Todofutbol.cl
·27 de octubre de 2024
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Un Barça imperial trituró al Real Madrid en el primer clásico oficial de Hansi Flick y completó una semana inolvidable que deja un aroma a cambio de ciclo (0-4). Lewandowski, que firmó un doblete, Lamine y Raphinha fueron los goleadores en la segunda mitad de un conjunto azulgrana que da un tremendo golpe encima de la mesa. Tras liquidar también al Bayern en la misma semana, el fútbol total del Barça de Flick proclama el estado de euforia entre el barcelonismo y enciende las alarmas en la casa blanca.
Ancelotti, que sentó a Modric en beneficio de Camavinga, vio como su elenco arrancaba metiendo miedo. Mbappé se plantó solo ante Iñaki Peña, pero además de fallar estaba en fuera de juego. Si alguien tenía dudas, estas quedaron resueltas rápido: los azulgranas serían de nuevo valientes con la altura de la línea defensiva.
Pasado el minuto 10, el Barça empezó a acomodarse. No tardaría en llegar la primera clara. Lewandowski dejó solo a Lamine con un taconazo brillante pero el joven perdonó ante Lunin al intentar una vaselina. Los blancos seguían amenazando al espacio, cayendo una y otra vez en fuera de juego pero recordándole al equipo de Flick que castigaría el más mínimo desajuste.
Muy activo, Vinicius se zafó de Cubarsí en el área y con todo a favor se equivocó en la definición. Se libró ahí el Barça. Igual que lo haría justo después, cuando el VAR revocó un gol que Mbappé ya había celebrado por todo lo alto. Era el séptimo ‘offside’ en tan solo 32 minutos.
El tramo final del primer tiempo sirvió para que el envite bajara de revoluciones. Ambos conjuntos añadieron un punto de calma y con él vivieron más cómodas las defensas. Tablas en el primer asalto.
Flick movió ficha al descanso. Fermín dejó su sitio a De Jong, que se instaló en el doble pivote y reubicó a Pedri en la mediapunta. La contienda recuperó electricidad y, sin pausa, el Barça al fin encontró el momento de apuñalar. Casadó filtró un pase de muchos quilates y dejó solo a Lewandowski ante Lunin. Con sangre de hielo, el polaco definió tierno pero lejos del alcance del meta. Y solo dos minutos más tarde, ‘Lewy’ doblaría los niveles de éxtasis del barcelonismo cabeceando como un ‘killer’ el centro de Balde. Seguramente, el mejor envío en la carrera del lateral.
El 0-2 dejó anestesiados a los blancos; quedaba media hora y asomaba algo más que un triunfo culé. Mbappé pudo recortar distancias, pero Iñaki Peña le frenó en un mano a mano que esta vez sí valía. Justo después, Lewandowski perdonó el 0-3 al rematar al palo a portería vacía. Habría sido la sentencia.
Un error de Olmo en la salida de balón propició una ocasión clara de Mbappé, pero Peña volvió a salir airoso. En el otro área, el Barça gozaba de espacios pero no asestaba el golpe de gracia. Lamine, que todavía buscaba su momento, puso el Clásico a dormir al superar a Lunin por el palo corto. La obra de Flick no era completa sin el sello del de Rocafonda, que mostró su nombre a un Bernabéu hundido.
Pero la noche todavía guardaba gloria para Raphinha, que quería ver premiado su brutal inicio de curso. Lo sabía Íñigo, que en modo ‘quarterback’ le mandó un envío largo. El brasileño se marchó fácil de Lucas Vázquez y después batió a Lunin con una cariñosa vaselina. Humillación blanca en el primer Clásico de Hansi Flick, que tuvo que acabar lidiando con la rabia e impotencia de un Ancelotti que empieza a ver como su crédito se resiente.
/Sport