Agente Libre Digital
·27 de julio de 2024
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·27 de julio de 2024
Riki Rodríguez afronta la 2024-25 como una de las temporadas más importantes de su carrera de la mano del Albacete Balompié. Tras la salida en este mercado de jugadores trascendentales en la historia reciente del cuadro manchego como Manu Fuster, Bernabé o Lander Olaetxea; el centrocampista pasa a ser una de las voces autorizadas de la plantilla. Todo apunta a que será uno de los capitanes este año y, en efecto, ya portó el brazalete en el primer amistoso ante el Yeclano.
De confirmarse, su capitanía estará más que justificada. Llegó en enero de 2021 al Carlos Belmonte y la temporada pasada se convirtió en centenario con la elástica blanca. En estos dos años y medio, Riki ha sido vital a la hora de cosechar los éxitos recientes del club: el ascenso a Segunda en la 2021-22, el playoff de ascenso a Primera en la 2022-23 y la salvación de la campaña pasada. De hecho, es uno de los «héroes del Riazorazo» que siguen a día de hoy en el equipo y es probable que, una vez terminado el mercado veraniego, sea el único ya que Mohamed Djetei tiene muchas papeletas para marcharse.
Riki en un partido la temporada pasada contra el CD Mirandés. Fuente: Quesomecanico.com
El paso al frente de Riki no ha de hacerse sólo en cuanto a autoridad en el vestuario, sino que también tiene que reflejarse en el rendimiento deportivo. La pasada no fue la mejor temporada de Riki con la camiseta albacetista. Pese a ser un fijo en los onces de Rubén Albés y de Alberto González, su rendimiento -acorde al del resto del equipo- no ha llegado a su máximo potencial. Uno de los aspectos en los que menos acertado ha estado ha sido en el gol. De hecho, no ha metido ninguno. Incrementar su registro goleador es algo que debe hacer para ser más decisivo aún en el devenir del Alba.
Riki no es un jugador de números espectaculares. En la 2023-24 sólo dio tres asistencias, una cifra que podría ser bastante mejorable. Aún así, es innegable su trabajo en el centro del campo. El asturiano trabaja «en la sombra». Recupera balones, pone calma e imprime ritmo en el momento necesario, mide los tiempos y reparte juego. Calidad le sobra y, si jugara más adelantado a la altura de los tres cuartos de campo, seguro que sus números respecto a asistencias serían mejores.
Riki Rodríguez está en la edad perfecta para dar el paso al frente que va a dar esta temporada. Tiene 26 años, lo que quiere decir que sigue siendo joven, que le quedan aún años buenos en su carrera y que ya tiene una cierta madurez. Lo tiene todo para ser el capitán en las próximas temporadas o, al menos, en la inmediata. Tomar el relevo en la capitanía de un jugador tan importante en la historia del Albacete Balompié como Manu Fuster no será sencillo, pero Riki es el candidato perfecto para asumir ese reto y superarlo con creces.
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