Carlo Ancelotti: se juga todo en el último clásico de la temporada por su continuidad | OneFootball

La derrota del Real Madrid ante el Barcelona por la final de Copa del Rey ha añadido más la incertidumbre sobre la continuidad de Carlo Ancelotti con el club blanco. A está derrota se le suma la eliminación del Madrid en cuartos ante el Arsenal, y la inestabilidad del Madrid en la Liga que pone en duda la continuidad del entrenador Italiano.

A pesar de perder está final, la actitud mostrada por el equipo en La Cartuja podría jugar a favor del técnico italiano. Sin embargo, Ancelotti sabe que el escenario definitivo será el desenlace de la Liga. El torneo doméstico mantiene vivas sus esperanzas de seguir liderando al conjunto blanco, aunque para lograrlo deberá superar un desafío monumental: ganar el Clásico en Montjuïc el próximo 11 de mayo.

El calendario dicta una exigencia clara. Antes del choque frente al Barcelona, el Madrid debe imponerse al Celta de Vigo en el Santiago Bernabéu, un paso obligatorio para mantener la presión. Aunque parece improbable que el Barça, ya con el Valladolid descendido, tropiece antes, en el fútbol no hay imposibles. Aun así, cualquier escenario que permita soñar con el título pasa obligatoriamente por conquistar el Clásico en territorio catalán.

Ancelotti, quien nunca ha ocultado su deseo de permanecer en el club «si fuese por mí, no me iría nunca», se prepara para una conversación clave con la directiva al finalizar la temporada. El técnico ha dejado claro que, incluso si su salida se produce de manera no deseada, su gratitud hacia Florentino Pérez y José Ángel Sánchez será incondicional. Ellos le ofrecieron una segunda etapa tras la conquista de la Décima, y el italiano es plenamente consciente de la deuda emocional que guarda con ellos.

Revalidar el título de Liga sería un argumento de peso para defender su continuidad, al menos hasta el Mundial de Clubes que se disputará entre junio y julio. De lo contrario, el 11 de mayo podría marcar no solo el futuro inmediato de LaLiga, sino también el epílogo de una era para Ancelotti en el Real Madrid.