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Carlos Muñoz del Real·22 de junio de 2019
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Carlos Muñoz del Real·22 de junio de 2019
Los primeros 45 minutos fueron una verdadera oda al fútbol. Control, presión y ocasiones, Polonia no salía de su campo y España asediaba y asediaba hasta conseguir el premio del gol que llegó con Fornals en el minuto 17. Con más del 60% de la posesión, un recital de Ceballos, Fabián y Oyarzabal que se encontraban con un Grabara que fue el mejor de su equipo con una tremenda diferencia.
Dos goles de Oyarzabal y uno tremendo de Fabián Ruíz en apenas tres minutos daban una ventaja más que holgada a la Rojita que se iba al descanso con el partido ganado y la clasificación a semifinales y los Juegos de Tokio muy encaminada.
En la segunda mitad la peor noticia la daba Oyarzabal, el jugador de la Real se retiraba lesionado y en camilla con lágrimas en los ojos por una posible torsión en su pierna derecha. Lo cierto es que esta baja no hizo bajar los brazos de una España que quería más y más, quedaba el gol de Ceballos, que en este Europeo sólo marca golazos. Llegó de falta directa en el minuto 70, disparo inapelable a la escuadra y Grabara hizo la estatua.
Los polacos se dedicaron al juego duro en el tramo final de un partido donde España se dedicó a protegerse con el balón pero no quería renunciar a jugar en campo contrario. No había mejor forma de cerrar el partido que con una manita, Borja Mayoral lo necesitaba y lo consiguió, ya en el minuto 90, Fornals inició, Olmo asistió y Mayoral ejecutó y puso la puntilla a una exhibición que quedará para la historia.
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