Camavinga, en su salsa antes de la gran ausencia frente al Arsenal | OneFootball

En medio del desgaste físico y la presión de un calendario asfixiante, Eduardo Camavinga brilló en Mendizorroza justo antes de un intento de remontada europea

El Real Madrid sacó adelante uno de esos partidos en los que no gana el que mejor juega, sino el que mejor resiste. En Mendizorroza, el equipo de Ancelotti se impuso al Alavés en un choque tenso, bronco y de máxima exigencia. Y en medio del desorden, apareció Eduardo Camavinga para firmar su mejor actuación de la temporada. Un oasis de energía en un equipo cansado. Un estallido de personalidad justo antes de un golpe duro: no estará ante el Arsenal.

Camavinga de «todocampista»

El mediocampista francés fue el gran protagonista del primer tiempo. En un equipo sin Bellingham, sin Vinicius y más tarde sin Mbappé, Camavinga se multiplicó. Recuperó balones, repartió juego, presionó como un poseso y, sobre todo, fue el autor de un gol que refleja su esencia: control orientado con el cuerpo, disparo seco con el interior y balón ajustado al palo. Un chispazo de calidad en un partido donde el caos dominaba. El francés se siente cómodo en ese escenario, cuando el partido se convierte en un terreno sin dueño. Cuanto más roto, más brilla.

Fue una de esas tardes que justifican su presencia en los partidos grandes. Por eso, su ausencia en la vuelta de cuartos de Champions ante el Arsenal duele más. Camavinga fue expulsado en el partido de ida en el Emirates, una mancha en un momento tan determinante. Y ahora, tras el 3-0 sufrido en Londres, el Madrid necesita una gesta histórica sin una de sus piezas más desequilibrantes en la medular. No es solo la baja de un jugador: es la pérdida de una actitud, de una energía que contagia.

Sin Camavinga pero con Dani Ceballos

Ancelotti tendrá que encontrar alternativas. La buena noticia es que Dani Ceballos apunta a reaparecer a tiempo. Tras varias semanas fuera, el andaluz podría ser el salvavidas del técnico italiano en la sala de máquinas. Su perfil, más pausado, más de control y toque, se aleja del vértigo de Camavinga, pero su visión de juego y su capacidad para sostener al equipo pueden ser fundamentales en la misión casi imposible de remontar al Arsenal.

Camavinga se despidió momentáneamente de Europa con una actuación que fue puro símbolo; mientras el equipo resistía con uno menos, él ofrecía su mejor versión. El Bernabéu no lo verá el miércoles, pero su espíritu combativo debe servir de guía para un equipo que necesita más corazón que nunca. Porque si algo ha demostrado este Real Madrid en noches así, es que nunca está completamente muerto mientras haya una chispa que prenda la remontada. Aunque esta vez, esa chispa no podrá llamarse Eduardo.