Agente Libre Digital
·19 de octubre de 2024
Agente Libre Digital
·19 de octubre de 2024
El fútbol volvía a La Rosaleda tras dos jornadas consecutivas jugando fuera de casa. La jornada 10 de LaLiga Hypermotion acogía un Málaga vs Oviedo, con la vuelta a casa de un jugador que solo tiene piernas buenas y por el que no pasan los años, Don Santiago Cazorla. Un Oviedo bastante superior y que mereció mucho más, acabó celebrando el empate a cero tras el paradón de Escandell al penalti de Antoñito Cordero en el último minuto de partido.
Parada de Escandell al penalti de Antoñito Cordero. Fuente: Real Oviedo.
El colegiado tocaba su silbato y el equipo dirigido por Pellicer empezaba con un disparo muy desviado de Kevin Medina en el 6´. Dos minutos después Cazorla se disponía a sacar su primer saque de esquina. Y con ello llegaba la primera de las ovaciones. Digo primera porque luego vendrían más.
El segundo de los córners estuvo acompañado de otra ovación y de una ocasión clarísima que salvaba Manu Molina sobre la línea de gol. El Oviedo seguía apretando y en el 15’, Ilyas Chaira cruzaba la pelota en exceso. Los asturianos probaban al segundo portero que más paradas realiza en la segunda división y en el 19´, Alfonso Herrero detenía con el pie un disparo abajo de Moyano, tras realizar un exquisito control.
El equipo de Calleja presionaba muy arriba. Siempre hombre a hombre cuando la pelota llegaba a pies de Herrero, para provocar el mítico pelotazo de los porteros en estas situaciones de asfixia. Los blanquiazules tenían muchos problemas para salir jugando desde atrás y eso se veía reflejado en constantes balones arriba y pérdidas de balón.
Los primeros 45 minutos no daban para mucho más. En el 38´Carlos Puga veía la primera cartulina amarilla del partido y antes de rozar el descanso llegaba la lesión de Carlos Pomares, que era sustituido por Abdel Rahim. Tras dos minutos de añadido, concluía el primer tiempo en La Rosaleda.
Pellicer revolucionaba al equipo con un doble cambio al comenzar el segundo asalto. Aarón Ochoa y Joakin Gabilondo entraban por Dani Lorenzo y Carlos Puga en el minuto 46. El delantero del Oviedo, Alemão, que estaba siendo un dolor de cabeza para los defensas malaguistas, volvía a avisar con un disparo potentísimo en ese mismo minuto, que una vez más paraba Herrero.
Otra vez volvía a ser protagonista el 9 brasileño. En el 51´ caía en el área blanquiazul al recibir una patada de Manu Molina y tras un control algo largo. La posibilidad de penalti era evidente pero el colegiado consideró que no era suficiente para autorizar la pena máxima. En el 60´ y antes de marcharse al vestuario, Cazorla hacía una diablura solo a su alcance, en el área malaguista. Dos minutos después dejaba el partido y el estadio se ponía en pie para despedirle. Ovación para un jugador que con una temporada en Málaga se ganó el respeto de toda una ciudad.
Cuando quitas al cerebro del equipo pasa lo que pasa. A raíz de ello, el partido empezó a desmelenarse. Chilena de Alemão en el 66´, paradón brutal de Aarón Escandell al disparo con rosca de Dioni y un pie inexplicable de Herrero, que por unos segundos se disfrazaba de Casillas frente a Robben en la final del Mundial de 2010. Los minutos de locura son los que más disfruta el Málaga pero con los que más sufren los aficionados.
El encuentro llegaba más abierto de lo que cualquiera se podía imaginar. Siete de añadido iban a dar para mucho; y así fue. En el minuto 93, cuando parecía que llegaba la sentencia del Oviedo, el mano a mano de Paraschiv rozaba el palo. La Rosaleda aliviada, confiaba en tener una última oportunidad, y no se equivocaban.
En el 99´, Einar Galilea no llegaba a rematar por milímetros y caía en el área. El árbitro, Sesma Espinosa, era avisado por el VAR para que viera el agarrón que había impedido cabecear en condiciones óptimas a Galilea. Tras ver la repetición de la jugada en la pantalla, el colegiado señalaba la pena máxima y expulsaba a Oier Luengo, autor del agarrón.
Un día más, el joven Antoñito Cordero asumía una responsabilidad impropia de sus 17 años. La joya del Málaga golpeaba fuerte, abajo y al lado izquierdo, igual que en la épica remontada frente al Albacete. La gran diferencia, que esta vez apareció una mano salvadora de Escandell. El partido llegaba a su fin con empate a cero.
Celebración del Real Oviedo tras la parada del penalti. Fuente: Real Oviedo.
Caprichos del fútbol, pero esta vez no pudo ser. El Málaga suma su quinto partido consecutivo sin obtener los tres puntos. La senda de la victoria se resiste para los de Pellicer, que antes del penalti hubieran firmado el empate, pero después, son ellos los que peor sabor de boca se les queda. Finalmente, el Oviedo celebró el empate a cero y el Málaga lo lamenta.