
La Galerna
·17 de marzo de 2025
El Madrid de Valverde

La Galerna
·17 de marzo de 2025
Que el Madrid nunca ha sido club de autor lo cuenta su historia. El equipo de Zamora, Ciriaco y Quincoces, el de Di Stéfano, los García, La Quinta del Buitre, el de Los Ferraris o Cristiano no borraba la mano que mecía aquellos vestuarios, pero, por tradición y costumbre los jugadores siempre han pesado más que los entrenadores en Chamartín. Y esto seguramente tenga que ver con el propio ADN, irrenunciable libro de estilo transmitido de generación en generación que salta las páginas de los matices y la filosofía de cada preparador. El Madrid nunca se jactará de haber inventado un sistema o una nuevo enfoque del juego, su fuerza reside en una idea que nunca lo aleja del éxito: rendirse no es una opción.
Desde una entrega sin límite que no sólo le hace lucir en su parcela, Valverde obliga al compañero a no bajar nunca el listón
En este marco, Federico Valverde ha ido colándose en el cuadro hasta cotas que quizá pocos esperaban para un jugador que, a priori, no es sinónimo de gol ni protagonista de fintas y regates… pero es mucho más que eso. Si para triunfar debes correr o marcar la diferencia, el uruguayo hace tiempo que superó esa teoría pendular para marcar su propio territorio. Desde una entrega sin límite que no sólo le hace lucir en su parcela, obliga al compañero a no bajar nunca el listón. Fedatario de la energía por la que clama Ancelotti, Valverde es bandera y bastión, el último asidero al que aferrarse cuando llega la marejada.
Ha escrito Valdano que “El fútbol es una construcción colectiva que jugadores providenciales hacen saltar por los aires. Si falla la construcción, el equipo no encontrará el orden. Si fallan los jugadores providenciales, no habrá solución a los problemas”. Y justo ahí está Valverde, en los cimientos y las ideas. Concebido como interior con recorrido, las artimañas de Carletto, unidas a las necesidades derivadas de lesiones y planificaciones escasas de planificación, el 8 fue un extremo de sorpresa para ganar la decimocuarta y ahora cubre el lateral con la soltura y eficiencia de un veterano.
Valverde es bandera y bastión, el último asidero al que aferrarse cuando llega la marejada
Siempre en primera línea, Valverde se basta solo para avanzar y cubrirse las espaldas. Es el pulmón por el que respira el Madrid, la actualización charrúa de Pirri. Y no descartemos que termine sus días en el césped, como el ceutí, actuando de líbero. Al tiempo.
Del mismo modo que añoramos el juego de Kroos, tenemos que elogiar su visión al considerar a Valverde como digno sucesor. Y no sólo de dorsal. En la foto de estos años, el uruguayo no sólo merece un sitio principal, sino que está opositando muy seriamente para que reconozcamos a este Madrid como 'El Madrid de Valverde'.
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