Diario UF
·18 de octubre de 2020
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·18 de octubre de 2020
Pocos conocerán de la existencia del Harrogate Town, un equipo muy pequeño que ha conseguido tocar la cima con los dedos, no sin antes pasar por mil y una penurias. Para ponernos un poco en contexto, Harrogate es una ciudad situada al norte de Leeds, que cuenta con un gran prestigio, siendo el lugar de residencia de varios jugadores del Leeds United. Y pese a que siempre han vivido a la sombra de sus vecinos, esta temporada el Harrogate logró ascender por primera vez al fútbol profesional de Inglaterra.
Antes de comentar su historia más reciente, es evidente que contaremos todo lo que le ha tocado vivir a este pequeño club. Para empezar, cabe destacar que en su escudo pone la fecha de 1919, pero el equipo se fundó en 1914. Entonces, ¿cuál es el sentido? Pues es básicamente porque el año que se fundó el club estalló la Primera Guerra Mundial. Precisamente, cuando el Harrogate iba a disputar su primer partido oficial, las cosas se torcieron y enviaron un telegrama dos horas antes para confirmar que el partido se tenía que suspender por falta de jugadores. Todos los miembros del club tuvieron que alistarse a sus respectivos regimientos.
De esta forma, el Harrogate no debutó como equipo hasta el fin de la guerra, en 1919, y de ahí esa fecha tan significativa. Quiero hacer un pequeño paréntesis en la historia, pues esta anécdota me recordó al Leyton Orient, otro equipo inglés que tiene como uno de sus grandes logros el ser el equipo que más futbolistas aportó a la contienda. Este hecho hizo que el Leyton Orient recibiera una carta del mismísimo rey Jorge, apoyando al equipo por su patriotismo y por todas las personas que murieron en la batalla.
Tras esta pequeña curiosidad, prosigamos con el Harrogate Town. Tras el final de la Primera Guerra Mundial, el club pasó unos años duros en la década de los 30, llegando a tener varias refundaciones, como el Harrogate Hotspurs. Pero por casualidades de la vida, las potencias mundiales volvieron a recordar los fantasmas del pasado y se proclamó la Segunda Guerra Mundial. El panorama deportivo y humano fue desolador, esas circunstancias hicieron que el club cambiara de nuevo su nombre, al que conocemos hoy en día: Harrogate Town AFC.
No creo que sea la primera vez que os dicen que un equipo pequeño es también familiar. Es algo muy repetido entre los equipos más humildes, pues la cercanía del aficionado con el club es muy notable, sintiéndose uno más del equipo. Pero el Harrogate lo lleva al extremo, pues el presidente y entrenador son padre e hijo, eso sí es familiar. El entrenador es Simon Weaber y no es que llegara a su puesto por obra de su padre, sino que él ya entrenaba al equipo antes de que su padre, Hirving, comprara el club.
Los inicios de Simon en el Harrogate fueron realmente duros, llegando a quedarse sin sueldo para poder fichar a los jugadores que quería en su equipo. Pero no sólo en lo económico, también en lo deportivo. En la temporada de su debut (2009-2010) acabaron últimos en la National League North (sexta división del fútbol inglés), pero un milagro les salvó de un futuro incierto. El Norwich Victoria descendió administrativamente por unas irregularidades, logrando la salvación. Al año siguiente (2010-2011), el Harrogate se salvó en la última jornada, sufriendo a lo largo del campeonato. Ese mismo año, Hirving compraría el club y todo cambió.
Hirving invirtió mucho tiempo y dinero en el equipo. Primero, cambió el césped artificial por uno natural y convirtió al equipo en profesional. En lo deportivo fue toda una leyenda, el Harrogate, que venía de salvarse las dos últimas temporadas de manera milagrosa, ascendió dos años seguidos. En el segundo, los de Simon ganaron al Notts County y ascendieron a la League Two, cuarta división del fútbol inglés pero la primera en ser profesional.
La relación entre Simon e Hirving, dice el propio Simon, es bastante sana y con muy pocas peleas. Pero una anécdota graciosa que Simon cuenta es que él fue operado y nada más terminar la operación, a su padre no se le ocurrió otro tema del que hablar que empezó a comentarle el presupuesto del club. “No es un buen momento papá”.
Cuando repasas todo lo que le ha tocado vivir al Harrogate, te das cuenta de sus encantos. Un equipo que rebosa de humildad hasta en su staff técnico, pues el capitán del equipo es también el entrenador del equipo Sub 23. Otro de los puntos que le hacen pequeño es su afición. Al estar situados en una zona de gran influencia del Leeds, hace que recibir aficionados en el estadio sea una labor muy difícil.
Cuando estás a la sombra de todo un histórico, no es sencillo poder atraer a la gente. No obstante, el propio Simon asegura que los aficionados no cambian de clubes, pero sí pueden lograr convertirse en el segundo equipo de mucha gente. Aun así, los aficionados tienen como uno de sus emblemas “Harrogate Town AFC for the love, not the glory”, lo que viene a significar que los aficionados siguen al Harrogate por amor al equipo de su pueblo, no por los títulos.
Las cosas no siempre salen como nos gustaría, muchas veces el viento no sopla a nuestro favor pero eso al Harrogate no le pareció importar. Un equipo que se resignó a morir y que nunca dio nada por perdido. Ejemplo de que no tenemos que ser los mejores para sentirnos grandes. Pequeños, humildes, diferentes, pero, sobre todo, luchadores. Harrogate Town amigos y amigas.