el área y forzar un penalti tras un contacto leve de Tchouaméni. De Ketelaere ejecutó magistralmente el disparo, enviándolo a la escuadra y colocando el 1-1.
Tras el descanso, la Atalanta tomó el control del partido. Con Lookman liderando los ataques, puso a prueba a Courtois con un disparo duro que el belga atajó con solvencia. El Madrid sufría para mantener la posesión, y Vinicius, especialmente impreciso, parecía desconectado. Sin embargo, en un destello de calidad, el brasileño se reencontró con su mejor versión. Una jugada afortunada tras un rebote dejó el balón en sus pies, y con su zurda cruzó al fondo de la red para poner el 1-2.
El golpe dejó aturdida a la Atalanta, y el Madrid aprovechó para sentenciar momentáneamente. Vinicius volvió a ser protagonista, esta vez como asistente, con un pase diagonal perfecto a Bellingham. El inglés, en un gesto técnico brillante, amagó hacia fuera y definió con potencia para el 1-3. La “BMV”, nacida meses atrás en la Supercopa precisamente contra este rival, firmaba su mejor actuación colectiva.
El asedio final de la Atalanta
Lejos de rendirse, la Atalanta asumió riesgos totales, consciente de que no tenía nada que perder. Ademola Lookman recortó distancias con un golazo tras un potente disparo al primer palo que pasó por debajo de las piernas de Lucas Vázquez. El 2-3 encendió los ánimos en Bérgamo y dio paso a un tramo final de máxima tensión.
Ceballos se multiplicó en labores defensivas, y Courtois, monumental, salvó remates peligrosos de Samardzic y Retegui. Pero la ocasión más clara fue para la Atalanta: Lookman desbordó por la derecha y centró con fuerza al área pequeña, donde Retegui falló lo que parecía un gol cantado.
El Real Madrid resistió con sufrimiento, incapaz de alargar posesiones, pero con la jerarquía suficiente para mantener la ventaja. Cuando el árbitro señaló el final, los blancos celebraron un triunfo de enorme prestigio que refuerza su moral y demuestra que, incluso con múltiples bajas, pueden competir al máximo nivel.
En un partido extenuante, el Madrid dio un golpe de autoridad en Europa, superando a un rival formidable y confirmando que su ADN competitivo sigue intacto. La Atalanta, por su parte, mereció más, pero sucumbió ante la eficacia de un equipo que no perdona. La BMV brilló con luz propia, pero la sombra de la lesión de Mbappé añade incertidumbre a un futuro que se presenta igual de exigente.
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