La Colina de Nervión
·27 de noviembre de 2024
La Colina de Nervión
·27 de noviembre de 2024
Todo parece indicar que el Sevilla FC tendrá trabajo en el próximo mercado de fichajes. Su victoria ante el Rayo Vallecano no esconde las carencias de un equipo que vuelve a ser irreconocible en sus facetas más decisivas. Con la afición molesta, el equipo que no da el rendimiento idóneo y unas incorporaciones que no han acabado de hacer efecto, los fantasmas del curso pasado vuelven a escena. De hecho, los principales señalados siguen siendo la dirección deportiva y sus evaluaciones para escoger los refuerzos de verano. Otra ventana más que lo que viene deja mucho que desear, véase el caso de Valentín Barco o Kelechi Ilheanacho.
Ambos fueron soluciones de emergencia ante la necesidad de cubrir ciertas demarcaciones sensibles. La defensa y la delantera no pasaban buenas horas en el pasado mercado de fichajes del Sevilla FC. Con Acuña y Ocampos fuera, difícil sería olvidar a 2 de las piezas claves del proyecto hispalense de los últimos años. Ambos dejaban Nervión para dar paso a las siguientes generaciones y rejuvenecer la media de edad de la plantilla. Su desgaste tanto deportivo como personal con algunos miembros del staff técnico precipitó la relación y se marcharon por la puerta de atrás sin recibir todo el calor que se merecían.
Con esa fría despedida, la tónica desde la dirección deportiva no mejoró y lo que se trajo, fue peor de lo esperado. Su cartel, de lo más llamativo, pero su rendimiento sigue muy verde con el primer tercio del curso ya consumido. Posiblemente, Ilheanacho y Valentín Barco, sean 2 de los peores fichajes que se recuerdan y eso se refleja también en la poca confianza derivada por su entrenador, García Pimienta. El catalán poco margen ha tenido con ellos que prácticamente los ha fulminado mandándolos a la grada cada vez que puede. Motivos tendrá a razón que el nigeriano todavía ni se ha estrenado como goleador, dato reprochable por la posición que ocupa en el terreno de juego, y del lateral, Valentín Barco, poco se ha visto también.
Pocos ratos han tenido y cuando han jugado no han convencido al entrenador. El caso más llamativo es el del argentino, que ha jugado mucho menos que el delantero. Si la ausencia del gol es motivo de críticas, la fragilidad defensiva que evidencia el lateral, no se queda atrás. El defensa ya se ha perdido un total de 6 duelos. Los dos últimos, precisamente, las dos derrotas del Sevilla FC. En la victoria frente a los de Vallecas pudo jugar, aunque con el partido ya resuelto y sin especial impacto en el juego.
Valentín Barco, durante su debut con el Sevilla FC frente al Girona CF | Imagen: Ana Marín & La Colina de Nervión
En verano, Valentín Barco, llegó sin esa opción de compra y haciéndose cargo los sevillistas de su sueldo. Una estrategia que parece que les ha salido rana. El joven jugador destacaba por vertiente más ofensiva, recordando al mejor Acuña con ese desequilibrio constante. Sin embargo, los informes que llegaban al Sánchez-Pizjuán eran muy positivos. Se habló muy bien de su gran control del balón y de la precisión notable en los centros, que pocos ha podido realizar. De hecho, no ha realizado ninguna asistencia y poca influencia ha tenido en el juego.
Pese a que lo han posicionado como uno de los laterales jóvenes más prometedores del fútbol argentino, su estancia en el Sevilla FC ha pasado muy desapercibida. Su vinculación, a priori, era hasta junio, pero su poca aportación puede cambiar las cosas. Procedente del Brighton, con quien tiene contrato hasta 2028, la idea era que se fogueara lejos de casa y convertirse en una pieza clave. Sin rastro de esa misión, tal y como desvelaba el periodista de Cope, Víctor Fernández, su intención es marcharse lo antes posible y desde Inglaterra lo reubicarán en un nuevo destino.
De este modo, el Sevilla FC ganará más margen de cara al mercado de fichajes y buscará un nuevo lateral que pueda ocupar su plaza. Hasta el momento, no se barajan nombres, pero la idea pasa por ocupar su hueco. La prioridad es clara, aunque la situación en ataque tampoco aventaja grandes soluciones más allá de aferrarse al trabajo de los extremos, los más destacados en esa demarcación de arriba.
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