Regate Femenino
·24 de julio de 2023
Regate Femenino
·24 de julio de 2023
“Don’t worry about a thing, cause every little thing, gonna be all right”. Bob Marley lo sabía, y lo dejó escrito por allá 1977, cuando ‘Three Little Birds’ salió a la luz y se convirtió en uno de sus mayores éxitos. Una filosofía que contagió a través de la música, y que ha representado a todo un país. El mismo que hoy disputa su segunda Copa del Mundo femenina tras una década de crecimiento y superación gracias, precisamente, al legado del pionero del reggae. Fue su hija, Cedella Marley, quien acudió a la federación jamaicana para relanzar una sección sumida al ostracismo y llevar a jugadoras del nivel de Khadija Shaw a brillar ante millones de personas. Porque ante Francia, pese a su expulsión final, fue la mejor del partido. Ella pone la magia. Enorme responsabilidad para una delantera que ha sufrido, pero nunca se ha rendido.
Bob Marley adoraba jugar al fútbol. Una pasión que ocupó toda su niñez. Nunca le faltaba el balón, como tampoco la guitarra. «El fútbol es libertad» fue una de sus grandes frases. Y no le faltaba razón. Porque aunque el fútbol no fue el deporte más popular en su querida Jamaica, para Bob eso no era problema. Incluso ya de adulto, se lo llevaba en cada gira, con partidos organizados entre miembros de la banda y periodistas. Ese amor por el balón lo transmitió a sus hijos, y años después, de allí saldría una historia que ha permitido a Jamaica volver a plantarse a un Mundial por segunda edición consecutiva. Cuando las cosas pintaban peor, Cedella Marley apostó por el fútbol femenino, y eso que ni sabía de la existencia de la selección, y el resultado ha dado sus frutos. Recoges lo que siembras, que dice la frase hecha.
En 2008 la federación jamaicana se planteó disolver el programa de las selecciones femeninas debido a la falta de fondos. El fin de un combinado que en 1991 había disputado su primer partido y que desde entonces pasaba a la sombra. Sin embargo, seis años después, Cedella Marley recibiría de su hijo un folleto en el que las ‘Reggae Girls’ reclamaban ayuda. Un grito que sirvió a Cedella para informarse y darse cuenta del escaso apoyo que recibía el equipo. A partir de ese momento, y a través de la fundación de Bob Marley, ella y su familia se encargaron de generar conciencia y sobre todo, atraer patrocinadores. Cedella se convirtió en la embajadora del equipo femenino, ocupándose de las necesidades básicas, como la nutrición, los entrenamientos o los viajes. Fue el inicio de una gran revolución. ‘This is love’, lo apodó Bob.
En 2019, Jamaica se convirtió en la primera selección caribeña en clasificar para un Mundial femenino. Sería la segunda vez que el país jamaicano se veía representado en una Copa del Mundo, ya que los chicos lo habían logrado en 1998. Curiosamente, ambas lo hicieron en Francia. La alegría se apoderó de Cedella, y aunque el equipo no consiguió ganar ningún partido, el trabajo ya estaba hecho. Tirar la puerta era lo más importante, y eso hicieron. Una vez rota la primera barrera, Jamaica no ha tardado en volver. Eso sí, los problemas económicos siguen vigentes. A las puertas de su segundo Mundial, las futbolistas reclamaban el apoyo de su federación. Pero no ha sido el único caso, esta situación se ha convertido en la habitual tónica para muchas de las selecciones participantes.
Fuente: Getty Images.
Sin el problema resuelto, y es que las jugadoras recurrieron a una campaña a través de las redes sociales para recolectar dinero, llegó el debut ante Francia. Uno de los principales favoritos al torneo, que a pesar de contar con muchas bajas, llegaba con mejor preparación que las caribeñas. No obstante, ese no fue motivo para que las ‘Reggae Girls’ agacharan la cabeza. El orden y la intensidad de las líneas jamaicanas no permitieron a Francia desenvolverse en su juego. Jamaica renunció al reggae, pero el resultado lo valió. Acabaron por sumar el primer punto de su historia y lo hacían ante el rival más complicado del grupo. Y la figura de Khadija Shaw fue fundamental. Sostuvo al equipo, desquició a Renard e incluso tuvo varias ocasiones de mucho peligro. Su expulsión en los minutos finales por doble amarilla condicionará ante Panamá.
Khadija Shaw, que desde pequeña le llamaban ‘Bunny’ por su afición a las zanahorias, es producto de la aparición de Cedella. Cuando Jamaica renació de sus cenizas, ella todavía era una adolescente, preparada para recoger los frutos sembrados. A sus 26 años, se ha convertido en pieza clave tanto para Jamaica como en el Manchester City. Aun así, no tuvo un camino nada sencillo. La violencia marcó su niñez. Perdió a tres hermanos y a un sobrino a causa de las guerras callejeras en su natal Spanish Town. Pero gracias a su talento con el balón, consiguió escapar de ese dolor. La cicatriz ya no duele, pero la desigualdad sí. Por eso de la lucha de Cedella. Ahora será Shaw quien se lo agradezca en el campo, aunque por esa roja, no será en el próximo partido.
Imagen de portada de Getty Images.