Santa Fe Deportivo
·28 de marzo de 2024
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·28 de marzo de 2024
Corrían los primeros del 2022 y el mundo Boca sufría un fuerte cimbronazo tras una acalorada discusión entre el entrenador de ese momento, Sebastián Battaglia y Agustín Almendra. La misma fue en muy malos tonos y provocó que el jugador abandonara la práctica de fútbol y acto seguido, el DT decidiera desafectarlo del plantel profesional.
Unos días más tarde, Darío Benedetto sentenciaba la situación y decía: «Hay que respetar al entrenador y a los compañeros siempre. Agustín (Almendra) nunca entendió la camiseta que tenía puesta, con él no hay vuelta atrás».
El mediocampista intentó pedir disculpas, pero no logró modificar la postura del DT: «Fue un momento de calentura. Para mí quedó atrás, ojalá pueda tener una charla con el DT y pedirle disculpas. Estoy arrepentido por todas las cosas que pasaron. En ningún momento quise irme del club».
A más de dos años de aquel encontronazo, Battaglia dio detalles de la situación: “Las reglas están para cumplirse. Si no, es cualquier cosa. Cada uno hace lo que quiere. Vos estás en un grupo y sos parte de esto. Hay una cabeza, un entrenador y una parte dirigencial”, dijo en diálogo con TyC Sports.
Luego, reconoció dos frases muy fuertes que le dijo el mediocampista en aquella práctica. «Como jugador ganaste todo, pero como entrenador sos un desastre», fue la primera.
«Lo voy a decir porque no tengo ningún problema. Me dijo esa parte y hay otra parte, donde me dice: ‘Vos ganaste cuatro Libertadores al pedo’. Menos mal, sólamente ganaste cuatro, ja…», reveló Battaglia
Allá por 1996, un joven Battaglia de 15 años aprovechó el fin de semana libre y viajó a Santa Fe junto a su compañero Franco Marcovecchio, en ese entonces futbolistas de las inferiores de Boca. Ahí, ambos tenían a sus familiares, pero también el club del cual eran hinchas: Colón.
Los dos aprovecharon su estadía en tierras santafesinas para ir a alentar a un recién ascendido Sabalero en el Cementerio de los Elefantes. Entre los integrantes de ese equipo se encontraban jugadores como el Negro Ibarra o el Huevo Toresani.
Sin embargo, en los años siguientes Battaglia tuvo que esconder su fanatismo por un reto de Jorge Griffa, reconocido descubridor de talentos que en ese entonces estaba al frente de las juveniles del Xeneize.«Vos tenés que decir que sos de Boca», le decía.
Además, la posibilidad de jugar en las inferiores de Colón nunca estuvo en consideración. Por el nivel que ya demostraba a temprana edad, la intención era apuntar a clubes de Rosario o Buenos Aires. Así se lo explicó Juan Chena, entrenador de Battaglia desde los 6 a los 15 años, a Olé: «Fuimos dos o tres veces a Newell’s, me decían un día que sí y otro que no, daban muchas vueltas. También a Central, pero decían que no había lugar en la pensión. Y después a San Lorenzo, donde ya había quedado cuando me llamó Regenhardt y me convenció de llevarlo a Boca. Dios existe, pero atiende en Buenos Aires».