Santa Fe Deportivo
·11 de marzo de 2024
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La actuación de la Selección Argentina en el Mundial de Rusia 2018 quedará para siempre en el recuerdo por lo problemática que fue -con detalles conocidos y otros que seguramente irán saliendo a la luz con el paso del tiempo- la relación entre los jugadores y Jorge Sampaoli, entrenador de la Albiceleste en la Copa del Mundo de aquel año. Argentina quedó afuera en octavos de final -tras una clasificación sufrida en fase de grupos- y a partir de allí nació la renovación que terminó con la consagración en Qatar 2022, pero el Mundial previo a la tercera estrella no fue para nada sencillo.
«Había una inestabilidad previa al Mundial… Se decía que Sampaoli había tenido un problema con una chica empleada de la AFA, y hasta adentro en la concentración de Rusia teníamos gente que se postulaba para dirigir… ¿Cómo iba a salir algo bien? Mierda de acá, mierda de allá. Nunca estuvimos tranquilos. Y pasó lo que pasó: fuimos un desastre. No hay que darle vueltas», narró Lucas Biglia en una nota con La Nación, donde recordó aquellos días en territorio ruso.
Más allá de ese pantallazo inicial, Biglia reveló cómo fue la recordada reunión de los referentes con Sampaoli antes del tercer partido, con Nigeria, donde Argentina jugó para evitar marcharse a casa en primera ronda. «Nos juntamos con Jorge antes de Nigeria y le dijimos: ‘No estamos entendiendo tu manera de jugar, estamos sufriendo la manera a la que vos querés jugar y simplemente te pedimos volver a lo básico: un 4-4-2, sin inventar nada. Nos jugamos la clasificación y por favor te pedimos que hagamos las cosas simples’. Se dijeron mil cosas, pero pasó eso», sentenció.
Mucho se habló después de esa reunión que, por el motivo que fuera, tuvo resultados positivos porque Argentina logró meterse en octavos de final, donde tuvo la mala suerte de toparse con una potencia como Francia, que a la postre sería campeón. «¿Te crees que contra Francia íbamos a dejar en el banco al Kun y a Higuaín, posiblemente los dos mejores 9 del fútbol mundial en ese momento? Entonces… ¿Qué? ¿El partido anterior sí armamos el equipo y al partido siguiente no?», declaró en esa misma nota con La Nación.
Y reconoció: «No fue solo culpa suya, porque hay que decirlo, a él le fue muy bien en la mayoría de los lugares en los que estuvo. Quizás nuestras características no eran las adecuadas para como él quería jugar, y lo sufrimos un montón. Nosotros le agradecimos cuando llegó porque agarró un fierro caliente, en un momento de mierda de las eliminatorias, pero después todo se fue pudriendo por cosas que salían de adentro. Nosotros éramos un círculo cerrado, y sin embargo salían mil rumores todo el tiempo. Nosotros sabíamos que la rata la teníamos adentro… Allegados, amigos de representantes… no podíamos estar vigilando a todos», cerró.