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·26 de julio de 2023

La diáspora estadounidense de Filipinas

Imagen del artículo:La diáspora estadounidense de Filipinas

Con hasta 18 jugadoras nacidas en Estados Unidos, el combinado de Filipinas quiere hacerse grande y seguir escribiendo su particular historia durante el Mundial

Fontanilla, Cesar, Castañeda o Serrano. Cuatro apellidos que perfectamente podrían resultar de origen español. Pero no, hablamos de jugadoras ‘filipinas’. Entre comillas. Porque la selección del sureste asiático vive en una diáspora futbolística. De las 23 representantes de Filipinas en el Mundial, 18 han nacido en los Estados Unidos. Más de 11.265 kilómetros separan ambos países, pero los vínculos culturales son estrechos. Al igual que con España. Y con dicha situación, el futbol femenino filipino ha buscado caminos alternativos para llegar al primer Mundial de su historia, y ya de paso, ganar su primer partido. Lideradas por Sarina Boldman y dirigidas por la experiencia de Alen Stajcic, llegan a la última jornada de la fase de grupos con serias opciones de pasar a octavos. Todo se decidirá ante la herida Noruega.

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Filipinas fue parte del virreinato de Nueva España (1535-1821), una entidad territorial del Imperio español, que también se estableció en gran parte de América del Norte. De allí permaneció el país asiático como colonia, hasta que en 1898, durante en la guerra Hispano-Estadounidense, logró su independencia. Un conflicto en el que Estados Unidos ayudó a los rebeldes filipinos para derrotar a España, con quien se disputaba la colonia cubana. El desastre del 98 lo apodaron desde la península. Una vez los últimos escollos del Imperio español se emanciparon, Estados Unidos se volvió en contra de los insurgentes filipinos. Inició una ocupación estadounidense que propició una migración masiva de habitantes hacia tierras americanas antes de obtener la independencia definitiva en 1946. A día de hoy, son más de 2.7 millones los habitantes de origen filipino en Estados Unidos.


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Y la selección de fútbol de Filipinas le ha sabido sacar provecho. Detrás de deportes como el baloncesto, el boxeo y el billar, el fútbol lucha para hacerse hueco. A pesar de no ser el más popular, la clasificación al Mundial del equipo femenino promete mayor presencia y al mismo tiempo, romper la brecha existente en el país. Con una liga amateur de once equipos (muchos de ellos universitarios) que no se disputa desde antes de la pandemia, la federación pretende desarrollar una competición comercial aprovechando la irrupción del equipo en la Copa del Mundo. Aunque a nivel nacional el fútbol por el momento necesite de una bombona de oxígeno para sobrevivir, ya hemos visto que a nivel internacional sucede todo lo contrario.

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Gracias a la captación de jugadoras extranjeras con orígenes locales, la selección de Filipinas ha alcanzado el mejor momento de su historia. El pasado 2022 las de Alen Stajcic consiguieron ganar el Campeonato Femenino de la AFF, torneo bienal constituido por selecciones del sureste Asiático. En la edición anterior, Filipinas ya había logrado ser cuarto, pero tras vencer a rivales como Vietnam y Tailandia, se alzaron campeonas por primera vez en su historia. Un hito al que se sumó la posterior clasificación al Mundial tras vencer a China Taipei. En ambas ocasiones, con Sarina Bolden como protagonista. Pero todavía le faltaba una página para escribir en la historia del combinado asiático, y Sarina Bolden marcó ante Nueva Zelanda para sumar los primeros tres puntos en una Copa del Mundo. Solo necesitaron 180 minutos para lograr hacer historia.

‘Las Malditas’, como así se apodaban meses antes de llegar a la competición mundialista no esconden su pasado. A pesar de estamparse siempre contra el mismo muro, eran nombradas con dicho vocablo, que en su diccionario, podríamos traducirlo como ‘damas luchadoras’. Por más que cayesen, ellas siempre seguían intentándolo. Sin embargo, la federación emitió en un comunicado que la identidad que tantos años las había acompañado cambiaria. Por su evidente connotación negativa para el resto de países. De esta forma cerraban un ciclo para empezar uno nuevo. Llegar al Mundial era la oportunidad que el fútbol filipino necesitaba. La primera victoria supone un enorme paso adelante para el desarrollo del balón. Y se celebró por todo lo alto. Con el gol de Sarina Bolden, Filipinas daba la sorpresa ante la misma selección que en la primera jornada también había dejado al mundo boquiabierto.

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Una de esas jugadoras nacidas en Estados Unidos y que alberga una larga y experimentada carrera a sus espaldas. A sus 27 años ha pasado por Suecia, Taiwán, Japón y Australia además del futbol estadounidense. Incluso llegando a ser internacional sub-23. Finalmente, se decidió por el país natal de sus padres, con el que ya ha disputado 37 partidos y ha marcado 22 goles. “Tenía que ser ella”, dijo la federación filipina en sus redes sociales. Siempre en los momentos más importantes, la californiana no falló a pesar de enfrentarse al equipo anfitrión. Tras recibir un centro de Sara Eggesvik (nacida en Noruega), cabeceó y rompió las mallas de la portería rival. Las reacciones en el Quezon City de Manila volaron por internet.

¿Hay opciones para llegar a octavos?

Suiza lidera el grupo D con cuatro puntos. Noruega es colista con solo uno. En el medio, Nueva Zelanda y Filipinas se mantienen con sus particulares victorias por la mínima. Todos tienen opciones, por lo que la última jornada puede ser frenética. Filipinas depende de sí misma. Le vale con ganar por más de un gol. Las noruegas llegan en su peor momento. Sin capacidad de levantarse, como sucedió en la Eurocopa, la situación para el equipo asiático es favorable. Aun así, la diferencia de nivel sigue siendo considerable. Hay fe y posibilidades. Pero también deberán estar atentas a lo que suceda entre Suiza y Nueva Zelanda. Todo es posible en menos de 90 minutos, y la última jornada se prevé juguetona.

Imágenes de Getty Images.

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