Fichajeando.com
·23 de octubre de 2020
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Este popular licor de hierbas es consumido cada fin de semana en bares de todo el mundo, pero lo que no saben sus aficionados es que cambió por completo la historia del deporte rey. Hoy en El Señor del Balón os traemos la peculiar anécdota que une al Jägermeister y a un club de fútbol hundido económicamente.
En el año 1973 muchos equipos alemanes sufrieron una dura crisis económica después de haber sido involucrados en una red de amaño de partidos. Entre los históricos Schalke 04 o Hertha Berlín se encontraba el Eintracht Braunschweig, un modesto club de la Baja Sajonia que por aquel entonces estaba en la primera división alemana. El Eintracht, fundado a finales del siglo XIX, había conseguido en 1967 su primer y único título de la Bundesliga, y unos años después se vio afectado por la ya nombrada crisis económica. Fue entonces cuando apareció el apoyo de una marca también procedente de la Baja Sajonia, liderada por Curt Mast: Jägermeister. El presidente del club alemán, Ernst Fricke, recibió una oferta de 100 000 marcos alemanes (algo menos de 30 000 euros) en 1973 por patrocinar la marca en la camiseta, algo revolucionario en el fútbol europeo de aquel entonces. Pronto la Federación Alemana de Fútbol (Deutscher Fußball-Bund) se opuso a tal propuesta, por lo que el Eintracht Braunschweig tuvo que “adaptar” las normas impuestas por la Federación: cambió su tradicional escudo (con un león en el centro de la camiseta) por el ciervo característico de la bebida alcohólica, convirtiéndose así Jägermeister en la primera marca comercial en patrocinar a un equipo de fútbol en Europa. Curioso a la par que revolucionario, pero lo cierto es que con la situación económica del club la propuesta era irrechazable.
El famoso logo de la marca, con un ciervo y una cruz en el centro, es un homenaje a San Huberto, obispo de Lieja y cazador de ciervos, además de patrono de los cazadores. Cuenta con una inscripción en la etiqueta que dice Forma parte del honor de un cazador proteger y preservar su práctica, cazar con caballerosidad y honrar al Creador y sus criaturas. Su inventor y destilador original, Curt Mast, tomó la receta de una bebida que su abuela le daba para soportar las largas jornadas de cazas de ciervos en el invierno alemán. Una bebida destinada a ser usada por cazadores (la traducción de Jägermeister sería “maestro cazador”) compuesta por varias frutas, anís y jengibre entre otros muchos ingredientes (se dice que unos 56) que sirvió de publicidad para el Tercer Reich (se introdujo en el año 1935), y en especial para Hermann Göring, jerarca nazi muy aficionado a la caza que se dejaba ver bebiendo este licor.
“Van a profanar nuestros colores”. Era la frase más repetida en los medios de comunicación, y también por los aficionados en el año 1973. En una primera instancia la revolucionaria propuesta de la publicidad en las camisetas no fue muy bien aceptada por cierto sector de la afición alemana, que hasta el día de hoy sigue manteniendo muchos valores del fútbol de la vieja escuela. Sin embargo, los socios y votantes de la encuesta que llevó a cabo el club dirigido por Fricke lo tenían claro: de los 152 votos solamente 7 fueron en contra. El impacto en el fútbol teutón fue tal que equipos como Hamburgo o el Fortuna Düsseldorf mostraron en la siguiente temporada un patrocinador en sus equipaciones.
El acuerdo entre club y marca era total, y siguieron de la mano unas temporadas más. Hasta tal punto fue el boom causado por la bebida, que la propia empresa propuso que el equipo de fútbol pasase a llamarse oficialmente “Eintracht Jägermeister”, algo que la Federación Alemana rechazó inmediatamente.
Con el descenso del conjunto de la Baja Sajonia a la 2. Bundesliga en el año 1985, el acuerdo con Jägermeister se rompió, poniendo fin a una de las historias más peculiares del fútbol del viejo continente, y cambiando por completo el deporte con aquel acuerdo.