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MUNDO MILLOS

·27 de noviembre de 2024

La magia azul

Imagen del artículo:La magia azul

El fútbol como el arte ha tenido diferentes definiciones que cada quien provee según su pasión y apego. Para muchos, el fútbol es el arte mismo de jugar a la pelota, de hacer fintas, toques y gambetas. Los actores principales en este espectáculo se convierten de vez en cuando en “ídolos” y personajes inolvidables para los espectadores.

Un gran espectador del fútbol que gambetea con palabras alude que “el ídolo es ídolo por un rato nomás, humana eternidad, cosa de nada; y cuando al pie de oro le llega la hora de la mala pata, la estrella ha concluido su viaje desde el fulgor hasta el apagón”. Eduardo Galeano menciona una parte que suele dejarse a un lado de esos perpetuos seres con un escudo y dorsal que cargan con honor, pero que al ser humana eternidad no son siempre inmutables.


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Cuando hablamos de ídolos en el fútbol pensamos en los campeonatos, goles, jugadas excepcionales con la “pecosa”, pero es claro que también algunos han sumado más puntos en el alma del hincha con la lealtad y amor al club que profieren. Cada uno de nosotros guarda en su interior un nombre en tinta dorada que –aunque se hubiera dado todo- no pudo ser campeón con el equipo de sus amores. Podemos nombrar entonces a John Mario, Ricardo “El Mono” Lunari, Héctor Walter Burguez, Gabriel Fernández,  y por qué no, para algunos, nuestra actual contratación del cuerpo técnico, el preparador de arqueros Eduardo Niño.

El guardameta que salió campeón con Millonarios en la Copa Merconorte en 2001, es recordado por muchos hinchas que inculcan generación tras generación los recuerdos y memorias de la pelota a sus hijos y se encargan de mantener vivo el espíritu de pundonor y gallardía azul. Galeano define así esta posición: “‘El arquero’ también lo llaman portero, guardameta, golero, cancerbero o guardavallas, pero bien podría ser llamado mártir, paganini, penitente o payaso de las bofetadas. Dicen que donde él pisa, nunca más crece el césped”. Una posición que lleva una maldición a cuestas, en algunos partidos puede tener la gloria en sus manos y en el siguiente ser condenado a la desgracia eterna.

Actualmente contamos con 3 arqueros que hacen valer la honra de lo que significa el escudo y los colores para los hinchas y si hablamos de contrataciones estrella, podemos sumar que el preparador de arqueros en su regreso –ahora tras bambalinas- ha aportado a que sus guiados se luzcan en cada presentación. Para nadie es un secreto el nivel en el que se encuentra Álvaro Montero. Diez partidos de catorce con el arco en ceros, su seguridad bajo los tres palos, en las salidas e incluso en los “achiques” que paralizan los latidos a más de uno.

Además, tras las convocatorias del guajiro a Selección, los suplentes han sabido responder con valor cada minuto que juegan. Un Diego Novoa resistido por la hinchada, que ha sido visto conmovido por sumar minutos en el equipo que eligió desde pequeño; y un conocedor del juego de ‘El Tigre’ en el Rayo Vallecano, Iván Arboleda, quienes llevan a sus espaldas diferentes dorsales pero con algo en común que Galeano precisa como “un solo. Está condenado a mirar el partido de lejos. Sin moverse de la meta aguarda a solas, entre los tres palos, su fusilamiento”. Además de ser la posición más desagradecida, puesto que no hay puntos medios entre ser el héroe y el villano aguardando 90 minutos por una valla en ceros o por el contrario “cuando el equipo tiene una mala tarde, es él quien paga el pato, bajo una lluvia de pelotazos, expiando los pecados ajenos”.

Lo que está claro es que la maldición del guardameta se vuelve menos tediosa si existe un mentor que ayude a que la puesta en escena concluya con aplausos y ovaciones del público. Desde afuera del espectáculo, como espectadores podemos evidenciar el cambio que han tenido los porteros, lo que ha trabajado arduamente Eduardo Niño desde su llegada y que se justifica en cada atajada de la magia azul, muy a pesar de que –debemos tener claro- “a veces el ídolo no cae entero. Y a veces, cuando se rompe, la gente le devora los pedazos”.

Paola Clavijo García@ojimielosa

Foto: cortesía Millos TV

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