El Nueve y Medio
·1 de junio de 2020
El Nueve y Medio
·1 de junio de 2020
Hay ciertos factores tácticos que alejan al fútbol mexicano de la élite; ciertos detalles en todas las dimensiones que conforman al juego. A continuación explicaré una de las problemáticas detectadas en las distintas categorías de nuestro balompié; sin embargo, la ejemplificaremos a través de la Liga MX.
Para interpretar el juego y las interacciones que se generan en él, primero es importante conocer y entender que el ciclo del juego está formado por 4 fases, en las que existen también subfases dependiendo de la zona, posicionamiento, etcétera.
Al ciclo del juego hay que entenderlo como tal: un periodo donde todas sus fases están relacionadas. Es decir, lo que suceda en una fase estará condicionado por cómo se afrontó la anterior y va a repercutir en cómo se encarará la siguiente.
Organización Ofensiva, Organización Defensiva, Transición Ofensiva y Transición Defensiva son las cuatro fases reconocidas del juego, las cuales podemos entender de forma más sencilla a través del concepto “tener el balón, no tenerlo, recuperar el balón y perderlo”. Este texto se centrará en la transición defensiva… en cómo se comporta un equipo cuando pierde el esférico.
Es importante decir que el análisis que se hará no se plantea como una verdad absoluta, sino como una perspectiva del que escribe, quien se ha formado a través de observar partidos de distintos países, observar distintas categorías del fútbol mexicano y trabajar en la última de las anteriores.
Viendo desde fuera el modelo de juego de varios equipos de la Liga MX, pareciera que los clubes le dan poca o nula importancia al momento inmediato a la perdida del balón e, incluso, a comportamientos durante la organización ofensiva que puedan ir preparando al equipo para la pérdida.
Al ser el fútbol un deporte de oposición, es imposible no asumir que en algún momento se va a perder el balón, por esto mismo es importante tener establecido qué se hará cuando esto suceda.
No hay una receta secreta sobre qué es lo mejor para ejecutar, pero, en mi perspectiva, es vital tener un plan para reducir la probabilidad de que el equipo rival pueda ejecutar una buena transición ofensiva.
De lo contrario, crecerá el número de ocasiones en que el equipo termine corriendo hacia atrás, rumbo a su propia portería, lo cual resulta, la mayoría de las veces, en una situación de desventaja para los jugadores que defienden.
Es aquí cuando me gustaría hablar de un comportamiento esencial, me parece, como lo es la presión tras pérdida: una acción que requiere de una reacción cognitiva inmediata de gran parte del conjunto para ejecutarla exitosamente. Elementos cercanos y algunos intermedios a la pérdida deben saltar inmediatamente por el balón; los lejanos, posicionarse para compensar al equipo.
Realizar la presión tras pérdida puede tener varios objetivos; sin embargo, nos enfocaremos en aquellos que, para el que escribe, son los dos principales:
Tras haber explicado esto, nos enfocaremos en el segundo objetivo recién mencionado. Luego de revisar algunas estadísticas de la Liga MX, encontramos que los equipos con mayor porcentaje de posesión en la liga son Leon, Morelia y Tigres.
Con Esmeraldas y Felinos, notamos que tras la pérdida de balón hay una nula o tardía reacción, lo que facilita que sus rivales realicen sus primeros pases inmediatos tras recuperar. De esa forma, obligar a correr hacia atrás a ambos equipos.
Morelia es un caso aparte: la llegada de Pablo Guede le ha dado un énfasis muy marcado a este momento; incluso es algo que él mismo ha mencionado en conferencias de prensa tras partidos.
No es casualidad que Cruz Azul haya sido el líder general del ya extinto Clausura 2020, siendo el equipo con menor posesión de la bola. Esta inclinación puede deberse, quizá, a las facilidades que dan la mayoría de los equipos para que sus rivales salgan en transición y se entreguen a la calidad de algunos de sus futbolistas para atacar en grandes espacios (como el uruguayo Jonathan Rodríguez) y mediante duelos con los defensores en desventaja posicional constante.
Contrario a lo acontecido en la Liga MX, en las ligas de élite hay equipos capaces de alargar sus posesiones a través de presionar inmediato a la pérdida. Esto se ejemplifica con los siguientes video, protagonizados por los italianos Juventus y Sassuolo.
Cabe destacar que este comportamiento puede no ser exclusivo de la élite: el Crotone lleva a cabo la misma acción en la Segunda División del Calcio.
La idea principal de este texto y las ejemplificaciones en video es evidenciar la necesidad de gestionar mejor las perdidas en México, para evitar que la transición defensiva sea un momento del juego tan caótico donde los equipos suelen entregarse a la calidad y no a la combinación de esta con la planeación.
Personalmente, el partido México vs Alemania en la Confederaciones de 2017 me marcó en el sentido de darle una mayor importancia, desde etapas formativas en nuestro país, a la transición defensiva con la intención de concientizar a los aprendices de los distintas soluciones que pueden encontrar para reducir el caos.
Este comportamiento requiere de un gran trabajo metodológico para la adquisición, sobre todo, de una reacción lo mas inmediata posible; de que los futbolistas se identifiquen como cercanos, intermedios o lejanos para asumir su rol durante ese momento del juego, y, por supuesto, de la interpretación de la zona del campo, orientación posicional y demás variables que puedan condicionar la situación que se enfrentan.
Los dejo con esta pregunta: ¿qué pasaría si los equipos de México que dominan la Liga MX a través de posesiones largas, lograran gestionar mejor las pérdidas para evitar el desgaste de correr hacia su portería?