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El Nueve y Medio

·29 de junio de 2020

‘Mer stonn zo dir’, FC Kölle

Imagen del artículo:‘Mer stonn zo dir’, FC Kölle

La idea pudo surgir en alguna taberna, un parque, viajando en coche o en tren, hasta incluso, en un dormitorio. No lo sabemos con exactitud. Lo cierto es que, a principios de los años setenta, en el Bundesland de Renania del Norte-Westfalia, Peter Werner, Rolf Lessenich, Walter Pelzen y Janus Fröhlich, unos jóvenes nacidos en los distintos distritos de la ciudad de Köln, tuvieron la genialidad de fundar una banda musical. De una cita entre amigos, compañeros en la universidad, risas, acordes y ensayos… en definitiva, como nacen las grandes agrupaciones de la época.

Pronto, y tras diversas reuniones nocturnas donde abundaban las KölschBiers, las improvisadas partituras manchadas con pizza y los riffs de las guitarras. El ambicioso proyecto de los cuatro chicos de las orillas del Rin, se presentaría en sociedad en 1972, bajo la insignia de “Hohnerhoff” (polluelos por su traducción al castellano). Conformando con el paso de los años, un binomio inquebrantable junto al club de fútbol más laureado de la ciudad: el FC. Köln.


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Antes de centrarnos en el plano futbolístico, los invitamos a viajar en el tiempo para conocer un trozo de la historia de Hohnerhoff, y la mágica ciudad de Köln.

Höhner y una historia de amor con Köln

Los célebres músicos combinan, en la mayoría de letras y composiciones, el dialecto kölsch con el pop melódico carnavalero característico en la metrópoli renana. A ello, y junto con los divertidos atuendos de pollos, Hohnerhoff se labró una fama en los escenarios del oeste de Alemania, arrojando las plumas de sus disfraces a sus seguidores, para llegar a la cúspide tras un puñado de eventos coloridos a la par de efervescentes.

En los primeros años Hohnerhoff sufrió algunos cambios en su alineación titular. Para empezar, Rolf Lessenich decidió abandonar el grupo a las primeras de cambio, acudiendo velozmente Peter Horn como reemplazo. Y en 1978, la banda se estrenaría a lo grande, con su primer álbum llamado “I well noh hus”. Aunque eso sí, bajo una nueva denominación: “Höhner”. Pero no fue lo único. Ocho años más tarde (1986), tras la salida de Peter Horn, el orfeón renano consagraría su núcleo hasta la actualidad, con el aterrizaje del vocalista y guitarrista, Henning Krautmacher (líder de la agrupación) y el bajista Hannes Schönes. A partir de ahí, no hay nadie que los detenga.

Imagen del artículo:‘Mer stonn zo dir’, FC Kölle

Los polluelos atesoran cerca de cincuenta lanzamientos entre álbumes y singles repletos de historia, magia y carnaval. En  los que colaboran además, diversos artistas de linaje como, Stefan Rabb, Mama Afrika, o Right Said Fred.

Si navegas por las diferentes plataformas musicales, puedes encontrar lo más reciente de Höhner: “Weihnacht lll” (2018), un repertorio puramente navideño.

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Sin embargo, los polluelos llegaron a alcanzar el número uno en Alemania con canciones emblemáticas como: “Wenn nicht jetzt, wann dann?” (“Si no es ahora, ¿cuándo?”. Utilizada para el Campeonato Mundial de Balonmano Masculino 2007, realizado en Köln, cuyo vencedor fue Alemania), “Steh auf, mach laut!” (“¡Levántate, haz ruido!”. Una arenga para Die Mannschaft en su recorrido por la Copa Mundial de Fútbol Brasil 2014), “Levve un levve losse”, “Echte Kölsche Band”, “Zesammenston”, “Pizza Wundaba”, y la más reconocida: “¡Viva Colonia!”. Que por cierto, fue homenajeada  por Metallica en 2019, en un recital en el RheinEnergieStadion. Pero, detengámonos acá un momento: ¿Qué hace tan especial a Köln? ¿Por qué estos artistas se enorgullecen tanto de su ciudad? ¿Qué relación tienen con el fútbol?. Lo explicamos  detalladamente a continuación.

Köln: cultura, diversidad y fútbol

“¡Es genial! Amamos la vida, el amor, la lujuria. Creemos en Dios y siempre tenemos sed. ¡Viva Colonia!. Somos multiculturales, somos multiculturales. Estamos actualizados en todos los aspectos, incluso sexualmente. ¡Viva Colonia!”. Así, Höhner entona el  estribillo de la exitosa canción. Y como señalábamos al inicio del texto, en esta letra, y como en la mayoría de sus composiciones, impera el dialecto del kölsch, mezclándose con el alemán. Pero esto no es extraño. Más bien, es el paradigma de lo multicultural

El kölsch es un grupo dialéctico derivado del franconio ripuario (lengua utilizada por los pueblos francos, asentados  a orillas del río Rin en el siglo lV), y su lengua se ha establecido firmemente en aproximadamente 250 mil personas. Es decir, un cuarto de la población de Köln, comprendiendo además, una gran masa social del Bundesland occidental, por el legado de comerciantes y lugareños que llegaban a la ciudad, durante el dominio franco y prusiano. Sin embargo su aprendizaje, es un tanto difícil, debido a que cuenta con un vocabulario propio, que se diferencia del Hochdeutsch (alemán tradicional).

Subrayemos que, aunque Düsseldorf es la capital de la región, la mayoría de la gente vive en Köln: su población asciende a más del millón de habitante; es la cuarta urbe más poblada del territorio germano, precedida por Berlin, Hamburg y München. Y, cuyos  orígenes nos remontan al siglo lVX, en la que, bañada por el río Rin y adjunta de puertos fluviales internos, Colonia tuvo rol preponderante siendo pionera en la fundación de la Liga Hanseática y en  las actividades de libre comercio.

La catedral es la efigie por antonomasia de la arquitectura gótica reconstruida a lo largo de mil años, y un templo de culto a la religión católica. Sobra decir que, la puedes visitar y escalar por sus más de 500 peldaños hasta llegar a una de las agujas gemelas de la torre, y desde allí, divisar por todo lo alto el río Rin. O, acceder al museo subterráneo para descubrir diversas obras y artilugios de los siglos pretéritos. Desde las criptas y sarcófagos de los arzobispos de Colonia, hasta las monedas utilizadas por el imperio Romano en el año 490.

Imagen del artículo:‘Mer stonn zo dir’, FC Kölle
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Y ya que hablamos de ello, quizá, muchos se preguntarán el porqué de una cabra montés, junto al seo como escudo y bandera del FC Köln. La razón es bien sencilla. Su nombre es “Hennes” y es parte de la legendaria saga de amuletos vivientes del equipo. Y, atestiguando las grandes odas en el barrio de Müngersdorf, la mascota se ha agenciado un valor simbólico que ha perdurado desde el año 1950 hasta la actualidad. Mientras que su apelativo, ha sido el testigo heredado de generación en generación. De Hennes l, hasta la vigente Hennes lX. Igualmente, su arraigo al club rojiblanco es tal, que en cuestión de poco tiempo, se unificó junto las agujas gemelas, hasta prácticamente pertenecer a la idiosincrasia colonesa. Pero “Hennes”, le debe su nombre a Hennes Weisweiler (primer entrenador del Colonia), quien la bautizara así, tras recibirla como obsequio por el dueño de un circo, que merodeaba la ciudad a principios de los años cincuenta.

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Por cierto, el pasado mes de mayo, Hennes fue elegida como la mejor mascota del mundo por miles de fanáticos que votaron en el portal llamado: Caversham United.

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Todo un mito, como no.

Y, si de talismanes y creencias se tratase, todos los años antes de que arranque la temporada en el fútbol alemán, es asiduo ver a los aficionados del FC Köln reunirse para rezar y cantar, por la posteridad y desenvolvimiento del equipo en la campaña. Si eso no es amor por un equipo de fútbol…

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A pesar de ser una ciudad con más de dos mil años de historia, Köln actualmente posee un corazón joven. En su regazo cobija un alto número de población estudiantil (cerca de 45 mil en la Universidad de Colonia), y es el  hogar para un crisol de culturas étnicas. Asimismo, los renanos se han proclamado como la capital alemana del “Karneval” y de los homosexuales.

Como ya es costumbre en el anuario, todos los meses de febrero, Colonia vive “La quinta estación del año”. El evento carnavalero más importante del país, aunando dos semanas de festejos, disfraces, y colorido. De igual modo, una vez al año, las comunidades gays y transexuales de la nación, tienen una cita en la fiesta más grande de Europa: el “ColognePride”. Una celebración cuyo fin, es la defensa de los  derechos, preferencias y orientaciones sexuales personales.

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Seguramente nos dejaremos temas en el tintero. Como por ejemplo, un recorrido por el Schokoladenmuseum (museo del chocolate), o el Museo Ludwig (casa de exposición de obras del arte contemporáneo). De todos modos, Höhner ha tenido buenas excusas para enorgullecerse de su ciudad, forjando a su vez, lo cimientos poéticos a lo largo de las décadas, para sacramentar una historia de amor y fraternidad con el FC Köln, entonando el “Mer stonn zo dir, FC Kölle”(el himno del FC Colonia), en 1998, y posteriormente en 2014,  “E Levve Lang”. Curioso es, que aunque Henning Krautmacher nació en Leverkusen, no le tiembla la voz para declararle su fidelidad a “la cabra”.

Die Hymne:

1.Fußball-Club Köln, Spürbars Anders

La historia del “Ezzfeh” ( forma de decir “FC” en dialecto kölsch) es reciente comparada con otros miembros de la alta enjundia del fútbol alemán. Mientras que el Hamburger SV y el FC Nürnberg acaparaban con todas las escarapelas del campeonato alemán por la década de los veinte, y clubes como el Schalke 04, Hertha Berlin, o el Fortuna Düsseldorf hacían de las suyas por los años treinta bajo el régimen Nazi, Colonia estuvo huérfana de clubes destacados, hasta fines de los años cuarenta. Si bien es cierto que, el Viktoria Köln (actualmente en 3.Liga) tiene una data de 1904. Sus constantes cambios y refundaciones a lo largo de los años, le impidieron codearse con la aristocracia germana, hasta ser relegado al ostracismo.

Era el año 1948. Alemania padecía en ese tris, las escabrosas secuelas del Tercer Reich y la devastación estructural post guerra. Cuando de pronto, y en cierta consonancia con la entrada en vigor del Plan Marshall, y las reformas monetarias instauradas por Ludwig Erhard en el país, surgió, tras la fusión del Kölner Ballspiel-Club 1901 y el SpVgg Sülz 07, y el lema de “Wollen sie mit mir Deutscher Meister werden?” (¿Quieres que te convierta en el mejor equipo de Alemania?) patentado por Franz Kremer (el primer presidente del Colonia) el que sería en la actualidad, el club más galardonado de la ciudad: el Fußball-Club Köln

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Con el paso de los años, y a pesar de que el Fortuna Köln (fundado el mismo año que la cabra, y que actualmente ronda en la Regionalliga West) tuvo la osadía de interponerse en el camino de su vecino en la final de la Copa de Alemania de 1983, Die Geißböcke se apoderaría de la Pokal de ese año, y debido a las pocas confrontaciones posteriores en la élite con su rival de turno, barrería con el núcleo interno, dando comienzo a un antagonismo con el Borussia Mönchengladbach, el Fortuna Düsseldorf y el Bayer Leverkusen. En lo que conocemos actualmente, como el “RheinDerby”( Derbi del Rin).

Transcurrían los tiempos del viejo torneo alemán. Ahí, el Köln llegaría a disputar tres finales a principios de los sesenta,  imponiéndose solo en la de 1962 con un aplastante 4-0 frente al FC Nürnberg. No obstante, el punto álgido para la cabra, llegaría con la creación de la Bundesliga en 1963, presumiendo ser el primer Deutscher Meister de la temporada inaugural (63/64), quedando seis unidades por encima del Meidericher SV, y el Eintracht Frankfurt.

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Ezzfeh sacaría billete para la Copa de Europa, la temporada siguiente. En octavos de final eliminaría al Panathinaikos por un marcador global de 3-2, pero la aventura acabaría en cuartos de final, cuando fue frenado por el Liverpool por un sorteo. Si, lees bien, un sorteo. Debido a los empates sin goles en los juegos de ida y vuelta, ambas escuadras se vieron en la obligación de destrabar la serie en un campo neutral. La cita sería en Rotterdam (Países Bajos), pero el partido acabaría con un peliagudo 2-2. Sin más remedio, se recurrió al lanzamiento de la moneda, y la  fortuna tiñéndose “red”, marginó a los renanos del proscenio europeo. De igual forma, el Köln caería del firmamento en la Bundesliga, siendo precedido por el Werder Bremen.

A mediados y finales de los años sesenta, la cabra deambularía entre la zona alta y media de la clasificación de la Bundesliga, y pese a que tendría participación en la Copa de Ferias, su último gran trofeo de la década llegaría en el ejercicio 67-68 con la final de la Copa de Alemania. En la que derrotaría por un contundente 4-1 al VFL Bochum. A partir de ahí el Colonia empezaría a lamentar su suerte.

Mientras Höhner empezaba a musicalizar los escenarios del oeste, a principios de los años setenta,  la existencia del Köln en dicha década, fue un constante ir y venir de penas y glorias. Aunque Ezzfeh empezaba a sacar chapa de equipo temido, en el periplo  69-70 y 70-71, el club de la catedral perdería dos finales de copa consecutivas frente al Kickers Offenbach y el Bayern München respectivamente. Como si no fuera suficiente, el Borussia Mönchengladbach se encargaría de hacer más cruenta la realidad de su archirival, derrotándolo con un disputado 2-1 en la final copera del 73. Fueron tres derrotas en finales, en tres periplos distintos para Die Geißböcke. ¿Te suena?.

No obstante, tuvo que llover bastante para que el Köln se cobrara revancha y volviera a cantar con brío el “Mer stonn zo dir, FC Kölle”. Para ser más exactos, el júbilo vendría derrotando por 1-0 al Hertha Berlin, adjudicándose la Pokal en la campaña 76-77. Y al año siguiente, anotándose un doblete ganando la Bundesliga 77-78, en la que superó por diferencia de goles al Gladbach, y la Copa de Alemania en un “RheinDerby Finale” frente al Fortuna Düsseldorf con un cómodo 2-0. En ese instante, con Wolfgang Overath (campeón del mundo con la selección alemana en el 74), en las filas del equipo, festejando los 218 goles en 765 apariciones, el Fußball-Club Köln se sentía el amo y señor de Alemania y Renania.  Sin embargo, el Fortuna Düsseldorf agitaría las aguas dos años después en el Parkstadion de Gelsenkirchen, para arrebatarle la Pokal, y gritarle: Wir sind in Frieden! (estamos en paz).

Los años ochenta para el conjunto “Weiß-Rot”, estarían ausente de títulos. A excepción de la mencionada final de Copa alemana ganada en 1983 frente a su rival de barrio, el Köln haría ruido en la otrora Copa UEFA. En la temporada 80-81, sellaría su pase a octavos de final haciendo la machada frente al FC Barcelona, remontando un 0-1 adverso, endosando correlativamente un 0-4 en el Camp Nou. Dicho sea de paso, por más que se transformara en el primer equipo alemán en vencer por competición europea en la Ciudad Condal, y exhibiera temple para sacarse  del camino a rivales de la talla del Stuttgart y el Standard Lieja (octavos y cuartos de final, respectivamente). El Ipswich Town sería su verdugo en semifinales, (a posteriori campeón de la competición). Y años más tarde, en la campaña 85-86, con jugadores como el portero Harald Schumacher, y los delanteros Pierre Littbarski, y Klaus Aloff, Die Geißböcke recibiría un correctivo a manos del Real Madrid (5-3, resultado global), en la final del segundo torneo continental en importancia.

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De los noventa en adelante, vendría la debacle. El Köln jugaría su última final de la DFB Pokal en 1991, cayendo en penales ante el Werder Bremen en el Olympiastadion. Y, los farragosos resultados de la época, llevarían al primer Deutscher Meister, a encadenar su primer descenso a la categoría de plata en 1998. En medio de todo, el Köln reconstruyó el Müngersdorfer Stadion, abriéndole paso al  RheinEnergieStadion. La nueva casa atestiguaría, la Copa del Mundo en 2006, el crecimiento de Lukas Podolski y sería hasta finales de los años dos mil, el hogar de futbolistas destacados a nivel mundial como Faryd Mondragón, Andriy Voronin, el otrora campeón de Europa con Grecia en el 2004, Vassilis Tsartas, y el portugués Nuno Ricardo de Oliveira Ribeiro. Mejor conocido como Maniche.

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Los desaciertos dirigenciales, descensos y ascensos, serían la constante Ezzfeh en el nuevo milenio. Ante tanta irregularidad, aterrizaría en 2013 en el barrio de Müngersdorf, el que es considerado uno de los mejores entrenadores de la historia del FC Köln: Peter Stöger.

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Bajo la batuta del entrenador austríaco, el equipo adquirió una seña de identidad basada en el Gegenpressing y el frenesí, logrando un quinto puesto en la campaña 2016-17, y un pasaporte a la Europa League al siguiente curso. Si bien, no les alcanzó para avanzar más allá de la fase de grupos, el Colonia disfrutó de una victoria en casa frente al Arsenal, con el único gol de Sehrou Guirassy. Acto seguido, las huellas del combate a tres frentes que presentaba la campaña siguiente, lastraron la senda del   “macho cabrío”, cobrándose el puesto de Peter Stöger, y la caída al purgatorio.

Contexto actual y la figura de Jhon Córdoba

El arranque del FC Köln en su regreso a la Bundesliga fue un caos absoluto. Los dos únicos triunfos (frente al Freiburg y Paderborn) en los primeros 11 partidos, fueron razones suficientes para que rodara la cabeza de Achim Beierlorzer. Si bien, el ahora entrenador del Mainz intentó darle distintos matices al equipo con balón, el mensaje no caló, y el Colonia deambuló gran parte de la primera vuelta sin hoja de ruta.

Asomándose el invierno, sería el viejo conocido Markus Gisdol, quien sujetara el timón de la nave. Pero en su debut en Leipzig, sería vapuleado sin misericordia por la máquina de Nagelsmann (4-1), y sus dos resultados posteriores (empate frente al Augsburg y derrota a manos del Union Berlin), para nada alentadores. El Colonia no carburó, hasta que encontró un envión anímico ganando en el RheinEnergieStadion el derbi al Bayer Leverkusen (2-0), y remontando un 2-0 en casa del Eintracht Frankfurt, goleándolo finalmente por dos a cuatro. De ahí en adelante, Ezzfeh sumó 24 puntos de 33 posibles antes del parón por el Corona virus. El que a la postre sería, el colchón para aferrarse a la máxima categoría del fútbol alemán.

El otrora estratega del HSV, se dio cuenta de las fortalezas y debilidades de la plantilla, y lo primero, lo potenció colocando en liza un 4-2-3-1, con un guión pragmático basado en el juego directo. Desarrollando un ecosistema idóneo para la explosión goleadora y el recital de intangibles de Jhon Córdoba.

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En el contexto colectivo, Die Geißböcke se organiza en bloque medio, y realizando marcajes escalonados saca rédito frente a ataques rivales de bajas revoluciones. Tras la fase de recuperación, no es un equipo que en escenarios de ataque organizado tenga circulación pausada y elaborada. Más bien, el esférico rueda hacia los zagueros para atraer la presión rival, y tras ello, saltan las   líneas adversarias con envíos en largo o un pase por fuera. Dicho esto, si el rival imprime un ritmo alto, y goza de calidad individual, la ejecución de la salida de balón debe ser rápida y precisa. De lo contrario, y como hemos observado en la temporada, el Köln adolece las pérdidas de la pelota cerca de la puerta de Timo Horn.

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Con casi 1,90 de estatura, el colombiano es potente en el juego aéreo y receptor de cualquier envío directo. Su participación no es destacada en el plano asociativo con la pelota al pie y en espacios reducidos. Ni necesita posesiones prolongadas para dar fluidez, sino que interviene cayendo a diferentes costados, posibilitando apoyos de espaldas, y descargas a uno o dos toques. Con sus desplazamientos, Córdoba activa y posiciona a los extremos de cara, y otorga tiempo-espacio para las proyecciones de Ehizibue y Katterbach, brindando múltiples soluciones colectivas al equipo. Asimismo su devastadora zancada y desmarques agresivos profundos son un incordio para los centrales.

A continuación, dos video análisis explicando los movimientos del futbolista colombiano:

Juego en apoyos:

Juego directo:

De alternar titularidad y suplencia con Achim Beierlorzer, Jhon Córdoba ha pasado a ser un arma irrefutable en transiciones bajo las órdenes de Markus Gisdol. Y llegando a los 13 goles y 2 asistencias en 28 partidos jugados, el colombiano es el sexto “Torjäger“ de la Bundesliga, completando su mejor temporada en términos estadísticos.

Goles:

En marzo de 2015, el periódico de Colonia “Report-K”, anunció que dos de los miembros fundadores,  Peter Werner (tecladista) y Janus Fröhlich (baterista), dejarían Höhner tras 43 años de historia  para dedicarse a temas familiares. Dejando un legado enorme, los polluelos han renovado sus atuendos para seguir recitando el Mer stonn zo dir, FC Kölle.

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Porque como dice parte de la letra del himno, el FC Köln tiene fanáticos en todo el mundo.

Auf Wiedersehen!

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