Offsider
·30 de abril de 2024
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·30 de abril de 2024
El CD Badajoz la próxima temporada con sus huesos en Tercera RFEF, el quinto escalón del fútbol español. Un cúmulo de malas gestiones deportivas e institucionales han conseguido que un club histórico vaya a atravesar uno de sus peores momentos.
Una situación tan dramática como la del CD Badajoz suele estar originada por una situación institucional convulsa e inestable. El drama actual de los pacenses comenzó en 2021 cuando Joaquín Parra tuvo que vender el club a instancias de un juzgado de Málaga y los compradores fueron Luis Oliver y Agapito Iglesias.
Ambos actores cuentan con un historial de dramas deportivos provocados en los lugares donde han pasado. Agapito no dejó buen recuerdo en Zaragoza y Oliver dejó un Xerez CD dividido en dos, un Betis al borde de la ruina y a un Córdoba CF que estuvo a días de desaparecer.
La nueva propiedad entró con promesas de ascenso y fútbol de élite (como siempre). Aunque el primer año el equipo llegó a jugar play off de ascenso las siguientes temporadas fueron cuesta abajo.
En ese período de tiempo la propiedad buscó inversores y acabó por realizar una operación con unos empresarios mexicanos que acabarían haciéndose con la totalidad del club. Teniendo que hacer frente a una serie de pagos que el club adeudaba a jugadores, empleados, Seguridad Social o Hacienda entre otros.
Dicha operación se dividía en una serie de pagos a lo largo del tiempo. Pero todo saltó por los aires en marzo de este mismo año.
La antigua propiedad con Oliver a la cabeza reclamaba la propiedad del club pacense alegando el incumplimiento de los plazos establecidos para los pagos necesarios para la compra del club. Hechos que los empresarios mexicanos niegan.
En esos días convulsos de marzo de 2024 el CD Badajoz vivió situaciones tan surrealistas como dramática. Oliver tomo el club de forma unilateral, llegaron a darse cambios de cerraduras en el estadio, rebeldía en jugadores y cuerpo técnico y despidos de directivos que tuvieron que ser readmitidos.
Las dos partes implicadas en la compra-venta trasladan versiones totalmente opuestas. Lo que quedó claro desde marzo es que Oliver recuperaba el mando al menos de manera momentánea.
El poder está vez estaba personificado en su hijo, que pasó a ocupar cargo directivo al mismo tiempo que ejercía de entrenador (sin experiencia previa en los banquillos).
La situación deportiva con unos jugadores en rebeldía se calmó debido a la gran necesidad del club que ya ocupaba puestos de descenso a Tercera RFEF. Con la necesidad de salvar la vida los problemas en los despachos y banquillo quedaron en un obligatorio segundo plano.
Pero el equipo no respondía y no conseguía sacar la cabeza de los últimos puestos. La agonía duró hasta el pasado domingo cuando en la penúltima jornada de liga el equipo salió derrotado de Matapiñonera ante el Sanse por 3-2, con un gol en el minuto 89.
El descenso era un hecho, a partir de la siguiente temporada el CD Badajoz militará en el quinto peldaño del fútbol español.
Tras dos campañas en tierra de nadie en Primera RFEF, el club descendió a Segunda RFEF en la última jornada de la pasada temporada. En esta campaña acaban de certificar su segundo descenso consecutivo en menos de un año.
Llegan tiempos duro para los aficionados albinegros que tendrán hacer un esfuerzo titánico para volver junto a su club a una categoría digna del escudo que representan.
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