El Real Madrid en modo protesta contra los árbitros y la RFEF | OneFootball

El Real Madrid ha tomado una decisión sin precedentes a tan solo un día de la final de la Copa del Rey. El club blanco no participará en ninguno de los actos oficiales organizados por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) previo al partido ante el FC Barcelona. Y la postura es total: no habrá rueda de prensa, no se realizará el entrenamiento protocolario ni se tomará la tradicional foto de los entrenadores.

Pero el distanciamiento va aún más lejos. Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, tampoco asistirá esta noche a la cena oficial de presidentes. Inicialmente, se había planeado que viajara mañana junto a los jugadores lesionados, pero a esta hora, incluso su presencia en el palco de La Cartuja está en duda. El club sopesa la posibilidad de que Florentino tampoco acuda al estadio durante la final. Un golpe monumental en la previa de un título.

El detonante de esta situación fueron las declaraciones de los árbitros asignados a la final. Tradicionalmente, era habitual que los colegiados comparecieran ante la prensa antes de las finales, como sucedió en la Supercopa de España de hace dos años con Martínez Munuera y Soto Grado. Sin embargo, bajo la presidencia de Pedro Rocha y con la llegada de Pablo Louzán al Comité Técnico de Árbitros, esta práctica había desaparecido. No hubo rueda de prensa en la última Supercopa.

Ahora, en vísperas de la final de Copa, la RFEF decidió recuperar la costumbre. De Burgos Bengoetxea y González Fuertes, encargados de impartir justicia mañana, comparecieron públicamente.

El enfrentamiento no es nuevo. Tras su partido ante el Espanyol, el Real Madrid emitió una carta abierta pidiendo una «reforma estructural» del sistema arbitral español. El comunicado acusaba al estamento de estar «viciado», «corrompido» y de incurrir en «fraude», además de exigir «la sustitución de árbitros con etapas bajo sospecha» y manifestar que las decisiones arbitrales en contra del club habían alcanzado niveles de «manipulación y adulteración de la competición» que ya no podían ser ignorados. Solo han pasado 81 días desde aquel explosivo comunicado.

Durante la rueda de prensa de este viernes, De Burgos Bengoetxea se mostró mesurado, pero González Fuertes fue tajante: aseguró que «se tomarán medidas», que los árbitros están «más unidos que nunca» y advirtió que «se avecina algo histórico». Sus palabras terminaron por encender aún más el ambiente en Valdebebas.

Desde la perspectiva del Real Madrid, consideran inadmisible que un juez de la final realice tales declaraciones, interpretándolas como un claro indicio de predisposición en su contra. Inmediatamente, el club solicitó formalmente la sustitución de los árbitros asignados.