Regate Femenino
·22 de julio de 2023
Regate Femenino
·22 de julio de 2023
Campeona de la Eurocopa con Países Bajos e Inglaterra, ganadora del FIFA The Best como mejor entrenadora y finalista del Mundial de 2019. Al palmarés de Sarina Wiegman solamente se le resiste el Mundial, que ya se ha convertido en su próximo objetivo de la mano de la generación dorada del fútbol inglés. El crecimiento de Wiegman en los banquillos ha sido tan precoz como el del fútbol femenino. En 2017 dirigió su primera Eurocopa la cual terminó ganando para dos años más tarde, 2019, quedarse a las puertas de un Mundial tras perder la final contra Estados Unidos. Una Copa del Mundo a la que Países Bajos y su selección llegaban de ser campeonas de la Eurocopa convirtiéndose en el equipo de moda. Una historia que se repite ahora con la selección inglesa en la expedición a Oceanía.
Sarina Wiegman, holandesa de nacimiento y estadounidense en sus inicios futbolísticos tras ser campeona de NCAA con la universidad de North Carolina. La realidad es que a sus 53 primaveras no se ha cansado de hacer historia, porque en Inglaterra ya es considerada una leyenda después de conducir al fútbol inglés a un título internacional después de 56 años de espera tras el Mundial masculino de 1966.
Desde que las Lionesses se proclamaron campeonas en Wembley, los astros se han alineado para hacer coincidir una generación de futbolistas de ensueño: Georgia Stanway, Keira Walsh, Lucy Bronze… con una entrenadora, Sarina Wiegman que no solamente ha logrado hacer llegar el mensaje al vestuario, sino que también al pueblo inglés, que se ha volcado en su selección para llenar estadios y batir récords como el de la última Eurocopa con 87.000 personas en Wembley.
Son incontables la de veces que el fútbol le ha negado un Mundial a Países Bajos. En clave femenina ellas no son una excepción, pero en 2019 Wiegman llevó al país a soñar con una Copa del Mundo que se quedó con la etiqueta de ‘casi perfecta’. Cuando hablamos de una edición ‘casi perfecta’ pasa por una fase de grupos con pleno de victorias tumbando a rivales directos como Canadá. Aquella especie de naranja mecánica forjada por Wiegman en el banquillo y Lieke Martens en el campo llegaba a la final en una armonía de perfección. Solamente habían recibido un gol en toda la fase final en la cual dejaron atrás a Japón, Argentina y Suecia.
Con la derrota en la final ante Estados Unidos la entrenadora de La Haya separó su camino de la federación neerlandesa, dejando así una selección que a día de hoy ha visto desfilar dos técnicos por el banquillo, Mark Parsons y el actual Andries Jonker. En la actualidad los canales de Amsterdam siguen sin ver desfilar títulos mientras recuerdan y quien sabe si añoran a la que fue su directora de orquesta y lo es hoy en Inglaterra, Sarina Wiegman. Por si fuera poco Wiegman vuelve cuatro años más tarde a afrontar un Mundial como candidata al título con una selección como Inglaterra que no ha ganado nunca la competición a nivel femenino.
Después de brillar en la Eurocopa el debut mundialista nos ha dejado fríos por parte de Inglaterra. La mejor noticia pasa por el marcador. Victoria por 1-0 ante Haití, una selección que ha estado apunto de convertirse en el primer verdugo del verano y bajar de la nube a las británicas. Por si fuera poco no ha habido otra forma de desarticular a las caribeñas que desde el punto de penalti. Melchie Dumornay, la estrella de Haití, se ha convertido en una pesadilla para Lucy Bronze, Millie Bright, Jess Carter y Alex Greenwood con incontables acometidas y aprovechando cada espacio para generar problemas en las acciones de repliegue por parte de las británicas.
Cuando Inglaterra se ha adueñado de la posesión, que ha sido en gran parte del encuentro, el marcaje individual de Dumornay sobre Keira Walsh ha evitado progresar con claridad a un equipo que ha vivido combinando entre centrales y con una primera parte demasiado lineal y previsible en su juego. La entrada de Lauren James en el 61’ ha acabado por aportar el dinamismo que tanto necesitaban las de Wiegman. Un dinamismo del que ha gozado durante todo el partido Haití en sus puntuales pero peligrosas acometidas, llegando a forzar a Mary Earps a relucir sus reflejos para salvar al equipo en el 81’.
El mejor aval de Sarina Wiegman pasa por una plantilla soñada por muchos y obviamente al alcance de pocos. La experiencia de Millie Bright, Alex Greenwood, Mary Earps o Lucy Bronze sumada a la frescura de Lauren Hemp, Georgia Stanway y Chloe Kelley. Una generación dorada que buscará volver a conquistar Australia como ya hicieron en 1788, pero ahora en el sentido futbolístico. Dos conquistas diferentes, aumque nadie ha dicho que ‘la del 23’ vaya a ser más sencilla.
Son hasta doce las jugadoras en la convocatoria de Sarina Wiegman que juegan su primer Mundial absoluto: Ella Toone, Chole Kelly, Niamh Charles, Laura Coombs, Bethany England, Hannah Hampton, Lauren James, Esme Morgan, Katie Robinson, Ellie Roebuck, Charlotte Wubben-Moy y Katie Zelem. Una plantilla con mucho talento local en la que solamente Keira Walsh y Lucy Bronze juegan fuera de las fronteras de la Women ‘s Super League. Y ambas militan en el FC Barcelona.
Las comparaciones son odiosas, pero la de Inglaterra y España es frecuente en estas vísperas mundialistas. Dos selecciones que llegan en su mejor momento histórico y con alguna que otra ausencia de peso. Las dos vivieron el mismo final en 2019, cayeron eliminadas por el campeón, Estados Unidos. Y si queremos acabar de redondear, añadimos el nombre de Sarina Wiegman a la lista de sueños frustrados por la imposición de la hegemonía yankee.
En la cara negativa de la moneda encontramos a las lesionadas Fran Kirby, Beth Mead y Leah Williamson, las dos últimas por ligamento cruzado. Todas fueron titulares en la Eurocopa y solamente nos olvidaremos de ellas si Inglaterra gana el Mundial. De lo contrario permanecerán siempre en la memoria con una frase repetitiva que dice: “Qué hubiera pasado sí…”
Sarina Wiegman ya ha conocido de la complejidad de este Mundial tras una primera jornada ante Haití que promete ser solamente el aperitivo. Ante estas adversidades es el momento de reafirmarse como la mejor entrenadora del mundo, así lo dice el FIFA The Best. ¿Lo afirmarán también las costas de Oceanía el próximo mes de agosto?
Imágenes de Getty Images.
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