Santa Fe Deportivo
·22 de agosto de 2024
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·22 de agosto de 2024
Newell’s perdió 3-2 en los penales ante Central Córdoba (SdE), tras el 0 a 0 en los 90′, y quedó eliminado en octavos de la Copa Argentina.
No tenía alternativas Newell’s no tenía alternativas. Debía ganar. Las acuciantes urgencias de su contexto le imponían obligaciones que no podía esquivar de ningún modo. Sus necesidades conformaban un incómodo espejo y el ciclo de Sebastián Méndez estaba en juego. Hacía falta una respuesta colectiva contundente para volver a creer y a encarrilar el rumbo. Y esa reacción no salió a escena.
Por eso, la derrota 3-2 por penales ante Central Córdoba de Santiago del Estero, luego de una igualdad en cero muy pálida en tiempo reglamentario, en el estadio Único de San Nicolás, representó otro doloroso traspié que lo dejó fuera de la Copa Argentina en los octavos de final e hizo tambalear el ciclo del entrenador rojinegro, aunque luego en conferencia de prensa confirmó que seguirá.
En esta oportunidad sólo servía conseguir el pase de ronda. No importaban los modos ni las formas. Había que obtener el boleto para seguir cicatrizando heridas en el camino. Y, otra vez, todo fue frustración.
Como casi siempre en este corto ciclo, el marco de exigencias atentó contra la producción del conjunto leproso. Y así Newell’s, otra vez, quedó enjaulado y encorsetado en sus propias dudas, en su propia inoperancia, en la falta de astucia e inteligencia para mostrar en el campo de juego la diferencia potencial que había entre los dos contendientes.
La endeblez del rival, que marcha en el vagón de fondo de la tabla de posiciones de la Liga, sólo expone los inconvenientes que tuvo Newell’s para volver a chocar contra su impericia.
Era el momento de dar la cara, entre todos, y otra vez el equipo no estuvo a la altura de esa cruda demanda que este miércoles atronó desde las tribunas que le otorgaron a la parcialidad rojinegra en San Nicolás. Por eso se retiró del campo entre estruendosos silbidos y reprobaciones.
El comienzo del partido expuso a un Newell’s con intenciones pero demasiado apresurado y con poca profundidad. Besozzi se ubicaba por izquierda, Cardozo por derecha y Miljevic más adelante y más cerca del Colo Ramírez que de los volantes centrales. Desde ahí, en los primeros pasajes todo eran intenciones, lejos del área de Central Córdoba. Todas acciones que se desinflaban cuando intentaban progresar.
Y el Ferroviaro por su parte apostaba a contras rápidas y provocaba algunas dudas y desajustes de la Lepra atrás, sobre todo por los costados. A los 13’, Vázquez, muy solo en terreno rojinegro, sacó un remate cerca del palo derecho de Hoyos. Y 2′ después, un disparo lejano de Miljevic, muy desviado mostró que, en ofensiva, el equipo no estaba fino ni claro.
A los 17’, tras un tiro libre, Cardozo y el Colo Ramírez estuvieron cerca de abrir el marcador. La pelota parada exhibía una opción interesante para las ambiciones rojinegras.
A los 21’, una trepada de Armando Méndez por derecha terminó en un centro que desaprovechó Cardozo. Newell’s empezaba, aún con evidentes dificultades y desprolijidades, a encontrar vías para lastimar al rival.
A los 27’, Besozzi cabeceó bajo y exigió a Ingolotti. A esa altura, Newell’s era más y generaba chances para arrimarse con argumentos a la apertura del tanteador.
Méndez traccionaba por derecha y muchos de los ataques nacían por ese carril. Faltaba claridad en la última puntada para sacarle rédito a esos potentes arranques del Hulk uruguayo.
A los 39’, en una contra rápida, Angulo estuvo muy cerca de anotar con un tiro cruzado. Esas respuestas veloces generaban grietas y desentendimientos en el fondo rojinegro. Desnudaban su costado más débil.
Ya en el cierre de esa etapa, un cabezazo de Mljevic, luego de un buen centro de Cardozo, estuvo a punto de estampar el primer grito. El 0-0 del entretiempo era un castigo para un Newell’s que fue un poco más pero que le faltó determinación y certeza en la finalización de jugadas.
El arranque del complemento mostraba rasgos similares. Con Newell’s posicionado en tierra adversaria e intentando, con falta de claridad, de la mano del corazón de Armando Méndez, con más músculos que ideas. Al ingresar Silvetti, se ubicó en el mismo sector que Besozzi, por izquierda.
De a poco, el conjunto rojinegro entró en zona de nervios que lo fue atando. Los reclamos desde las tribunas llevaban el cauce del cotejo a pasajes muy deslucidos, de bajo vuelo, y el equipo del Gallego no podía encontrar carriles para llevar el trámite a una zona más conveniente y provechosa. Esa levedad en su puesta en escena lo alejaba de lo que buscaba.
A los 27’, el DT metió a Tomás Pérez y Schott para darle más piernas a un equipo que entraba en una curva de desmejoramiento. A los 30’, un tiro libre de Miljevic obligó una estirada del guardameta santiagueño.
En el tramo final, los requerimientos tribuneros no se vieron reflejados en más acciones de riesgo para la Lepra. Y el pleito se fue, de manera lenta e inapelable, a la dramática definición por penales.
Y, ahí, todo fue a suerte o verdad y Newell’s falló tres penales en una definición de cinco y despilfarró lo poco que le quedaba de crédito para extender su camino en esta Copa Argentina, que volvió a darle la espalda, como siempre, en tono burlón. Y con un ciclo que cada vez se oscurece más.
Fuente La Capital