Ojo de Halcón
·19 de marzo de 2024
Ojo de Halcón
·19 de marzo de 2024
Quique Monleón Ciurana
El futbolista otomano, muy criticado durante las dos campañas que lleva en el club por su fragilidad y lo fácil que tiende a caer en el error defensivo, ha cuajado dos partidos más que a tener en cuenta y que reafirman que es un futbolista que puede aportar siempre que tenga un acompañante de garantías como Cristhian Mosquera lo está siendo este año. 1 gol ha encajado el Valencia en los dos últimos partidos donde el otomano ha jugado 180 minutos y mostrado que tiene ganas de demostrar que esos 5 millones que todavía son un dolor de cabeza para el aficionado valencianista, no fueron tantos como se dice.
Una nueva sonrisa se suma a uno de los vestuarios más alegres de la primera división. Pese a la dura derrota ante el Villarreal, donde se cayó por la mínima en un duelo por las aspiraciones europeas, el Valencia mantiene rumbo y la unión es lo que prima en un vestuario donde muchos futbolistas han salido reforzados después del vendaval que supuso la temporada pasada entre ellos Cenk Özkacar. El futbolista turco llegó a Valencia siendo un completo desconocido, proveniente del Olympique Lyonnais donde los que le vieron decían que era un futbolista con buen manejo del esférico, contundente al duelo y que sabia salir con balón jugado como casi todo buen central zurdo. Pues y lo que recibieron en la capital del Turia fue todo lo contrario a lo que se hablaba por expertos y desde Francia y es que los partidos cuajados por el de la Europa oriental dejaron muy fríos a un Valencia que perdió muchos puntos (se nos viene a la cabeza un partido ante el Almería donde el segundo gol es por un mal despeje de Cenk) y que fue por esas carencias defensivas (el equipo acabó encajando 45 goles) por las que éste casi desciende a la segunda división.
Cuando lo más lógico y lo que parecía era que esta cesión debía de romperse, desde la directiva valencianista se ejecutó una de las mayores trastadas en los últimos mercados de fichajes blanquinegros y es que el Valencia llegó a pagar 5 MILLONES, cifra que asusta tras las escenificaciones de Özkacar la temporada pasada a su club de procedencia, el Lyon, que al final, acabó zanjando en que el Valencias había pagado como 3,7 millones por el jugador mientras que Jorge Mendes se había salido nuevamente con la suya en lo que a operaciones valencianistas significa endosando a su bolsillo casi un millón y medio (denunciable casi pero ya sabemos cómo funciona este club con Peter Lim a la cabeza).
Pese al elevado precio pagado por el futbolista, Rubén Baraja, quien se pondría al mando de su primera temporada como comandante del timón valencianista, dejó claro desde primer momento que Cenk era, si eso, el cuarto central y que tendría momentos de juego esporádicos y si el resultado iba MUY a favor porque las innumerables jugarretas que casi cuestan el descenso del club la temporada pasada marcaron a un futbolista que ha vivido un ostracismo en la costa mediterránea pero que y pese a ello, nunca ha mostrado descontento, siempre dispuesto a aportar dentro de sus capacidades, entendiendo que sus prestaciones estaban lejos de un Valencia que no quería volver a sufrir y que debía ser paciente por ver si tenía un hueco en una plantilla donde tenía por delante a jugadores como Gabriel Paulista, Mouctar Diakhaby, Yarek, el mismo César Tárrega y por encima de todos, Mosquera, el mejor zaguero que tiene Baraja en posesión y habrá que ver hasta cuando.
Llegada la navidad y la época de regalos, pese a haberse portado muy mal meses anteriores, a Cenk le vinieron a visitar los reyes. Primero, “la venta”, la deshonra de vender a Paulista, capitán sin brazalete y uno de los que se hubo dejado todo por el escudo de nuestros abuelos y padres al Atlético de Madrid gratis por el simple hecho de que no se le quería renovar dejándolo a 3 partidos de la renovación automática, la enésima jugarreta por parte del máximo accionista que conllevó entre otras cosas a la venta del jugador carioca, a que la gente se lanzase a la calle a protestar el pasado 2 de marzo. Sumándole la venta de Paulista y justo ese 2 de marzo, que preveía ser un día grande para el valencianismo: partido divertido ante todo un Real Madrid, la vuelta de Vinicius al lugar donde salió escaldado la pasada temporada y la buena manifestación que fue realizada esa misma tarde, todo esto quedó truncado por la lesión de gravedad de Diakhaby, al que se le cayó encima su paisano Aurélien Tchouameni enfrascando al futbolista franco-guineano en una lesión de larga duración y que, gracias a Dios, ha salido todo bien. Fue aquí cuando a Cenk se le apareció la virgen de los milagros.
Cuando todo parecía indicar que el zaguero iba a pasar otra temporada en el exilio de Mestalla, las oportunidades de juego se reaparecieron teniéndolo Baraja más que claro aquí. El entrenador vallisoletano, quien parece haber puesto la equis sobre Yarek tras su poca contundencia ante el Celta de Vigo en copa, dio alas a un Cenk que ya lleva dos titularidades seguidas y ante dos buenos rivales como son Getafe y Villarreal, equipos que se prevé que serán rivales por esa plaza de acceso a Conference League y contra los cuales Cenk ha mostrado un nivel de seguridad digno de admirar. Esta claro que no es Beckenbauer pero tener al lado a un joven que te da tanta seguridad y que ha crecido tanto esta temporada con Baraja como es MOSQUERA, da alas a un Cenk que, a falta de pulir ciertas cosas como la salida de balón, donde debe pensárselo menos y arrancar para encontrar el espacio donde servírselo a un centrocampista o delantero, se le ha visto bien al corte, temporizando el cuerpo a cuerpo (donde pese a errar en lo que sería el penalti al Villarreal en el enfrentamiento del domingo, ha estado bien) está ganando confianza y su entrenador solo tiene buenas palabras para él “es un chico joven, al que le estamos depositando mucha confianza y debe ir poco a poco acostumbrándose a hacerse un nombre en las citas ligueras” palabras de un Rubén Baraja para un jugador al que se le respeta mucho en los altos cargos de la dirección deportiva por ser una apuesta de futuro y donde se ha depositado dinero.
¿Fue una buena apuesta en su momento el nombre de Cenk Özkacar? Nosotros seguimos creyendo que NO, es un futbolista al que le cuesta decantarse por las buenas decisiones y que ha costado muchos momentos de sonrojo al Valencia esta campaña (como cuando jugó de lateral izquierdo ante el Betis y los atacantes verdiblancos solo buscaban su banda para encarar. Lo que está claro es que tiene margen de mejora, que va a salir fortificado a causa de la lesión y venta de los antes nombrados y que acabará la temporada infinitamente mejor que la pasada. Ahora le vienen fechas de vital importancia (Betis, Barcelona…) donde es un claro ejemplo de “puerta grande o enfermería” y donde deberá demostrar que quiere el hueco y seguir en el Valencia frente a los cantos de sirena que lo ponían en el mercado este mismo pasado periodo de fichajes invernal. Estamos contigo, Cenk.
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