Gambeta
·23 de noviembre de 2022
Gambeta
·23 de noviembre de 2022
Juan Aimale (@juan_aimale)
En la apertura del Grupo E fuimos testigos de un partido que será recordado por mucho tiempo. Japón comenzó abajo frente a la candidata Alemania, por un gol de Ilkay Gundogan de penal, pero supo reponerse en el complemento y acabó venciendo por 2-1 con goles de Ritsu Doan y de Takuma Asano. El encuentro disputado en el Khalifa International Stadium y arbitrado por el salvadoreño Iván Bartón entrará en la historia como el triunfo más importante de la historia mundialista japonesa.
1- El Plan inicial: Hajime Moriyasu pensó en un partido con su equipo replegado, dejando el protagonismo en manos de Alemania, esperando presionar cuando se acercasen a mitad de cancha, y allí transicionar velozmente al ataque. Para Alemania fue dificil superar el bloque japonés, jugar con demasiados interiores llevó el ataque a la zona media, donde Japón se fortificó. Sin referencia en el área, y frente a la imposibilidad de llegar abriendo las bandas, el equipo de Hansi Flick terminó apostando a remates de media y larga distancia poco peligrosos.
2- La fortaleza alemana: El partido que planteaban los asiáticos, le entregaba casi totalmente la pelota a unos europeos a los que les costaba llegar a zona de definición con peligro. Lo mejor de los teutones aparecía cuando Joshua Kimmich volcaba el juego hacia las bandas, y se encontraba con un Jamal Musiala que abría el juego hacia la izquierda, y ni hablar cuando David Raum pasaba al ataque. Cualquiera de estas asociaciones, dejaba en inferioridad numérica al lateral Hiroki Sakai, quien fue lo más flojo de Japón. Una apertura del volante del Bayern Munich hacia la izquierda derivó en la proyección de Raum que acabó en el penal del 1-0.
David Raum engancha ante un Shuichi Gonda que le comete penal. Foto: Futbolred
3- Cambio táctico: La necesidad de buscar el empate llevó a Moriyasu a cambiar de esquema para el complemento. El ingreso de Takehiro Moriyasu en lugar de Takefuba Kubo para conformar una línea de 3 con Maya Yoshida y Ko Itakura, liberando y proyectando tanto a Sakai como a Yuto Nagatomo para acompañar a los volantes. Este kamikaze planteo permitía presionar más alto y llegar con mucha más gente, pero representaba quedar desprotegido en defensa.
4- Cambios ganadores: Con los ingresos de Takumi Minamino, Ritsu Doan y Takuma Asano, Japón encontró la frescura ofensiva para superar a una Alemania incapaz de definirlo y que sufría cada vez que atacaban por la punta de Niklas Süle. Una triangulación por izquierda que comenzó con un providencial quite de Wataru Endo, y paso por Minamino, acabó en un centro cortado a medias por, y en la oportuna aparición de Doan para decretar el empate. Luego, un largo envío a la espalda de Nico Schlotterbeck sería capitalizado por Asano para ganar el partido.
5- El factor Gonda: El triunfo japonés no se explicaría de no ser por el Shuichi Gonda. Seguridad y sencillez en el primer tiempo, y una memorable jugada en el segundo tiempo en que salvó cuatro veces la caída de su arco con el partido todavía 1-0 para Alemania.
Foto destacada: T13
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