FUTBOLARGENTINO.COM
·16 de enero de 2024
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El Papu Gómez no está viviendo un buen momento en su carrera futbolística y es que, producto de haber dado positivo en un control antidoping, el mediocampista fue suspendido con dos años sin poder jugar. Y estando en la inactividad, el ex Arsenal tuvo una entrevista donde contó detalles inéditos de lo que vivió con la Selección Argentina en Qatar.
"Era nuestro partido contra Holanda y se jugaba el Brasil-Croacia. Íbamos en el colectivo al estadio, gol de Brasil. OK, Brasil gana fácil; ahora tenemos que ganar nosotros. Sabíamos que contra Brasil era el único partido que podíamos perder, que era el partido. Con los demás teníamos confianza para ganar; pero Brasil, obviamente, es Brasil", contó el Papu en una entrevista con el programa italiano Cronache Di Spogliatoio: "Llegamos al estadio, gol de Croacia. Festejamos. Ya estábamos todos cambiados para el calentamiento... y los penales. Celebramos la tanda que ganó Croacia como si fuera un partido que ganamos nosotros", agregó.
El mediocampista recordó que, por celebrar la derrota de Brasil, Lionel Scaloni se enojó con el grupo: "Scaloni vino y nos insultó. Dijo ‘¿Qué mierda están haciendo? Vamos concentrados pelotudos, tenemos que ir a jugar’. Y estábamos todos abrazados, porque teníamos tanta confianza porque sabíamos que contra Holanda era imposible perder. Sabíamos que fuera de Brasil íbamos más o menos camino a la final", contó el delantero campeón del mundo con la Selección Argentina.
Tras el empate con Francia en los 120 minutos, Papu Gómez contó cómo se vivió los penales: "Les gritábamos a todos ‘Kiricocho’, porque es el grito con el que intentamos traer mala suerte al rival", explicó el argentino al entrevistador.
"Después de la final, fue pura locura. Todos estábamos llorando. Hay una anécdota que me hizo reír mucho: estábamos en el campo y allí estaba Salt Bae, el chef que es famoso por cómo echa la sal. Estaba en el terreno de juego y se había llevado la copa. Y nosotros con nuestra familia estábamos esperando para tomar fotos. ¿Pero qué estaba haciendo allí? Todavía no lo sé. Después nos subimos al avión: 25 horas de viaje. Llegamos a Buenos Aires y nos esperaban 50 mil personas. Al día siguiente eran 5 millones. Al final de la fiesta, tomé un taxi a casa con mi familia. Después de tanto tiempo en el vagón abierto, estaba completamente quemado, no podía ni sentarme", concluyó.
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