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Daniel Cadena Jordan·6 de noviembre de 2019
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Daniel Cadena Jordan·6 de noviembre de 2019
En el debut de Hansi Flick en el banquillo bávaro hubo poco que comentar.
El Bayern München se aseguró el primer cupo en los octavos de final de la Champions League, en un partido que no estuvo a la altura de la distinción. Si bien es cierto que Olympiakos supo complicar a FCB en ambos duelos de la fase de grupos, también lo es que al menos en el compromiso de hoy, se jugó con suma cautela, lo cual fue evidente con cada minuto disputado.
La plantilla nunca estuvo al cien por ciento definida, y algunas piezas siguen siendo necesarias para que el Bayern pueda realmente sentirse completo. Las llegadas de Perisic y Coutinho añadieron y bastante a la profundidad, pero al final fueron recambios hombre por hombre de Robben y Ribéry, es decir, que la situación a efectos de figuras disponibles no ha variado.
¿Cómo no depender de alguien tan confiable como el polaco? Pero el hecho de que sea el único delantero nato disponible en la plantilla será puesto a prueba ahora que deba ser sometido a una operación en la ingle, la cual aún tiene cita por definir. Fiete Arp está de baja, y su fichaje fue hecho pensando en el mañana, no para solventar bajas el día de hoy.
En el invierno será un tema a tratar, puesto que, de complicarse la dolencia del polaco, la temporada podría ponerse aún más cuesta arriba.
No marca desde el 18 de septiembre, y su futuro es algo que él mismo ha dejado sin aclarar. Víctima de un sinnúmero de lesiones a sus 23 años de edad, el francés está frustrado con sus piernas de cristal. Esta temporada parecía ser distinta para el galo, pero a fuerza de golpes y la rotación de Kovac no ha tenido la fortuna que quería.
A efectos del equipo, ello plantea la dura decisión de, si prescindir de él plenamente cortesía del mercado, o seguir apostando por que pueda destrabar sus problemas. Más importante aún: ¿Puede el Bayern darse el lujo de esperar?