Vermouth Deportivo
·2 de septiembre de 2021
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·2 de septiembre de 2021
Las Ardillas fueron de mayor a menor en la noche de Antanarivo y derrotaron por 1 a 0 a los Cebúes que se despertaron tarde y quedaron con las manos vacías en su propio domicilio. El único gol de la jornada fue anotado por el ex Montpellier, Steve Mounié, a los 21 minutos del primer tiempo.
Benín justificó la victoria por lo hecho en el capítulo inicial y porque, con individualidades, demostró ser más que un Madagascar que abusó de centros, que no supo con entrar con pelota dominada al área rival, y que recién sobre el cierre intentó empatar la historia con más garra que fútbol.
Las primeras jugadas claras fueron de la visita y pasaron por los pies de Mattéo Ahlinvi. El atacante que milita en el ascenso francés sacudió desde la medialuna con mucha rosca y vio con su intentó despintaba el caño izquierdo de Melvin Adrien. En la jugada siguiente, ya sin ángulo, el jugador del Dijon FCO buscó sorprender pero la pelota cayó en el techo del arco.
El dominio de Las Ardillas se plasmó en triunfo cuando, a los 21 minutos, Mounié cabeceó un córner desde la derecha, saltó más alto que el resto, y sorprendió a todos en la puerta del área chica para inflar las redes y torcer el asunto definitivamente. Sin embargo, desde ese momento, los ganadores se fueron apagando para darle protagonismo a Los Cebúes.
La visita apenas asustó en la complementaria con un remate de Ahlinvi que interrumpió justo, a la carrera, Romain Métanire, el defensor que hace tres temporadas defiende la pilcha del Minnesota United en Estados Unidos. El dueño de casa aprovechó la falta de rebeldía de su rival y se atrevió a buscar la igualdad en en la última media hora de juego. Probó con un tiro de Rayan Raveloson que se fue desviado, intentó con un derechazo de media distancia que Saturnin Allagbé desvió al tiro de esquina, también con una palomita de Pascal Razakanantenaina, y hasta a través de un tiro libre con mucha rosca de Charles Carolus Andriamatsinoro.
Madagascar se acordó tarde de ir a buscar el resultado cuando ya su oponente había hecho el negocio en la noche de Antanarivo. Benín ganó 1 a 0, cantó, bailó, festejó, y puso en marcha su ilusión de clasificar al primer Mundial de su historia. Un paso ya está dado.