Apuntes de Rabona
·7 de noviembre de 2022
Apuntes de Rabona
·7 de noviembre de 2022
Expertos del IPCC —Intergovernmental Panel on Climate Change— determinaron que 2030 es la fecha límite para frenar los estragos del medio ambiente. Existe un equipo de futbol que lucha contra esta crisis global, el más ecológico del mundo: Forest Green Rovers.
Fundado en 1890 por un reverendo de nombre E.J.H Peach, sufrió varias transformaciones antes de llamarse Forest Green Rovers, pues en el 94, al cambiar el trazado urbano de la región de Nailsworth –localidad donde está el club—, los dueños decidieron nombrarlo Nailsworth Association Football. Después de eso, y de jugar en ligas locales como: Division One of the Mid-Gloucestershire League, Stroud & District League y a la Dursley & District League, recuperaron el nombre de Forest Green Rovers, al absorber definitivamente a Nailsworth.
De acuerdo con el portal Transfermarkt, el equipo está valuado en 6.45 millones de euros, juega en la League One del futbol inglés y se mantiene en la parte baja de la tabla de aquella división, sin embargo, la historia del club no es lo único que podemos destacar, pues las acciones de Forest Green Rovers lo hacen un equipo único.
Todo comenzó en 2010 cuando el originario de Great Yarmouth, dueño de Ecotricity –empresa encargada de distribuir energía renovable a empresas y comunidades-, Dale Vince, adquirió la mayor parte de las acciones para revolucionarlo por completo. Pero no lo hizo en el plano deportivo, sino en convertir al equipo en una institución sustentable y amigable con el medio ambiente.
Para ello, el también presidente del club implementó en 2011 un medida que podría parecer drástica pero fue parte del proyecto sustentable: a partir de febrero de ese año el equipo dejaría de consumir carne roja.
Después de ello, la misión era transmitir el mensaje hacia la afición y al mundo entero. Para ello, el club ha sustituido en su estadio los alimentos “pesados” –como ellos los nombran en su sitio de internet—, para implementar un menú vegano mismo que cambia jornada a jornada. El argumento de Vince es que la producción de ganado tiene un impacto mucho mayor en el ambiente, por lo que plantas y opciones alternativas son una vía para reducir los daños.
El equipo se ha vuelto totalmente sustentable, no por nada, Forest Green Rovers ha sido premiado por la ONU con el Momentum for Change, premio que reconoce las acciones contra el cambio climático, pues el club utiliza energía ecológica, misma que proviene de paneles solares ubicados en el techo del estadio.
A su vez, el terreno de juego también es totalmente verde, pues está libre de pesticidas y materiales ajenos al césped y es regado con agua recolectada de lluvia. Por si fuera poco, Mow-bot, una podadora eléctrica dirigida por GPS, se encarga de mantener el césped en óptimas condiciones.
Por último, Forest Green Rovers ofrece a sus aficionados la posibilidad de recargar sus vehículos eléctricos en el estadio. Además, los traslados son realizados en autos eléctricos o con cero-emisiones. A pesar de todas estas acciones, Dale Vice tiene en mente construir el Eco Park que optimizará las medidas hasta ahora implementadas. Con estas acciones el club ha demostrado que un futbol sostenible es posible, solo es cuestión de proyectos que deben ser constantes, pero sobre todo, conscientes.
¿Te gustaría conocer más del impacto ambiental que ocasiona el futbol?
Por: José Macuil García
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