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Carlos Muñoz del Real·13 de abril de 2019
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Carlos Muñoz del Real·13 de abril de 2019
Cuando parecía que el Granada sacaría un empate del Molinón, emergió la figura de Diego Mariño, quién con una estirada abajo prodigiosa salvó la victoria que permite soñar con los playoffs en Gijón. El partido tuvo de todo, el gol más rápido de la competición a los 13 segundos y un paradón final, no apto para cardiacos.