VIP Deportivo
·26 de agosto de 2022
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·26 de agosto de 2022
El HBF Park está en remodelación para poder acoger la cita mundialista y dejará a Perth Glory sin jugar en casa hasta marzo.
Vestirse de gala nunca sale barato. Australia y Nueva Zelanda serán las anfitrionas de la próxima Copa del Mundo femenina, que se disputará en verano de 2023. Albergar la competición ha supuesto tener que lidiar con daños colaterales. Los países oceánicos están tratando de retocar los últimos detalles para poder estar a altura de la cita. La remodelación del HBF Park, por ejemplo, va a suponer un durísimo varapalo económico para el club que disputa allí los encuentros como local en la liga australiana, el Perth Glory.
El feudo del conjunto que viste de violeta está en reformas y fuera de servicio hasta el próximo mes de marzo de 2023. La A-League, sin embargo, dará su pistoletazo de salida en octubre de 2022. Esto supone tener que disputar 19 jornadas consecutivas lejos de su estadio. Una vez terminadas las obras, sólo restarán 7 jornadas, en 4 de las cuales, Perth Glory ejercerá como equipo local y, a priori, sí podrán ser disputadas en el HBF Park.
HBF Park | Austadiums
Para las primeras 9 jornadas como local, Perth Glory deberá buscar una cancha donde reubicarse. No obstante, el «gran» estadio más cercano al HBF Park, el Joondalup HBF Park (a 25 quilómetros) no agrada a la Australian Profesional Leagues, la organizadora de las ligas profesionales en Australia. Deberían mejorarse las prestaciones lumínicas, así como añadir una grada supletoria, cambio de césped y otros retoques estructurales.
En caso de no poder solventarse esta problemática, la economía del club tiritaría a niveles extremos. Evidentemente, sin estadio fijo o lejos de la ciudad de Perth, suena inviable lanzar una campaña de abonos. Por ello, Perth Glory perderá (o dejará de ganar) una cantidad cercana a los 3 millones de dólares. A esto hay que sumarle los 1,6 millones por temporada que se pagaron para jugar en el HBF Park como local y otros 1,8 millones corporativos. Así lo ha comunicado el propietario del club, Tony Sage, en The West Australian.
Pero esto no es todo. Hay que tener en cuenta la dramática situación financiera que el COVID ha provocado al Perth Glory en las últimas dos temporadas. Sin ir más lejos, el propietario tuvo pérdidas por valor de 5 millones de dólares sólo en la pasada campaña. Gobierno, APL y club están en constante contacto, pero la situación no parece mejorar.
«Nos han jodido sin tener nosotros la culpa. Nos han lanzado a los lobos». Así lo ha definido Tony Sage. Más claro, agua. Dicen que no hay mal que por bien no venga, pero esa habladuría no debe reconfortar al empresario australiano.
Esta iba a ser una temporada de recomposición económica. De sanación de cuentas. La pandemia hizo mucho daño y Perth Glory necesitaba una temporada tranquila en términos financieros. No va a ser así y las pérdidas van a seguir achacando al club.
Una vez campeón de la ‘regular season’ y dos veces subcampeón de la A-League, es el quinto conjunto en la clasificación histórica del país. En la última campaña, las complicaciones económicas, sumadas al bajo nivel deportivo, provocaron que el club, que empezó siendo entrenado por el hispano-australiano Richard García, despedido en las postrimerías, quedara en última posición por primera vez en la historia. En Australia no hay descensos ni ascensos y, por tanto, Perth Glory seguirá siendo equipo de la A-League, aunque, eso sí, con aspiraciones no muy diferidas de las de la pasada edición.
La Copa del Mundo, una cita jovial y especial, que cualquier país desea albergar, va a suponer, sin embargo, un auténtico traspiés financiero para uno de los grandes clubes del país organizador.
Imagen principal vía: Perth Glory.
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