ECUAGOL
·6 de septiembre de 2024
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El partido arrancó con un round de estudio y prudencia por parte de los dos equipos que duró quince minutos, acompañado de la intención mutua de salir jugando a ras de piso tanto de El Nacional como de Cumbayá. Todo cambiaría al minuto 14’ cuando Alejandro Cabeza recibió de espaldas en la frontal del área de los leones y con un taquito habilitó a Gabriel Cortez que fusiló a Felipe San Juan con un potente disparo cruzado.
Poco después en una jugada de pelota parada los puros criollos meterían un balón cruzado enviado por Mejía que Thiago Serpa en su intento de rechazar tocó con la mano, provocando un penal. El tiro fue cobrado por Jorge Ordóñez que engañó al portero de Cumbayá y puso la segunda del cotejo al minuto 22. Los jugadores rojos seguirían teniendo acciones provenientes de las bandas que siempre eran culminadas por sus compañeros.
El Nacional continuaría con la progresión de su juego usando a Gabriel Cortez como catalizador de juego y lanzador, aprovechando su precisión en los traslados, de igual forma que la velocidad de los delanteros del bitricampeón que hacía con la zaga rival lo que quería. En la primera parte no hubo tiempo para más luego de varios minutos de arremetidas locales que estaban llenas de peligro.
Ya en la segunda mitad el Director Técnico, Armando Osma introduciría las variantes de Melvin Díaz y Kevin Rivera, para darles descanso a Darwin Suárez y Augusto Magoia, con el fin de darle otra dinámica a los leones que no podían hacer daño a El Nacional. Los dirigidos de Marcelo Zuleta que salió expulsado en la primera mitad no bajaron su rendimiento e incluso se dieron el lujo de salir con la pelota jugada desde su arco.
Al minuto 69 y de forma sorpresiva, Fernando Delgado puso con un gran tiro libre que venció al portero Cabezas de El Nacional y descontaría para Cumbayá. A partir de ahí los visitantes crecerían a tanto en lo anímico como en lo futbolístico, ya que creaban más ocasiones partiendo desde las bandas hacia dentro del área de los militares, que eso sí, sabían defender bien su ventaja mínima.