MuyDeFútbol
·23 de octubre de 2024
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·23 de octubre de 2024
El Real Madrid volvió a ganar, pero jugó mal. O el Real Madrid jugó mal, pero volvió a ganar. Utilicen la narrativa que quieran. Al final, el final de la historia fue el mismo: el equipo de Carlo Ancelotti tiñó el firmamento de la máxima competición europea de blanco.
Una primera parte propia de una pesadilla de la que todo el Santiago Bernabéu quería despertar, con un equipo sin ideas en ataque y frágil en defensa. Once jugadores en el verde sin voluntad, que no repetían esfuerzos y se vieron avasallados por el ‘muro amarillo’. Tácticamente, nulo. A la espera de destellos individuales de sus estrellas para llegar a puerta y que sufría constantemente atrás. Los de Nuri Sahin lograron imponer su guion, en el que tomaron el rol de protagonistas. Donyell Malen y Bynoe-Gittens golpeaban con firmeza a un Real Madrid que naufragaba en aguas europeas.
Kylian Mbappe (Real Madrid) tras el gol de Jamie Bynoe-Gittens (Borussia Dortmund) en el Santiago Bernabéu (Photo by David Ramos/Getty Images)
Una primera mitad muy distinta a los segundos cuarenta y cinco minutos que le sucedieron. En la segunda parte, Los Blancos sufrieron una perfecta metamorfosis. El ADN, la famosa ‘flor del Real Madrid’ o la calidad individual, múltiples opiniones rodean a la tan recurrente épica del club; pero la remontada se consumó gracias a Vinícius Júnior. Un Vinícius que trajo de vuelta la figura de Cristiano Ronaldo en una noche de Champions al feudo blanco. El extremo brasileño golpeó constantemente el ‘muro amarillo’ del Borussia hasta que lo derrumbó.
Antonio Rüdiger (Real Madrid) celebrando el primer gol de Vinícius JR en el Real Madrid – BVB.(Photo by David Ramos/Getty Images)
De esta remontada pueden (y deberían) sacarse diversas conclusiones: un Courtois que volvió a ser gigante bajo palos, un Jude Bellingham que debería ser el principal motor de inyección del equipo pero que no termina de arrancar, y Carlo Ancelotti, quien está probando y ajustando el esquema del equipo pero aún no da con la tecla. Quizás, siendo lo más simplista posible, todo se reduce a un problema de actitud en el vestuario. De momento, ante todo este mar de dudas, Vinícius volvió a ser la estrella que guio al conjunto blanco en la enésima noche mágica del Bernabéu.