FEMALEFUT
·7 de abril de 2023
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En la primera edición de la Finalissima Femenina, las Lionesses vencieron en una dramática tanda de penales a Brasil, que lo había empatado en el añadido tras un partido con dos equipos de dos caras completamente diferentes cada uno. El gol definitivo fue obra de Chloe Kelly, que vuelve a aparecer en el momento indicado para que Inglaterra conquiste un nuevo título en Wembley.
La máxima catedral del fútbol, el Estadio de Wembley abrió sus puertas para que más de 83,000 personas ocuparan asientos para el histórico primer partido entre las campeonas de la Eurocopa, Inglaterra y las campeonas de la Copa América, Brasil, en una réplica del éxito que significó la versión varonil del choque.
La recién nombrada como mejor entrenadora del mundo, Sarina Wiegman, eligió a lo mejor de su repertorio para salir al terreno de juego del majestuoso inmueble londinense, partiendo con un 4-3-3 de inicio, con Mary Earps en el arco, Williamson liderando al seleccionado británico, teniendo también un firme mediocampo con Keira Walsh como la directora de orquesta y completando con un tridente envidiable con James, Russo y Hemp.
Por el bando sudamericano, la experimentada Pia Sundhage volvió a Inglaterra, donde 39 años atrás dió la Eurocopa 1984 a Suecia con el penal definitivo en la Final de aquel histórico certamen para alinear a un joven pero potente once trazado con 5-3-2 en la pizarra, encabezando Leticia bajo palos una solida defensiva que no iba a regalar un solo espacio para generar peligro de arranque, el sector medio con una tercia que parece volar y adelante la desequilibrante Geyse junto Bea Zaneratto buscando no extrañar a Marta.
En cuanto Stéphanie Frappart hizo sonar el silbato en una agradable tarde en Londres para la práctica del fútbol, Inglaterra hizo sentir que eran locales y tomaron el control del esférico buscando ofender con toques rápidos que intentaban descolocar a la defensiva verdeamarelha, aunque sin mucho éxito. El balón frecuentemente volvía hasta Leah Williamson buscando que la capitana del cuadro de blanco y azul orientara el juego.
Tras un par de interesantes movimientos de Russo y un correcto rechace de Leticia a un potentísimo disparo de la lateral del Barcelona, Lucy Bronze, Brasil parecía encontrar la calma ganando algunos metros en el campo liberando la presión vivida en los primeros veinte, fue con este terreno que Inglaterra pudo hacer un gol fiel al estilo que han dominado con Sarina, logrando una bella combinación entre Stanway, Bronze y James por derecha, dejando a la segunda con el esférico en su poder para tocar al área a la aparición de Ella Toone, quien entró en los libros de historia con una gran definición para ser la primera anotadora de la Finalissima Femenina.
Foto vía @Lionesses (Twitter)
Tras el gol de la jugadora del Manchester United, las Lionesses retomaron el control y ampliaron la ventaja con una soberbia definición de la ya protagonista Lauren James, sin embargo, la asistente levantó la bandera invalidando la acción por fuera de lugar. Los siguientes quince minutos se fueron sin mucho brillo, con el conjunto local moviendo a placer en su última línea, que ya jugaba en las cercanías del círculo central. El primer tiempo concluyó con una abismal diferencia en la posesión del esférico de 73-27.
En el entretiempo cabe resaltar el homenaje realizado a la histórica artillera inglesa Ellen White, que recibió un jersey con el 113 de sus partidos jugados con la camiseta blanca y un botín de oro en reconocimiento a su título de máxima rompe redes de la selección con 52 festejos.
Para el complemento Sundhage no se la pensó dos veces y modificó de tajo con un doble movimiento de Adriana y Andressa Alves entrando por Bia Zaneratto y Lauren al césped de Wembley intentando modificar una decepcionante imagen. Esos cambios en el cuadro amazónico dieron frutos, puesto que por medio de un juego colectivo brillante e intenso hicieron que las locales retrocedieran muchos metros generando ahora el peligro sobre la meta de Earps, que incluso tuvo que esforzarse para repeler dos buenos intentos. La más clara la tuvo Geyse, que erró en la definición completamente sola en el área chica, pero el peligro ya era real.
Pasada la primera hora del juego, Brasil ya merecía el empate, pero ya fuera Williamson corrigiendo o Earps atajando, las ocasiones no caían, forzando un nuevo movimiento por parte de la entrenadora sueca, su colega también decidió modificar para cerrar el partido que se le iba de las manos con los ingresos de Rachel Daly y la histórica Chloe Kelly. Estos dos últimos cambios apagaron el incendio, pues con su frescura dieron calma al conjunto local, que comenzaba a ver el trofeo más cerca.
Mientras las pantallas de Wembley anunciaban la gran asistencia de 83,132 espectadores, el terreno de juego cada vez veía menos ideas claras y más intensidad que nunca, reflejado esto en el fortísimo golpe que hizo a Lauren Hemp marcharse con la camiseta ensangrentada para dar ingreso a Robinson.
Entrando al añadido de cinco minutos, el tiempo agotándose ponía presión al elenco americano, que intentaba mediante centros desesperados que eran repelidos por una defensa brillante, esto hasta que Andressa Alves se avivó y empujó cayéndose el rechace corto de Mary Earps apagando por completo los festejos con un dramático gol al 93′ que no dio tiempo para más forzando la tanda de penales.
La definición con más drama en el deporte comenzó con Stanway cobrando con maestría (1-0), Adriana ejecutó a la derecha y Earps alcanzó a tocarla, pero el balón ingreso de todas formas (1-1), Toone cobró mal y Leticia salvó (1-1), sin embargo Earps se puso el traje de heroína y detuvo el cobro de Tamires (1-1). Daly volvió a poner orden con un gran disparo a la derecha (2-1), mientras que a la experimentada Rafaelle se la comieron los nervios eligiendo la potencia pero reventándola en el larguero (2-1). Greenwood engañó por completo y puso la copa al alcance de Inglaterra (3-1), luego Kerolin mostró nervios de acero y con paradinha incluída, recortó la ventaja (3-2).
Finalmente el penal definitivo fue para quién más si no Chloe Kelly, lanzada a la absoluta idolatría por el gol para el título del año anterior y que ahora tenía en su pie derecho la posibilidad de festejar nuevamente en casa. La delantera del Manchester City dió un pequeño salto para tomar impulso y de derecha rompió la red para escribir un nuevo capítulo de su idilio con los grandes momentos logrando el gol que permitió a Leah Williamson levantar el segundo trofeo oficial del fútbol femenino inglés.
¿Es Inglaterra la gran candidata para conseguir el título mundial en Australia y Nueva Zelanda 2023?
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