Tiralíneas Madrid
·22 de diciembre de 2024
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El Alcorcón disputaba el último partido del año frente a la Unión Deportiva Ibiza, en un partido dónde el esfuerzo amarillo no se vio finalmente recompensado
El Alcor llegaba a este decisivo partido tras vencer al Atlético Sanluqueño por 1-2 logrando la tercera victoria consecutiva fuera de casa. A pesar de ello, los alfareros tenían ahora más dificultades para conseguir puntuar en casa, y este partido se presentaba como una oportunidad para tratar de sumar de 3.
Incluso, cabía la posibilidad de que ganando este partido poder acabar el año en la mitad de tabla, y a tres puntos de los puestos de playoff para ascender de categoría.
Comenzaba el partido en Santo Domingo con unos minutos de tanteo por parte de los dos equipos, con un Alcorcón bien plantado que repelía los primeros ataques ibicencos. Tras los primeros quince minutos, el Ibiza comenzaba a tener un poco mas la pelota, pero no llegaba a portería con peligro, y el Alcorcón empezó a encontrar espacios, pero sin tampoco generar mucho peligro quitando un remate de Josiel que desvió un defensor.
Aunque el Ibiza tuvo una ocasión, en la que parecía fuera de juego, donde Quique estrelló el balón en el larguero. Tras es susto, el Alcorcón no tenía la pelota, pero conseguía repeler los ataques visitantes con gran eficacia. Y cuándo ya iba a acabar el partido, Rayco se quedó solo contra el portero, pero el guardameta lo paraba.
Con esto llegaríamos al final del primer tiempo con empate a 0.
El Alcorcón entraba al segundo tiempo con gran entereza, con sendos remates al palo y otra gran intervención del meta del Ibiza, pero acto seguido, los locales tuvieron otras dos grandes ocasiones dón una la desviaba un defensor azulillo, y un cabezazo de Josiel que volvía a parar el portero.
Pero tanta insistencia finalmente dio sus frutos cuándo en una jugada llena de carambolas, Vladys empujaba el balón para hacer el primero de la tarde para el Alcorcón. Pero la mala suerte se cebó con los locales, cuándo se decretaría penalti tras unas manos y Gallar no fallaría la pena máxima.
Cuándo el partido parecía que iba a acabar, los visitantes marcaban el gol de la victoria, acabando así el partido, y con una grada amarilla que recriminaba su hartazgo en cuánto a la situación.
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