Messi: La leyenda que desafía al tiempo | OneFootball

De la adversidad al triunfo, el genio argentino brilla en la CONCACAF Champions Cup

Ahí está, en lo más alto, impecable. Qué complicado es mantenerse en la cima y qué sencillo lo hace parecer Leo Messi. Los 37 años se inclinan ante una mente que funciona a la velocidad de la luz. De una forma u otra, con un toque extraordinario, siempre encuentra la manera de recordarnos que sigue siendo el mejor del mundo. Y que lo será eternamente. Aunque sus piernas ya no tengan la velocidad de antaño, el 10 siempre termina prevaleciendo. Este miércoles, cuando su Inter Miami más lo precisaba, se cargó el equipo al hombro y lo llevó por primera vez a las semifinales de la Concachampions. Los grandes brillan en los partidos decisivos. Y el más grande, por supuesto, dio un paso al frente una vez más.

Un Messi increíble, con doblete incluido

Por trascendencia, intensidad y calidad futbolística, este Messi fue el mejor de lo que va del 2025. Recuperado ya de una lesión muscular que lo marginó del clásico contra Brasil, el duelo ante Los Angeles también demostró que su físico está al 100%, para alegría de Scaloni. Esta vez, Leo no pudo dosificar. En Estados Unidos suele sobrarle, pero esta semifinal se tornó durísima. Tras el 0-1 de la ida, Inter volvió a verse en desventaja en casa. No habían pasado ni 10 minutos cuando Long marcó el 0-2. Con el gol de visitante en juego, los de Mascherano necesitaban tres goles. Contra un rival sólido, parecía una misión imposible.

Pero ahí emergió el 10. Junto a Luis Suárez, lo hizo todo. Primero le anularon un gol astuto: en un tiro libre cerca del área, no esperó la barrera, disparó mientras Lloris la organizaba y la metió. Sin embargo, el VAR, que tuvo una noche para el olvido, lo invalidó. A Leo no le afectó. Minutos después, se coló en el área y clavó un zurdazo al ángulo para mantener viva la esperanza en Miami. Con el 1-1 al descanso, la meta de dos goles más ya no parecía tan lejana.

El gol de penal de Messi como en Qatar

En un partido cargado de faltas (que casi termina a los golpes), llegó el 2-1 de Inter, y los últimos 15 minutos fueron de infarto. El local, jugado a todo o nada, con Messi omnipresente: armando jugadas, tocando en pared, entrando al área. Enfrente, LA apostaba al contraataque y exigió un par de atajadas espectaculares de Ustari, otra figura clave. Tras un gol anulado a Suárez por un fallo insólito del VAR (lo habilitaba un segundo defensor que pasaron por alto), una mano de Marlon en el área derivó en penal. Messi y Lloris, cara a cara otra vez, como en la final del Mundial. El francés lo esperó, se quedó quieto, pero el 10 lo cruzó con sutileza y lo celebró con todo junto a sus hijos. Una postal inolvidable.

El cierre trajo un choque de Marlon a Leo y un tumulto generalizado. Mientras Messi estaba en el suelo, Avilés y Falcón salieron a defenderlo, con empujones y algo más. Con el 3-1 asegurado y un 10 sublime, los segundos finales fueron de ovación y alegría desbordada. El mejor de todos está más vivo que nunca y va por más.