El Nueve y Medio
·7 de mayo de 2020
El Nueve y Medio
·7 de mayo de 2020
Ciao! Come va? Estamos ahora ante un idioma bastante conocido y muy apreciado por su musicalidad. Estamos hablando en italiano. Espero que estés muy bien el día de hoy. La semana pasada estuvimos viendo cuestiones futboleras acerca de un Bundesland alemán llamado Sarre. Como recordarás, Otto von Bismarck es a Alemania, lo que Giuseppe Garibaldi es a Italia; sin embargo, hay una ciudad estado que no se anexó. Nuestro destino ahora es San Marino.
Cuando tienes una población minúscula, careces también de exponentes musicales. Este es el caso de Valentina Monetta. Nacida en San Marino, ella ha sido un componente clave de la vida de su país en Eurovisión. Es verdad que su calidad no se ha visto reflejada en los resultados; sin embargo, tiene tres récords: es la primera cantante que logró calificar de semifinales a San Marino, es una de las dos personas en representar a su país tres veces consecutivas (junto con Udo Jürgens, de Austria), y comparte el récord de más apariciones en dicho certamen (cuatro), junto con Elisabeth Andreassen (Noruega-Suecia), Lys Assia y Sue de Peter, Sue & Marc (ambos de Suiza). Junto con la Banda Militar de San Marino canta Non mi vergogno più (Ya no me avergüenzo).
Vamos al tema de esta semana.
La UEFA es considerada como la mejor confederación de toda la FIFA. Después de todo, en las últimas cuatro finales, solamente ha habido un representante de la Conmebol, Argentina, sin dejar de lado el domino apabullante en el Mundial de Clubes. Y esto no es solamente a nivel de selecciones: es ejemplar la organización de todas sus asociaciones nacionales para realizar competencias como la Champions League, la Europa League, el futbol femenil, el de límite de edad y el futbol amateur (Copa de Regiones, de la cual te hablaré muy pronto), por mencionar solamente algunas categorías.
Por eso, cuando se anunció la Liga de Naciones, el resto del mundo futbolístico acogió dicha competencia con expectativa. ¿Cómo resolvería la UEFA una competencia con ascensos y descensos, separando a cada país por categorías de acuerdo con su potencia? La competencia fue un éxito, a expensas de los amistosos con miembros de otras confederaciones, claro está. De inmediato, la Concacaf lo secundó. Hay rumores que quieren incluirla junto con Conmebol, aunque dichas voces ven más probable una Liga de Naciones en Asia y África primero.
Regresando a Europa, todo mundo ve el nivel de los países miembro como inalcanzable, pero ya ha habido casos donde los principales países de otras confederaciones pueden alcanzar y sobrepasar a los países de las divisiones B y C. ¿A qué voy con esto? Solemos sobreestimar la capacidad de la UEFA y no vemos que es una confederación con países de peso pesado, peso medio y peso ligero, como casi todas, exceptuando a Sudamérica.
¿Alguna vez nos preocupamos por los países más débiles de toda la UEFA? Por lo regular pasamos por alto que se dan buenos partidos en la División D. Por ejemplo, Kosovo hizo una muy buena eliminatoria para la Euro y ahora es favorita para llegar por medio del repechaje; Gibraltar logró su primera victoria de visitante cuando le ganó a Armenia; Andorra ya logró ganar dos partidos seguidos, y Georgia tiene una generación que pinta muy interesante.
Ahora bien, cuando volteamos a eliminatorias europeas para los mundiales y para la Euro hay una selección que siempre nos despierta un sentimiento de ternura y de respeto. ¿La razón? Solamente han ganado una vez en más de 30 años, casi siempre son goleados, casi nunca meten goles y sus partidos siempre son vistos como tres puntos seguros, Siempre ocupan el último lugar de su grupo; de hecho, quedaron en el lugar 55 y último de la Liga de Naciones. Aún así, ahí están al pie de cañón, compitiendo dentro de sus limitaciones y celebrando cada gol anotado como si fuera el gol que les diera la final del mundial. Vamos a San Marino.
Por ahí del siglo IV, un albañil dálmata llamado Marino tuvo que huir de su natal isla de Rab. Su fe cristiana le estaba causando problemas. Para que las tropas del emperador Diocleciano no lo capturaran, se vio obligado a establecerse en el Monte Titano, que es el más alto de la península Itálica si no contamos a los Alpes y a los Alpeninos. Con una altura de 739 m, tenía muy poca accesibilidad y Marino tuvo ya la tranquilidad para fundar una pequeña iglesia. Así, en 301, nacería el estado de San Marino, para algunos el primer país independiente de la historia.
Durante mucho tiempo, esa impenetrabilidad geográfica les permitía vivir tranquilos. La fe católica también los hacía gozar de la protección de los Papas. Y hubo veces donde también los santos conspiraron a su favor: en 1543, un sobrino del futuro papa Julio III los quiso invadir. San Quirino los salvó al hacer descender una niebla tan espesa que perdió a toda la caballería e infantería de Fabiano del Monte di San Savino. Fuera como fuera, San Marino era un enclave dentro de los Estados Papales, respetados por el estatus de la Religión Católica. Además, como vivía y dejaba vivir, San Marino solamente sufrió una invasión de seis meses (Cesare Borgia en seis meses de 1503).
La primera razón por la cual San Marino ha durado independiente más de 1.700 años ha sido la prudencia, sabiduría y don de gente de sus gobernantes. Durante la campaña napoleónica en Italia, uno de los dos regentes era Antonio Onofri y logró ganarse la simpatía de Napoleón cuando le recordó que el gobierno de San Marino funcionaba bajo los principios de igualdad, libertad y fraternidad. Napoleón les prometió la protección de su soberanía e independencia y les ofreció extender sus terrenos, incluyendo a la ciudad de Rimini, su único acceso al mundo. Los regentes de San Marino rechazaron la oferta porque comprendieron que en un futuro esos territorios se levantarían en armas clamando revancha.
La segunda razón es porque San Marino ha logrado jugar muy bien en la diplomacia. Por ejemplo, San Marino le ofreció refugio a un general toscano llamado Giuseppe Garibaldi, cuando no la estaba pasando tan bien en su campaña de independencia contra el Imperio Austrohúngaro. Eventualmente, Garibaldi ganaría y en 1871 unificaría Italia. En agradecimiento a la hospitalidad, Garibaldi respetó la soberanía de San Marino y no lo incluyó. Es más, en otra jugada maestra, el gobierno de San Marino envió una carta al otro lado del Mar Atlántico. El destinatario era el presidente de una nación prometedora en América llamado Abraham Lincoln. San Marino le ofrecía la nacionalidad honoraria a él y a su esposa Mary Todd; a cambio, le pedía que Estados Unidos reconociera a San Marino como país independiente. Aceptó.
Esa inteligencia social que envidiaría Dale Carnegie les ayudó en la I Guerra Mundial. Las autoridades italianas sospechaban que San Marino albergaba espías austrohúngaros y se preparaban para invadirlo. ¿Qué hizo San Marino? Declaró la guerra a Austria-Hungría. Aunque oficialmente no hay indicios de una acción bélica sanmarinesa, una decena de voluntarios fue a combatir.
En la II Guerra Mundial no la pasaron tan bien. Es verdad que la política de San Marino mimetizaba a la italiana y durante un periodo el partido fascista estuvo gobernando, pero desde un principio se declararon neutrales y recibieron a miles de refugiados de la Línea Gótica (de la cual hablé en su momento). Eso sí, no se salvaron de un bombardeo británico… accidental. En 1944 tuvieron la única batalla de su historia en su territorio: la batalla del Monte Pulito, donde expulsaron a los nazis invasores.
San Marino es la república independiente más pequeña del mundo con 61 km² y tiene una población de un poco más de 33 mil habitantes. Es verdad que la extensión territorial de Nauru, en Oceanía, es 21 km², pero la soberanía sobre sus mares alcanza un poco menos de 450 mil km². Su capital es la ciudad de San Marino, pero la más poblada es La Dogana, en el castello de Serravalle.
Los colores de la bandera sanmarinesa son blanco, que representa la paz, y azul celeste, que representa la libertad. La libertad se ve reflejada también en su lema en latín “LIBERTAS” que aparecen en el escudo. También en el escudo se aprecian tres torres, que representan a las ciudadelas La Guaita, La Cesta y La Montale. Cada torre está arriba de un monte, que son las tres cumbres del Monte Titanio. En italiano tienen el nombre sospechosamente escatológico de Tre Penne.
Es verdad que su economía depende en gran medida de Italia, pero no tienen deuda externa. Hay más coches que habitantes. Su nombre oficial es la Serenísima República de San Marino y eso se refleja en la personalidad de los sanmarineses: tranquilos, pacíficos, afables. No tienen ningún aeropuerto y su único acceso es por el tren que llega desde Rimini, en Emilia Romagna.
San Marino tuvo al primer gobierno comunista democráticamente electo (de 1945 a 1957), pero como nadie molestaba a San Marino y San Marino no molestaba a nadie, lo respetaron. Hay que mencionar que, debido a su neutralidad, hasta 1988 se unieron al Consejo de Europa y hasta 1992 llegaron a la ONU. No ha entrado a la Unión Europea, pero usa el euro como moneda.
San Marino ha sido una parada obligada en los deportes automovilísticos. El Gran Premio de San Marino de Fórmula 1 se corrió de 1981 a 2006, aquí murió la leyenda de Ayrton Senna, pero su autódromo estaba en el pueblo de Imola, en plena Emilia-Romagna; mientras tanto, el autódromo de Rimini ha sido la sede del Gran Premio de San Marino-Rimini de Motociclismo y aquí se han consagrado Valentino Rossi y el español Marc Márquez.
Ahora bien, vamos a la principal razón de la fama de San Marino, y es la que nos interesa: su futbol.
Si se pudiera definir al futbol de San Marino en dos palabras, serían éstas: “goliza asegurada”. San Marino en el futbol es sinónimo de amateur, de golizas, de derrota garantizada. Todo mundo la quiere en su grupo para obtener seis puntos de entrada. Es verdad que la Federación Sanmarinesa de Futbol (Federazione Sanmarinese di Giuoco Calcio, FSGC) nació en un tiempo normal para Europa (1931); sin embargo, su equipo se formó extraoficialmente hasta 1986, cuando disputaron su primer partido contra la selección olímpica de Canadá (derrota 0-1). Hasta 1990 jugó su primer partido oficial (0-4 contra Suiza para las eliminatorias de la Eurocopa Suecia 1992).
Desde entonces, tradicionalmente se ha visto a San Marino como un partido de trámite, donde un empate puede resultar en un despido de tu técnico, donde un primer tiempo sin que te anoten goles ya es una victoria, donde es normal encajar más de tres goles, y donde un gol anotado es celebrado por todo lo alto. En serio, los seleccionados sanmarineses no logran dormir de la emoción por un gol anotado.
Como en la II Guerra Mundial San Marino no logró permanecer 100% neutral, muchos sanmarineses tuvieron que huir a ciudades como Buenos Aires y Detroit. Ahí podría haber jugadores que pudieran reforzar a San Marino, como ha sido el caso de Adolfo Hirsch, argentino; el problema es que la FSGC ha decidido no convocarlos.
San Marino tiene bastantes récords negativos. Para empezar, ha disputado 164 partidos en total; solamente han marcado 24 goles y han concedido 693, una media de 4,23 anotaciones por encuentro. Seis veces ha perdido por marcadores de doble dígito. Su peor derrota es 13-0 contra Alemania en 2006, la peor de toda Europa. Actualmente, ocupan la posición 209 del Ránking FIFA, apenas arriba de Anguila e Islas Cook, que no tiene ránking por no haber jugado partidos oficiales en cuatro años. No le han ganado ni a la selección de El Vaticano (cuya historia ya te conté).
En su historia solamente han empatado cuatro partidos:
Por cierto, ¿San Marino ha logrado ganar? La respuesta es afirmativa. San Marino logró ganarle 1-0 a Liechtenstein en un amistoso en Serravalle el 28 de abril de 2004.
En total, San Marino no ha perdido cinco juegos. Su campaña más exitosa fue precisamente la Eurocopa de Francia 2016. Con el empate frente a Estonia, San Marino dejó de ocupar por un tiempo la última posición del ránking FIFA que compartía con Bután (más adelante hablaré de esta selección, que es una de mis favoritas). Y durante esa eliminatoria logró anotar como visitante por primera vez en 14 años: fue en un partido ante Lituania. Desgraciadamente, un gol al minuto 92 fue un golpe demasiado duro, incluso para una selección acostumbrada a perder.
¿Qué tan vergonzoso es no ganarle a San Marino? Un ejemplo: el empate del 2001 le costó el puesto al seleccionador de Letonia, el inglés Gary Johnson. ¿Otro ejemplo? Veamos una situación que se dio en la eliminatoria de Rusia 2018. Noruega recibía a San Marino y al minuto 53 sucedió esto…
Fíjate la reacción de los comentaristas noruegos:
Eventualmente, Noruega calmaría las aguas y ganaría 4-1, pero el haber concedido un gol como local ante San Marino fue simplemente el punto más bajo en la historia del futbol noruego.
En 2016, Alemania enfrentaría a San Marino en Serrvalle. Aquí, Thomas Müller declaró que no tenía sentido enfrentarse a San Marino, en uno de sus arrebatos comunes con la lengua. Sin embargo, Alemania ganó 8-0, y Müller no logró anotar. En respuesta a ello, el director de Comunicación de la FSGC, Alan Gasperoni, publicó una carta con 10 puntos para pedirle más respeto.
A pesar de ser considerada la peor selección de Europa, San Marino tuvo un récord mundial. Corría el año 1993: Inglaterra visitaba Serravalle, pueblo sede del estadio nacional, para un encuentro de las eliminatorias al mundial de Estados Unidos 1994. Apenas habían transcurrido 8,3 segundos de juego, cuando Davide Gualtieri le anotó un gol nada menos que a David Seaman, icono de la portería inglesa. Evidentemente, Inglaterra terminó dando la vuelta y ganando 7-1, pero esa vergüenza de recibir el entonces gol más rápido de las eliminatorias caló mucho en una de las selecciones más arrogantes con una prensa lista para hacer leña del árbol caído. Ese récord duró hasta el 10 de octubre de 2017, cuando el belga Christian Benteke anotó un gol frente a Gibraltar a los 7 segundos. Aquí está el gol.
Además de Davide Gualtieri, hay otro más destacados. Los aficionados más veteranos recordarán a Massimo Bonini, medio defensivo cumplidor que estuvo siete temporadas en la Juve (1981-1988) y ganó tres scudetti, una copa, una Champions, una Recopa UEFA, una Supercopa y una Copa Intercontinental. Fue parte de una gran camada en el mediocampo de la Vecchia Signora con Marco Tardelli, el polaco Zbigniew Boniek y el francés Michel Platini. La UEFA lo nombró el mejor jugador de la historia de San Marino.
En la actualidad, el jugador que salta más al oído del aficionado es Andy Selva, excéntrico nacido en Roma pero sanmarinés por su madre. Jugó en Padova, SPAL y Verona y es el sanmarinés que ha jugado más partidos en la historia (73) y ha marcado más goles que nadie (ocho), incluyendo el gol de la victoria ante Liechtenstein. Lamentablemente, se retiró en 2016. Un jugador más es Aldo Simoncini, portero de la selección. Para recibir más fusilamientos que nadie en Europa, es un jugador con una valentía ejemplar. Por cierto, Aldo tiene un gemelo, Davide. En un partido en 2010 ante Suecia, ambos marcaron autogol. Es la primera y única vez que un par de gemelos marcan autogol en un mismo partido de selecciones. Además de ellos, vienen pujando Elia Benedittini (Novara, Serie C), Michele Cevoli, Lorenzo Lunadei, Nicola Nanni (Monopoli, Serie C) y Filippo Berardi (Vibonese, Serie C, aunque con paso en la academia del Torino).
No hay que confundir esta selección con el equipo San Marino Calcio, que era un cuadro competitivo en la cuarta división italiana y que servía precisamente como semillero para la selección serenissima. Era el único cuadro de San Marino autorizado para competir en Italia. Desgraciadamente, el 4 de julio de 2019, un equipo llamado AC Cattolica Calcio se fusionó con los directivos de San Marino Calcio y ahora se llama Cattolica San Marino Calcio. Las oficinas están en San Marino, pero ya no juegan en Serravalle, sino en Cattolica, ya en la Emilia-Romagna.
Precisamente hablando de la liga sanmarinesa, su sistema de competencia es único en Europa. En total hay 15 equipos en condiciones semiprofesionales, en el mejor de los casos. Las ganancias, en su mayoría, proceden de las ventas de boletos. Desde 1996, el número de clubes es insuficiente para clasificarlos en divisiones, así que los equipos se dividen en dos grupos. Todos los equipos de cada grupo juegan entre sí una vez. Al final, los cuatro mejores de cada grupo califican al grupo 1, mientras que el resto va al grupo 2. Una vez más, todos los equipos juegan una vez con sus rivales de grupo. Los seis mejores del grupo 1 y el mejor del grupo 2 califican a la liguilla por el título. El invitado restante sale de un repechaje entre el segundo y tercer lugar del grupo 2. Como ningún equipo tiene un campo propio, los cinco campos disponibles (Dogana, Fiorentino, Fonte dell’Olivo, Serravalle B y Domagnano) se asignan por sorteo en cada jornada, y el estadio Olímpico de Serravalle está destinado para las finales de la liguilla. La singularidad de este sistema es tal que todos los 15 clubes han sido por lo menos subcampeón.
Y por la misma situación, la liga sanmarinesa ocupa también el último lugar del ránking de la UEFA. Por ello, los campeones de San Marino deben enfrentarse en una fase preliminar especial en Champions League contra los campeones de Andorra, Kosovo y Gibraltar. Y es que los principales representantes de San Marino –Tre Penne, Tre Fiori, La Fiorita, Folgore y Virtus– por lo general pierden en la primera ronda. Tan sólo por aparecer en rondas previas, la UEFA les da una cantidad simbólica que para la FSGC representa una buena fuente de ingresos. Sin embargo, Tre Fiori relativamente ha traído orgullo a la nación serenísima. En 2012 logró ganar el primer partido de competencias europeas, ante el Shirak (Շիրակ) armenio (1-0), aunque perdió la vuelta 3-1. Seis años después, logró ser el primer club en avanzar de ronda al vencer al Bala Town galés 3-1 en la primera ronda preliminar de la Europa League.
Por cierto, en el futbol femenil, las cosas son opuestas. No hablo de su selección, sino del San Marino Academy. Tras la reorganización de la liga femenil de Italia, la escuadra serenísima quedó en tercera categoría, pero no pasó un año para que regresaran a la Serie B. Y han pisado muy fuerte: precisamente esta temporada ha sido la del regreso de la hija pródiga. Hasta antes del parón, ocupaban el tercer lugar con 32 puntos, a dos de la Lazio y a cuatro del Napoli, pero tienen un partido menos que el cuadro de la capital. Si siguen así con los siete partidos que le restan, es muy probable que se quede con uno de los dos boletos del ascenso a la Serie A.
Tantas derrotas incluso han llegado a ser cuestionadas por su misma gente, preguntándose si vale la pena tener un equipo de futbol. Es verdad que los futbolistas no han logrado ni un empate en su grupo de la división D de la Liga de Naciones. Pero también es verdad que muchos de esos futbolistas de la selección no son profesionales y deben entrenar en la noche después de un día de trabajo normal como contadores, funcionarios públicos, empleados de tiendas, trabajadores en fábricas o hasta barmans, por mencionar algunas profesiones. Algunos de ellos no juegan partidos por no tener el permiso de sus jefes. Como son amateurs, normalmente aguantan 40 minutos y el segundo tiempo se desfondan sin remedio. Muchos de ellos juegan contra de Bruyne, Hazard, Pogba, van Dijk, Sané y Cristiano Ronaldo en videojuegos… y juegan otra vez contra ellos en la vida real y en escenarios como Wembley. No todos los amantes del futbol lo pueden presumir.
Paradójicamente, la resiliencia de San Marino tras tantas derrotas le ha valido mucho apoyo de aficionados a todo el mundo, que han visto un equipo que refleja la pasión del futbol, la valentía, el coraje, la entrega, la fuerza de voluntad, sumados también al apoyo por default que despierta el débil en el terreno de juego. Cada vez que anotan gol, los aficionados celebran a lo largo del mundo y esperan con ansias a que San Marino logre otra victoria. Alguna vez, en una transmisión de un partido contra Países Bajos en Serravalle por ESPN, uno de los comentaristas preguntaba: “¿Qué se sentirá estar en la banca de San Marino?”. Pues no faltan los comentarios de fanáticos donde manifiestan su disposición para nacionalizarse sanmarinés y poder ser parte de ese esfuerzo aun estando en la banca. Por eso
considero a San Marino como la selección fetiche del otro futbol
Esta esencia del futbol amateur y de nunca rendirse por muy adversas que sean las circunstancias es lo que pretende correr a lo largo de las columnas de la sección Geobalón. Nunca estudié Comunicación, Periodismo o Relaciones Internacionales, y hasta ahora no tengo los conocimientos tácticos de mis compañeros de El Nueve y Medio, pero me apasiona poder mostrar el futbol jugado en otros parajes que no tienen tanto glamour. Por eso, la selección serenissima tiene al autor de estas columnas como un fiel aficionado más.
El 22 de febrero de 2017, San Marino se enfrentó a Andorra en el amistoso más importante de su historia. En Serravalle, ambos países tenían la oportunidad de obtener su primer triunfo desde 2004. Al final, Andorra ganó 2-0 y así comenzó el mejor año de su historia. Hablando de Andorra, la liga de este país entre España y Francia ha sonado cada vez más en México porque muchos compatriotas han vivido el sueño europeo en este campeonato. ¿Por qué Andorra es el destino inusual para futbolistas mexicanos? La respuesta te la traigo la siguiente semana.
Un turco llamado Murat Akay revolucionó las redes de España porque hizo una canción apoyando al Osasuna. Según Akay, le rindió homenaje porque su abuelo se enamoró de una navarra. Para corresponderlo, esta chica le puso como condición que se volviera aficionado al conjunto rojillo. Y, como buen turco, resultó el aficionado más apasionado del Osasuna. Él tiene una canción más donde declara su apoyo a la selección de San Marino. Aquí la tienes.
San Marino es una selección tristemente famosa en todo el mundo. En 164 encuentros, solamente tiene cuatro empates y una victoria (ante Liechtenstein en 2004). Siempre ocupa el último lugar de su grupo de eliminatorias. Tiene el récord de la derrota más abultada en Europa (13-0 contra Alemania). Después de 14 años logró anotar como visitante. Eso sí, durante un tiempo tuvo el récord de gol más rápido en unas eliminatorias al mundial. Sus jugadores más famosos son Aldo Simoncini, Andy Selva y Massimo Bonini. Su liga también es la peor de Europa aunque muestra señales de mejoría. Y aunque muchos sanmarineses tienen poca fe en su selección, para muchos fuera de San Marino es la selección fetiche por su resiliencia.
Nos vemos la siguiente semana. Arrivederci!