Diario UF
·26 de mayo de 2021
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·26 de mayo de 2021
Después de que hace unos días el Athletic Club hiciese oficial la marcha del guardameta al término de la temporada, que termina contrato el próximo 30 de junio, tanto el propio Iago Herrerín como su representantes ya trabajan en buscar un nuevo equipo con el que el arquero vuelva a ilusionarse a pie de campo después de un año difícil en lo profesional para él. Descartado por el club debido al ascenso al primer equipo de Jokin Ezkieta, el guardameta vizcaíno buscó hasta el último día del pasado mercado estival la mejor opción con la que continuar disfrutando de la práctica del deporte, sin suerte final. Situación que le ha relegado a ni siquiera poder ocupar una plaza en el banquillo a lo largo de la temporada que recientemente ha concluido, por lo que este anuncio de su no renovación no ha caído por sorpresa para nadie.
Aunque apenas han salido nombres a la palestra, tal y como ha reconocido el propio Herrerín, han sido varios los equipos que han llamado preguntando por sus intereses después de que el club bilbaíno lanzase el comunicado. Entre los que más han sonado recientemente, se sitúan el RC Celta de Vigo y el CD Leganés.
Empezando por los gallegos, desde Balaídos tienen claro que la de guardameta es una posición necesitada de refuerzos. Más teniendo en cuenta la retirada de Sergio Álvarez. Por lo tanto, la llegada de Herrerín les aportaría experiencia a coste cero.
Sin embargo, la opción de Butarque parece atraer más al guardameta bilbaíno, quien ya conoce la dinámica del equipo «pepinero» después de su cesión en la segunda mitad de la temporada 2016/2017. Por otra parte, parece ser que esta posibilidad no se hará efectiva en caso de que el conjunto madrileño no consiga en ascenso a LaLiga Santander. Además de las dos ofertas nacionales, se especula que podría recibir también la llamada de varios equipos desde la liga griega. Por ahora, se desconocen sus identidades.
De esta manera, el guardameta de 33 años pondrá fin a ocho temporadas en el primer equipo. Solo interrumpidas por la mencionada previamente cesión en Butarque por seis meses. Una gran parte de su carrera en la que predominantemente ha tenido que vivir a la sombra, primero de Gorka Iraizoz, después de Kepa Arrizabalaga, y por último, de Unai Simón. Una faceta que ha sabido siempre asumir, y cumpliendo siempre que el entrenador oportuno le ha necesitado. San Mamés dice adiós a uno de los porteros que más controversia ha despertado entre sus aficionados en los últimos años, pero muy querido dentro del vestuario. Un arquero que deja para el recuerdo dos Supercopas de España y la envidiable cifra de 119 partidos con el Athletic Club por cualquier aspirante de Lezama que aspira a ocupar por un día el lugar que un día fue ocupado por Iribar.