El Nueve y Medio
·23 de julio de 2020
El Nueve y Medio
·23 de julio de 2020
ښې چارې! ته څنګه يې؟ (Khe chare! Ta tsanga ye?) Así se saluda en pastún, uno de los idiomas oficiales en Afganistán (el otro es dari, una versión del persa). Espero que estés muy bien hoy. La semana pasada estuvimos hablando del futbol en el servicio militar de Corea del Sur. Ahora viajaremos a nuestro destino, que se encuentra en Asia Central.
El territorio que ahora comprende Afganistán fue parte del Imperio Persa, y lo lógico es que hubiese absorbido la música; sin embargo, también han influido diversos pueblos túrquicos que habitan Asia Central. La música que escucharás es un claro ejemplo. Te presento a Sediq Shabab (صدیق شباب), llamado “el rey del qarsak” (پادشاه قرصک, pâdeshâh-e qarsak), género desarrollado durante la edad de oro del zoroastrismo. En el qarsak (aplauso en persa), se toca el doira (دایره un tambor con argollas), se aplaude y se recitan versos (llamados usul, اصول) en ritmo uniforme. Las canciones son lacónicas y emocionales. Sediq Shubab pertenece a la etnia tayika. Aquí canta Gulha ra chida (گلهارا چیده, Recogí las flores).
Vamos al tema de esta semana.
Han sido demasiados vicios en el futbol mexicano. Cambio de franquicias de una ciudad a otra (como el caso de Dinamo de San Petersburgo a Sochi, de lo que hablé hace ya tiempo), multipropiedad, presencia excesiva de extranjeros, problemas de pagos atrasados en algunos equipos, falta de oportunidad a jugadores promesas… la gota que derramó el vaso fue la eliminación del descenso y el ascenso, lo cual dio al traste con proyectos sólidos e interesantes que arrancaban desde divisiones inferiores, como La Paz FC, donde mis compañeros Luis “Tatos” Gil y Luis Peña trabajaban en la inteligencia deportiva (aquí puedes leer las columnas de Tatos y de Peña).
Para contrarrestar este futbol en cierta manera contaminado, a finales de enero de este año se anunció la creación de la Liga de Balompié Mexicano, con dos objetivos principales: darle otra oportunidad a los jugadores que no han alcanzado cupo en la Liga MX y la nueva Liga de Expansión, además de llevar el futbol a plazas que no habían tenido ese privilegio. De inmediato levantó expectación: 20 equipos donde los cinco mejores disputan la liguilla final, solamente cinco extranjeros por equipo (tres en el campo), aforo mínimo de 5.000 espectadores en su estadio, ganancias de televisión repartidos equitativamente… suena demasiado convincente.
Por lo pronto, esta liga ya tiene a 15 equipos afiliados. Hay renacimientos, como el Neza FC, Lobos BUAP y el Atlético Veracruzano; hay primeras o segundas oportunidades, como Oaxaca y Acapulco, y ya hay proyectos en cooperación con otros países, como Ecuador y el Atlético Ensenada (por cierto, ¿sabías que otro compañero nuestro, Miguel Balderas, diseñó su escudo?). Y acaban de dar otro golpe de autoridad: será la primera liga bajo jurisdicción de la ConIFA.
México no es el primer país que tiene una liga paralela. Eso ya sucedió con India y su Indian Super League (algo de lo que hablé en mi primer Geobalón), que ahora tiene el aval de la FIFA y ya otorga cupos para la Champions League de la AFC y la Copa AFC, esta última especie de Europa League asiática.
En ambos casos hemos visto ligas paralelas, y que han sido creadas gracias a la acción de ex futbolistas (caso LBM) o hasta de cracks del cricket o estrellas de Bollywood (caso Indian Super League). ¿Qué pasa cuando se crea una liga con el afán de pacificar un país desangrado por años y años de guerra? ¿Qué pasa cuando surge gracias a un reality show? Querido amigo, déjame llevarte a Afganistán.
Obviamente en un imperialismo tan voraz como el de finales del siglo XIX las potencias coloniales pasaban por encima de los débiles, pero cuando llegaba el momento de toparse con alguien de su tamaño, se la pensaban dos veces antes de irse a las armas. El Imperio Ruso engullía territorios túrquicos, mientras que el Imperio Británico empezaba a explotar las riquezas que le ofrecía el Subcontinente Indio. En algún momento encontraron un territorio entre la cordillera del Hindu Kush; ambos imperios lo quisieron. Aparte, tenían a la China de la dinastía Qing y a Persia. Como no era conveniente un enfrentamiento entre todos, decidieron crear un estado buffer. Lo nombraron Afganistán.
Ser un país buffer no es tener una vida sencilla. Aquí conviven etnias, tribus y pueblos que constantemente no tienen las mejores relaciones entre sí. Mal que bien, Afganistán funcionaba bajo la figura de un rey llamado Amanullah Khan (امان الله خان). Afganistán constantemente era coqueteado por Estados Unidos y Unión Soviética para que se uniera a su bando en la Guerra Fría, Amanullah Khan optó por permanecer neutral. Casi 50 años pasó Amanullah Khan en el trono en Kabul, hasta que viajó a Roma. Ahí, aprovechó el pueblo para establecer una república… que duró muy poco, porque otro golpe de estado (ahora sí con sangre) dio pie a la creación de un protectorado socialista de la Unión Soviética.
El problema que no dimensionaron es que la doctrina de Marx, Lenin y Stalin no sería acogida con beneplácito en un estado donde todo funciona con tribus con jerarquías claramente definidas, y de nuevo hubo conflicto: ahora los soviéticos luchaban contra los mujahideen (مجاهدين) rebeldes. Esta fue la oportunidad que estaba esperando Estados Unidos para lavarse la humillación de Vietnam. Empezó a financiar a un grupo fundamentalista islámico llamado Talibán (طالبان). Y así los soviéticos salieron por la puerta de atrás y empezó una seguidilla de fracasos que a la larga causaron su implosión.
Sin embargo, el régimen talibán creció y creció hasta dominar prácticamente todo Afganistán. Dominaron a placer cinco años con puño de hierro, imponiendo su interpretación estricta del Corán. Duraron hasta 2001 por el pretexto del atentado a las Torres Gemelas del 11 de septiembre, lo que causó que Estados Unidos invadiera el país y los quitara del poder. Ahora Afganistán es una república islámica presidencial unitaria, pero sigue en guerra con los talibanes, que siguen controlando buena parte del territorio.
Con más de 40 años de constantes guerras con poco descanso, no es sorpresa que Afganistán tenga niveles alarmantes de corrupción, pobreza, desnutrición infantil y terrorismo. A veces parece que la esperanza del pueblo afgano luce lejana, a veces se piensa que la alegría de los afganos no puede prevalecer por los constantes atentados.
A pesar de lo anterior, no todo está perdido, más cuando tienes deportes tradicionales como el buzkashi (بزکشی), o deportes más internacionales, como el cricket y el futbol. ¿Cómo es el futbol en Afganistán?
A inicios del siglo XX, Afganistán limitaba al sur con los dominios indios británicos. Por ello, el futbol no es un deporte relativamente nuevo. De hecho, su federación surgió en 1922. Se afilió a la FIFA en 1948 y fue una de las fundadoras de la Confederación Asiática de Futbol en 1954. Su primer club fue el Mahmoudiyeh FC (کلپ فوتبال محمودیه), establecido en 1934; le siguió el Ariana Kabul (کلپ آریانا), en 1941. El segundo fue la primera selección afgana, que debutó contra Irán (una victoria y dos derrotas). El primero se fue de gira a India Británica en 1937 y formó buena parte del equipo de Afganistán que participó en los Juegos Olímpicos de Londres 1948, donde se llevó un 6-0 a manos de Luxemburgo.
El futbol creció bastante en el gusto de la población afgana durante las décadas de 1950, 1960 y 1970, como en todo el mundo. La única diferencia es que no había un campeonato local establecido, y no había una selección que participara al menos en los Juegos Asiáticos. Entonces, Afganistán dejó correr años vitales para hacerse notar en la escena mundial, primero por omisión, luego porque no hubo de otra: llegaron las guerras interminables y la intransingencia del régimen talibán.
Hablando precisamente de los talibanes, te dejo un ejemplo de su intolerancia al futbol: era el año 2000. La etnia más numerosa en Afganistán es la pastún, pero por la partición entre rusos y británicos, quedaron separados de sus hermanos en Pakistán. No creas que se olvidan de ellos. En Chaman (چمن), la segunda ciudad más poblada de Balochistán (بلوچِستان) y localizada en plena frontera con Afganistán, hay un equipo deportivo llamado Young Afghan Club. Se les ocurrió ir de gira a la tierra hermana, concretamente a Kandahar. ¿Qué les podría pasar? Ya iban por el tercer juego. Corría el medio tiempo cuando los talibanes ingresaron a apresar a esos jugadores en camiseta y shorts. Todo mundo corrió. ¡Sálvese quien pueda!
El DT y toda la banca escapó, salvo 12 jugadores. Los talibanes los capturaron, los dejaron una noche en la cárcel, y los dejaron libres… no sin antes raparlos, un castigo que estaba reservado a los ladrones de poca monta. ¿Por qué? Los talibanes ordenaban que todos los hombres usaran turbante, se dejaran la barba y vistieran la ropa “no pécora”: el shalwaar kameez (شلوار قمیض), pantalones guangos y una camiseta de manga larga. Era obligatorio usarlo a pesar del calor. Ya ni hablamos del trato hacia la mujer.
Entonces, Estados Unidos invadió Afganistán para encontrar a Osama bin Laden (أسامة بن لادن) (que, por cierto, es de origen yemení y nació en Arabia Saudita) y los talibanes cayeron del poder. Ese fue el momento cuando el deporte recuperó sus signos vitales. Cuando regresó el futbol, se dio cuenta de que en la más estima de la población había un deporte intruso que había sido traído por esos pastunes de Pakistán: el cricket. Otro dato sobre los pastunes, ¿sabías que de esta etnia es la heroína de la educación femenina en Pakistán, Malala Yousafzai (ملاله یوسفزۍ)?
Había un largo trecho que recorrer. Su regreso fue en los Juegos Asiáticos Busán 2002. Su bautizo se dio en el fuego más abrasador: 0-10 contra Irán, 0-11 contra Qatar y 0-11 contra Líbano. Su primera victoria llegó hasta 2003, cuando vencieron a Kirguistán 2-1 como parte de las eliminatorias a la Copa Asiática China 2004. A partir de ahí, participaciones en la Challenge Cup (competencia para las selecciones más débiles de Asia), eliminatorias al mundial, eliminatorias a la Copa Asiática y Copas SAFF.
Poco a poco empezaban a metabolizar las toxinas de la derrota y los resultados llegaban. Por ejemplo, para Alemania 2006 perdieron con Turkmenistán con un global de 13-0; para Sudáfrica lograron empatar de visitante contra Palestina… y esto fue gracias a convocar a jugadores afganos que radicaban en el extranjero.
Pero nada como la Copa SAFF del 2011. Les tocó un grupo con India, Sri Lanka y Bután. Primero, empataron con India, le pegaron 3-1 a Sri Lanka y destrozaron 8-1 a Bután. En este partido, Afganistán logró la victoria más holgada de su historia, anotó el único hat-trick del torneo (Balal Arezou), y el gol más rápido (Ata Yarmali, عطا یارملی). Avanzaban así a semifinales por primera vez en su historia. Y ahí no terminó: le ganaron a Nepal por primera vez en su historia. El 4-0 en la final con India no empañó ese diciembre de 2011. Ahora el sur de Asia sabía que los leones de Khorasan (شیران خراسان, sherân-i Khorâsân) podían competir y bien.
Es 2012. Afganistán ha quedado eliminado otra vez en las eliminatorias de la Challenge Cup, lo que es una decepción considerando la final del año pasado. La Federación de Futbol de Afganistán decide tomar el toro por los cuernos y armar una liga verdaderamente nacional. Pero ya tenemos una liga, protestan algunos. Sí, pero está localizada en Kabul (کابل), les contestan los demás. Eso es entendible, pues Kabul es la cuidad más rescatable de un Afganistán en reconstrucción. Necesitamos un campeonato que en verdad tome en cuenta a todo el país, incluyendo a las temidas zonas todavía en poder de los talibanes. Todos los jugadores hasta el momento vienen de las grandes ciudades, pero sobre todo de la capital. Seguramente hay más talento al interior.
Es por ello que la federación decide armar la Afghan Premier League. ¿Pero con qué patrocinadores? Aquí entra Roshan Telecom (روشن), la empresa de telecomunicaciones más importante, y MOBY Group (گروه موبی, Gorúh-e Mobi), el mayor productor de contenido audiovisual. MOBY tiene varios canales, entre ellos Tolo (طلوع), para los hablantes de persa, y Lemar (لمر), para los que hablan pastún. Tolo ha tenido la idea de la década: ¿y si hacemos un reality show para obtener a los equipos de esta nueva idea? ¡Genial! Así queda anunciado Maidan-e Sabz (میدان سبز), “el campo verde” en persa.
Se lanza la convocatoria para ingresar a Maidan-e Sabz. Miles de jóvenes afganos se inscriben con el objetivo en mente de ser parte de la nueva liga de futbol. Las locaciones no son solamente en Kabul, también está el norte (Mazar-i-Sharif, مزار شریف), el sur (Kandahar, کندهار), el este (Jalalabad, جلالاباد) y el oeste (Herat, هرات). Las pruebas son muchas: cualidades físicas, mentales, con el balón… Por ejemplo, los jugadores deben correr a través del fango y el agua usando pesas en los talones mientras dominan el balón con la cabeza. Todo ello bajo la mirada escrutiñadora de ex jugadores y entrenadores de la selección nacional. Estas pruebas se dan a lo largo de ocho episodios, que se pueden consultar en YouTube.
Al final de cada episodio, el público selecciona por votación telefónica a 168 jugadores que irán a alguno de los ocho equipos que tendrá la nueva liga. Cada equipo tiene 18 jugadores. El objetivo de Maidan-e Sabz es llevar el futbol a las casas afganas, incentivar a los negocios y fortalecer la unidad nacional a través del deporte.
¿Cómo se logrará eso? Cada equipo de la nueva Afghan Premier League (لیگ برتر افغانستان, Lig-e bartar-e Afghanestân) representa a una de las ocho regiones en que la ONU dividió a Afganistán para su programa de asistencia. Asimismo, cada equipo recibirá un nombre que inspire el patriotismo entre los afganos y que evoque animales y lugares emblemáticos de la historia y la geografía.
Estos son los equipos de la Afghan Premier League:
Shaheen Asmayee (شاهین آسمایی). Representa a la capital y a su área metropolitana. Shaheen quiere decir “halcones” en persa, y Asmayee es el nombre en pastún de una colina cerca de Kabul.
De Spin Ghar Bazan (د سپین غر بازان). Ubicado en la ciudad de Jalalabad, es el equipo de la región Este y representa a las provincias de Nangarhar (ننګرهار), Kapisa (کاپيسا), Kunar (کونړ), Laghman (لغمان) y Nuristan (نورستان). Bazan son halcones más grandes que los shaheen y viven en Spin Ghar, el nombre en pastún de la coordillera Safed Koh (سفیدکوه), que llega a Pakistán.
De Abasin Sape (د اباسین څپې), el equipo del sureste. Ubicado en la ciudad de Khost, representa a las regiones de Khost (خوست), Paktia (پکتيا), Paktika (پکتیکا) y Logar (لوګر). Sape es una palabra pastún que quiere decir “olas”. Mientras que Abasin es también pastún y es el nombre con el que se denomina al río Indo, uno de los más largos de Asia. Resulta que el río Kurram es tributario del Indo. Y es una manera tácita de decirles que el Indo no es solamente un río pakistaní.
Oqaban Hindukush (عقابان هندوکش): el equipo del centro, juega en Ghazni y representa a las regiones de Ghazni (غزني), Parwan (پروان), Bamyan (بامیان), Panjshir (پنجشیر), Daykundi (دایکندی) y Wardak (وردگ). Oqaban es “águilas”, y el Hindukush es donde empieza el cielo de Asia: por aquí se llega a los montes Pamir, Karakoram e Himalaya.
De Maiwand Atalan (د میوند اتلان): es el equipo de la región del sur, juega en Kandahar y representa a las provincias de Kandahar, Helmand (هلمند), Urozgan (اروزګان), Nimruz (نیمروز) y Zabul (زابل). Este es el único equipo bélico. Hay que recordar la batalla de Maiwand (میوند), el 27 de julio de 1880, parte de la segunda guerra anglo-afgana. Aquí, los afganos lograron derrotar a un regimiento británico-indio. Esta batalla sigue siendo recordada en Afganistán, y por ello son héroes (o Atalan en pastún).
Toofan Harirod (طوفان هریرود), el equipo del oeste. Localizados en Herat, representan a las regiones de Herat, Farah (فرا), Ghor (غور) y Badghis (بادغیس). Toofan es tifón en persa. Harirod es “río Hari” en el mismo idioma. Este río se interna hacia Turkmenistán y se pierde en el desierto Karakum… de paso formando el oasis de Tejend. Así pues, es una manera de darle fuerza a este río con triste final.
Simorgh Alborz (سیمرغ البرز), del noroeste. Sus oficinas están en Mazar-i-Sharif y representan a las regiones de Balkh (بلخ), Samangan (سمنگان), Sar-e Pol (سرپل), Jowzjan (جوزجان) y Faryab (فاریاب). Este nombre está ligado con la mitología persa: Simorgh es el nombre de un ave preciosa que sirve de mediadora entre el cielo y la tierra y que ha vivido tanto que ha sido testigo de tres destrucciones del planeta; mientras que Alborz es el monte legendario alrededor del cual giran los planetas y las estrellas de acuerdo con los zoroastras.
Mawjhai Amo (موجهای آمو), del noreste. Es el equipo de la ciudad de Kunduz, y representa a las regiones de Kunduz (قندوز), Badakhshan (بدخشان), Takhar (تخار) y Baghlan (بغلان). Mawj es “olas” en persa y hace referencia al río Amu Darya, que desemboca en lo que queda del mar de Aral.
Aún hay más: supongamos que uno de los mejores jugadores del episodio proviene de la región oriental. El equipo del sur, del sureste o del centro lo querrá a toda costa para reforzar su plantilla. Entonces, tenemos jugadores de diferentes etnias conviviendo entre sí en una región donde no nacieron.
Por la situación del país, no se puede hacer una liga normal en formato de todos contra todos a una o dos vueltas. Todos los partidos deben jugarse en la cancha del pasto sintético el estadio de la Federación de Futbol de Afganistán en Kabul, con capacidad para cinco mil espectadores. Los ocho equipos se dividen en dos grupos de cuatro que juegan entre sí una vez, y tienen semifinales y final. Entonces, se trata de una temporada con apenas 16 partidos en el año y se disputa entre septiembre y octubre. Así, pues, tenemos a la liga más corta de la FIFA, más corta que el campeonato de Groenlandia (más información, aquí).
Moby Media Group también se encarga de transmitir los partidos por medio de sus canales. 2012 fue el año de nacimiento de la Afghan Premier League y hasta la fecha sigue el torneo. Se estimaba que los equipos de la Kabul Premier League se incorporaran, pero no fue así. De todas maneras, el poderío capitalino no se discute. El equipo a vencer es precisamente Shaheen Asmaayee, que ha aparecido en siete finales de ocho y ha logrado ganar el título cuatro veces. Le sigue el Toofan Harirod, con tres coronas, y campeón defensor en las últimas dos temporadas.
Primero que nada, la ahora denominada Rahmani Foundation Afghan Premier League ha sido reconocida por el Alto Consejo de Paz, establecido por el gobierno para negociar con el régimen talibán. Este campeonato le ha dado la oportunidad de ser tomada en cuenta a una de las etnias más discriminadas, la hazara. También es una terapia para jugadores y aficionados que quieren dejar atrás los horrores de la guerra. Los partidos son seguidos por miles de personas, que inundan las calles de Kabul durante el torneo. Los niños buscan colarse como sea al estadio para ver esos partidos. Y los ratings jamás bajan. Esta liga tampoco ha sido pasada por alto ni por la AFC ni por la FIFA, que ven cómo el futbol es un solaz en Afganistán.
Algo así ocurrió con el cricket, el deporte de equipo predilecto en Afganistán. Se creó la Shpageeza Cricket League (شپږیزه کريکټ لیګ) con un formato de Twenty20. A diferencia del futbol, Afganistán ya ha formado parte de la élite varias veces, así que este campeonato atrae a jugadores promesa de Inglaterra y del Caribe. El objetivo es el mismo. lograr la paz en el país a través del deporte.
El futbol logró la paz anhelada y con resultados al año siguiente. Afganistán fue a Nepal a disputar la Copa SAFF. No solamente superó la fase de grupos de manera convincente, también sacó al anfitrión por la mínima y luego se cobró la revancha al ganar la final contra India al ganar 2-0.
En la noche del 11 de septiembre de 2013 nadie en Afganistán durmió. Todos estaban orgullosos de nombres como el capitán Zohib Islam Amiri (ذهیب اسلام امیری), Mustafa Azadzoy (مصطفي ازادزوي), Sandjar Ahmadi (ساندچار اهمادى), Balal Arezou (بلال آرزو), Mohammad Marouf (محمد معروف). Y todos querían llevar en andas al MVP del torneo, el guardameta Mansur Faqiryar (منصور فقیریار): solamente dejó pasar un gol en los cinco partidos y paró todo, incluyendo dos penales contra Nepal en los últimos minutos.
Y bueno, a la FIFA nada se le escapa. Enero de 2014. Era la ceremonia del Balón de Oro de la FIFA en Zúrich. Antes de que Cristiano Ronaldo rompiera el protocolo y gritara Siiiiiimmmm por haber ganado su segundo balón de oro, la FIFA mencionó la categoría al Premio Fair Play. El ganador fue Afganistán “por la solidaridad del futbol contra todos los pronósticos tras los efectos de la guerra, el desorden y el conflicto”. Es que imagínate: de estar en el lugar 204 en el ránking FIFA de enero del 2003 llegó al 122 en abril de 2014.
Afganistán se puede considerar ya como una selección de peso medio. Llegó a la semifinal de la última Challenge Cup, se marchó de la región del Sur de Asia como subcamepón de la Copa SAFF y compitió de buena manera en las eliminatorias al mundial de Rusia y la Copa Asiática Emiratos Árabes Unidos 2019. Ahora tiene un nivel que atrae a afganos que han nacido o se han refugiado en países como Rusia, Australia, Alemania y Estados Unidos. Esos afganos del exterior son reforzados por el producto de esa liga atípica que brinda paz a Afganistán. Y todo eso gracias a un reality show.
Particularmente el equipo femenil de Afganistán era visto como un faro para motivar a una nueva vida de la mujer en un país golpeado por el régimen talibán. Todo cambió en 2019, cuando se destapó una cloaca en lo más alto de la Federación de Futbol: algunas futbolistas confesaron haber sufrido abuso sexual por parte de jugadores y directivos. Esta triste historia te la traigo la siguiente semana.
El futbol en Afganistán quedó severamente golpeado debido a guerras civiles y a la inclemencia del régimen talibán: una vez castigaron a un equipo pakistaní por no respetar el código de vestimenta. Después de la invasión estadounidense que sacó del poder a los talibanes, el futbol volvió a la vida. Tras un inicio bastante débil en 2002, fue mejorando hasta obtener el subcampeonato de la Copa SAFF en 2011. Al año siguiente, la Federación de Futbol de Afganistán creó la Afghan Premier League. Uno de sus patrocinadores, Moby Group, ideó el reality show Maidan-e Sabz para elegir a los jugadores de los ocho equipos de esta nueva liga, que representarían a cada región del país. Esta liga ha probado ser un motivo de cohesión de la sociedad afgana: equipos repletos de jugadores de diversas etnias conviviendo. Con respaldo del Alto Comisionado de la Paz, la AFC y la FIFA, se ha disputado cada año. Los resultados fueron inmediatos: campeonato de la Copa SAFF 2013, premio Fair Play de la FIFA y semifinales de la Challenge Cup.
Nos vemos la siguiente semana. !دخداى په امان (Da khoday pa amaan!)