Crónica: Las espadas siguen en todo lo alto tras la batalla de los Alpes | OneFootball

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·12 de noviembre de 2021

Crónica: Las espadas siguen en todo lo alto tras la batalla de los Alpes

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Italia y Suiza han empatado a uno en el Olímpico de Roma en la séptima jornada de la fase de clasificación para el Mundial 2022, tras un encuentro tremendamente disputado en el que la campeona de Europa no ofreció un juego convincente.

Italia tardó en entrar en el partido


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El choque se inició con el conjunto de Roberto Mancini asumiendo sin titubeos el timón del juego con un notorio control de la posesión, mediante el que desplegaba un esquema que ya puso en funcionamiento en la pasada Eurocopa, que implicaba salvaguardar la portería con tres defensas, fomentando así la progresión ofensiva de Emerson. Frente a un adversario que desplegó un bloque medio con un enmarañado 4-1-4-1 sin balón cortocircuitando durante varios minutos la circulación de los locales, cuyo trivote acusó la pasividad en la medular, y generó una gran zozobra en su estructura defensiva gracias a la movilidad de Okafor, que cayó en banda izquierda con gran maestría. Mediante ese conducto llegaría el primer tanto de la noche, cuando el atacante del Salzburgo recibió por el flanco zurdo y habilitó a Widmer, el cual espetó un soberbio derechazo llegando desde segunda línea que batió a Donnarumma y desató la euforia de la hinchada visitante. Con el 0-1, la selección italiana variaría su esquema hacia un 3-4-1-2, pudiendo asear el inicio de la jugada con la mayor proximidad entre Jorginho y Locatelli y la zaga. Por otra parte, la Confederación Helvética también experimentó un retroceso de su bloque y una variación de su sistema de juego, que únicamente liberaba a Shaqiri y Okafor de sus obligaciones defensivas.

Como consecuencia de ello, la tetracampeona del mundo creció en el partido y pudo manejar la pelota a un mayor ritmo, imponiéndose en la zona central y atacando verticalmente por los costados a la defensa suiza. Gracias al mayor orden por bandas que le brindaba el nuevo esquema y al notable trabajo realizado en la presión tras pérdida. Las ocasiones no estaban siendo especialmente numerosas, mas se produjeron del lado de la Azzurra, por medio de un siempre irrefrenable Chiesa, quien en un remate rechazado en área pequeña se topó con un milagroso Sommer. Al que pocos minutos después volvería a tantear sin éxito, con un lanzamiento sin tensión desde el perfil izquierdo donde se estaba prodigando de forma caótica. Sin embargo, una falta lateral botada por Insigne sería cabeceada por Di Lorenzo al fondo de la red, aprovechando el descuido de Widmer en la marca y la escasa concentración visitante para defender el libre indirecto. Con la igualada, las espadas volvieron a estar en todo lo alto, deparándonos un final del primer tiempo mucho más pausado, en el que ambos conjuntos evitaron exponerse.

Dominio estéril de los locales que terminó de forma inverosímil

El segundo tiempo se inició con un control más difuminado del juego por parte de Italia, quien desde la salida de vestuarios fue dueña del esférico ante una Suiza más agresiva, procurando incomodar la circulación interior de los de Roberto Mancini, como conseguirían con el paso del tiempo, inclinando su primer pase hacia la banda donde se volvía percibir la presencia de un lateral, especialmente en salida. Pero a pesar de llevar la iniciativa y de ser constante en la progresión de su juego avanzando tímidamente en las escalas de su ataque posicional con el devenir de las acciones, no lograba generar situaciones de peligro en las que pudiese rematar limpiamente. Mientras tanto, la selección alpina, consciente de su teórica inferioridad, parecía conformarse con frenar la dinámica de asedio que parecían construir los italianos muy superficialmente, con sus cada vez más constantes concatenaciones de pases, las cuales encontraban su frontera en el límite del área de Sommer. Llegando el encuentro al ecuador del segundo período con un empate que posponía el desenlace del grupo para la última jornada del próximo lunes, los dos entrenadores creyeron conveniente darle frescura a sus onces, entrando en los locales Berardi y Tonali por Locatelli y Belotti, permaneciendo de esta manera la selección transalpina sin un delantero centro ortodoxo en el campo. Mientras que los visitantes dieron minutos a Ulisses García e Imeri por Steffen y un dolorido Ricardo Rodríguez.

Finalmente, la recta final del enfrentamiento se desarrolló con un previsible manejo del cuero por parte de la Azzurra, la cual se mostró tremendamente repetitiva en su ataque posicional, evidenciando la escasa movilidad en ataque que paradójicamente le estaba otorgando el falso 9, y la posición excesivamente retrasada de Tonali, siendo un componente más de la defensa para dar el primer pase tras una recuperación. Dejando despoblado el medio y forzando al equipo a recurrir constantemente a la apertura hacia las bandas, en las que el carrilero, que resultaba ser Chiesa en la mayoría de las situaciones, ni siquiera podía recibir en una posición favorable frente al frondoso repliegue de Suiza, acentuado con el paso de los minutos. En la antesala del pitido final, Berardi forzó un penalti al ser empujado por Ulisses García en el área, aunque Jorginho lo desaprovechó en medio de una enorme tensión hollywoodiense alimentada por la tardía revisión del VAR y la imagen de los suplentes locales abrazados fuera del banquillo, a la espera de una ejecución espantosa por parte del jugador del Chelsea, que alejado de las pausas en la carrera, envió el balón por encima del larguero con el interior, después de una carrerilla constante. Aunque ese no fue el último coletazo del choque, pues un dubitativo Donnarumma tuvo tiempo de sucumbir a la presión del contrario con la pelota en sus pies, pero Zakaria no fue capaz de marcar a portería vacía.

Ficha Técnica

-Italia: Donnarumma – Di Lorenzo, Bonucci, Acerbi, Emerson – Barella, Jorginho, Locatelli – Chiesa, Belotti, Insigne.

-Suiza: Sommer – Widmer, Schar, Akanji, Ricardo Rodríguez – Zakaria, Freuler – Vargas, Shaqiri, Steffen – Okafor.

-Goles: 0-1, min.11, Widmer. 1-1, min.36, Di Lorenzo.

-Anthony Taylor amonestó a Chiesa (min.43), Insigne (min.47), Schär (min.77), Akanji (min.81), Ulisses García (min.89).

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