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Manuel Domínguez·16 de junio de 2019
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Manuel Domínguez·16 de junio de 2019
Dos goles de Chiesa y un penalti dudoso acabaron dejando en nada el soberbio gol de Ceballos al comienzo del encuentro. El combinado Sub-21 no pudo empezar mejor su andadura en el Europeo Sub-21 pero acabó sucumbiendo al poderío italiano, con una de sus mejores generaciones en los últimos 20 años.
El nombre del encuentro fue sin duda el de Federico Chiesa. El mediapunta viola tardó en aparecer pero acabó siendo decisivo con dos goles y una auténtica exhibición de juego. Con la Juventus siguiéndole la pista, ¿cuántos millones habrá subido el precio tras sus últimos 90 minutos?
Y todo comenzó con un golazo de Ceballos que pareció recuperar el nivel de su último torneo continental. Olvidado en el Madrid, Ceballos puso el juego durante la primera media hora, pero España no consiguió doblar su ventaja y acabó pagando muy caro un error grosero de su guardameta, Unai Simón.
Ya en la segunda parte y sin Zaniolo sobre el campo debido a una lesión, Italia fue mejor en todas las zonas del campo. La Rojita pagó mucho la desconexión de Oyarzabal y el esquema “tímido” del seleccionador, que apostó por dejar fuera a jugadores de buen toque como Fornals, Roca o Firpo, para apostar por la contundencia de Zubeldia.
Con un nuevo zarpazo de Chiesa y un penalti dudoso de Carlos Soler transformado por Pellegrini, Italia sumó sus primeros 3 puntos del torneo y dejó a España empapada en dudas para lo que viene de torneo.