Agente Libre Digital
·12 de enero de 2025
Agente Libre Digital
·12 de enero de 2025
Después de la victoria del FC Barcelona frente al Athletic Club (2-0) y del Real Madrid ante el RCD Mallorca (3-0), la Supercopa de España ofrecería el segundo clásico de la temporada. Este ‘superclásico’ se disputaría, como viene siendo habitual desde 2019, en terreno saudí, más concretamente en un King Abdullah Sports City con capacidad para algo más de 62.000 espectadores.
Mientras el club blanco llegaba con las claras intenciones de vengar la dolorosa derrota en casa del pasado 26 de octubre (0-4), el conjunto azulgrana, por su parte, se aproximaba al primer título de la ‘Era Flick’. Como incentivo, la disponibilidad de prácticamente todos los efectivos de ambas plantillas –a excepción de Militão, Carvajal, Vallejo y Ter Stegen-, añadido al extenso historial que alberga El Clásico del fútbol español y mundial, auguraba otro intenso choque para añadir a la lista.
En medio de un ambiente pletórico, con unos aficionados saudís entregados a dos de los clubes más grandes de la historia del fútbol, el King Abdullah Sports City acogía la final de la Supercopa de España: un ‘superclásico’ para decidir el título. Esta vez, a diferencia del 0-4 disputado en el Santiago Bernabéu esta misma temporada, las sensaciones tras el pitido inicial de Gil Manzano empezarían siendo algo diferentes. Por un lado, el FC Barcelona arrancaba como creador de oportunidades -algunas más claras que otras-, pero en cambio, bajo los pies de Mbappé, el Real Madrid había puesto el primero en el marcador con tan solo cinco minutos de partido.
El golpe del tempranero tanto no rompía la planificación de Hansi Flick, pues su equipo seguía creando oportunidades de peligro e imposibilitando la salida de balón blanca. No obstante, faltaba la aparición de un genio para empatar el resultado, y ese genio tenía nombre y apellidos: Lamine Yamal. Sobre el veinte de choque, el extremo campeón de la pasada Eurocopa lograba sorprender a la defensa merengue con una jugada repleta de recortes que definiría al borde del área con un tiro limpio.
Lamine Yamal empataba el partido tras una jugada excepcional. Fuente: Yasser Bakhsh.
El Real Madrid había entrado en una racha de errores e imprudencias fruto de una gran presión alta azulgrana, que culminaría en un penalti de Camavinga sobre Gavi. Lewandowski, después de acudir Gil Manzano al VAR, anotaba el 1-2 a diez minutos del descanso. El conjunto blanco, hundido en la incomodidad, necesitaba reengancharse al encuentro o, al menos, evitar que la herida se hiciera más grande, lo cual acabaría sucediendo pocos minutos después.
Remataba Raphinha violentamente un centro milimétrico de Koundé para poner un colchón de dos goles sobre el club de la capital. Mientras tanto, los de Ancelotti seguían viendo más cercano el 1-4 que el 2-3, pese a optar con nueve minutos de añadido con motivo de un golpe en el tobillo a Mbappé y una lesión de Íñigo Martínez. Para culminar la goleada antes del descanso, Balde, con asistencia de Raphinha, hacía realidad lo que se venía vislumbrando.
Del mismo modo que finalizaba el primer tiempo, arrancaba el segundo. A raíz de un potente chut de Rodrygo que chocaba en el poste de la portería defendida por Szczesny, llegaría la manita culé. Los protagonistas, tanto Raphinha por la brillante definición como Casadó por la asistencia. Sin embargo, pese al contundente 1-5, al Real Madrid, con unos ánimos más que decaídos, se le abría una nueva puerta. Mbappé conseguía ganarle la espalda a Araújo y Szczesny, con tal de evitar el segundo gol blanco, frenaba una acción que le iba a suponer una cartulina roja y, a posteriori, la anotación de Rodrygo en la misma falta.
Rodrygo recortaba distancias en la misma falta que suponía la expulsión de Szczesny. Fuente: Yasser Bakhsh.
El partido se prestaba frenético gracias a una expulsión que había cambiado por completo el rumbo del mismo, pero el conjunto blanco continuaba sin saber cómo hacerle daño a su máximo rival. Ancelotti, ante la mala actuación de Vinicius Jr y a sabiendas de que estaba amonestado, decidía sustituirle por Brahim Díaz. Sus jugadores, aun con un jugador más, corrían detrás de las posesiones azulgranas, que además se defendían en un sólido y comprometido bloque.
Con un 2-5 y una parada final de Iñaki Peña a Mbappé, que fue el que más lo intentó para su equipo, el FC Barcelona se convertía en supercampeón de España consiguiendo aplastar a todo un Real Madrid.
XI Real Madrid (4-2-3-1): Courtois (P); Lucas Vázquez (Asencio 52′), Tchouaméni (Modric 64′), Rüdiger, Mendy (Fran García 75′); Valverde, Camavinga (Ceballos 46′); Rodrygo, Bellingham, Vinicius Jr (Brahim 76′); Mbappé.
Entrenador: Ernesto Valverde
XI Barcelona (4-2-3-1): Szczesny (P); Koundé, Cubarsí, Íñigo Martínez (Araújo 28′), Balde; Casadó, Pedri; Lamine Yamal (Dani Olmo 59′), Gavi (Iñaki Peña 59′), Raphinha (Ferran Torres 79′); Lewandowski.
Entrenador: Hansi Flick
Goleadores Real Madrid: Mbappé 5′, Rodrygo 47′
Amonestaciones Real Madrid: Camavinga 35′, Rüdiger 53′, Vinicius Jr 55′, Tchouaméni 62′, Asencio 77′
Goleadores Barcelona: Lamine Yamal 22′, Lewandowski 36′, Raphinha 39′ 48′, Balde 45+10′
Amonestaciones Barcelona: Íñigo Martínez 45+8′, Szczesny 56′ (R), Lewandowski 77′, Araújo 87′, Raphinha 89′
Árbitro Principal: Gil Manzano
Árbitro VAR: Iglesias Villanueva
Estadio: King Abdullah Sports City
Redactor: Adrian Garcia