Este año no toca | OneFootball

Definitivamente, García Pimienta tiene miedo a la felicidad. Y eso se lo transmite al equipo del Sevilla Fútbol Club. Esto no va de que, con mejor plantilla, sería aspirante a cotas más altas; hay quienes tienen un perfil y otros no. A este hombre hay que agradecerle este año que nos vaya a estabilizar en la zona aburrida de la tabla, y eso ya es mucho. Pero no se le puede pedir más. Mejora a la plantilla más allá de lo que es, pero no de lo que debería ser. Conseguir eso solo está al alcance de los genios de la motivación y la estrategia. Genios que seguramente, con esta plantilla y en esta fase de la trayectoria del club, nos llevarían a un cataclismo.

El Sevilla Fútbol Club disputó un más que decente partido con un notable Nyland, un estúpido penalti de Saúl detenido, y una defensa sólida; un Agoumé y Sow cada vez más asentados, y un Ejuke y Lukebakio amenazantes. Todo el peligro de los leones lo creó el propio Sevilla, nada vino de las botas de los bilbaínos en la primera parte: el miedo se palpaba en el propio once inicial. El salto de escala se presumía desde el principio como una tierra ignota que inspiraba vértigo en el vestuario. Saúl ya perdió el último tren, al sevillismo ya se le acabó la paciencia, a García Pimienta también, y lo señaló en el descanso.

Por fin, una delantera en el Sevilla Fútbol Club para ganar sin tristeza. Lukebakio, Ejuke, Romero y Adams. Y Vargas… un suizo tan asintomático como Rakitic. Ayer se perdió otro match-ball. Y se perdió. Esta es hoy nuestra realidad. García Pimienta ha demostrado que es capaz de mantener al equipo vivo cuando todo lo tenía en contra; ahora también hay que demostrar si puede hacerlo cuando, no digo todos, pero si algunos factores alumbran media sonrisa.

El pasado domingo era el primer día que esto ocurría. Hay entrenadores que solo saben jugar con todo en contra: les asusta la felicidad y les motiva la angustia. El mago de Utrera es uno de ellos. El gran Caparrós se fue del Sevilla Fútbol Club cuando mejor lo tenía, mostrando así sevillismo de cuna y la senda que conduce a la gloria. Esta temporada no toca, no habrá sorpresas ni buenas nuevas desde el equipo. Ojalá las cosas se vayan arreglando desde la diligencia después del Consejo; serían las mejores noticias que ahora podemos esperar. Lo mejor de esta tarde gris es que otra vez llegamos a La Palmera siendo claros favoritos para la derrota.

“Está en el juego, en el que tiene que ser jugado en el futuro con la puesta del ser, aquello que nunca estuvo en juego en la historia del pensar…” (M. Heidegger)