Capillas y sacerdotes: Cómo rezar mejora el rendimiento deportivo | OneFootball

“Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios”, rezan los jugadores del Levante UD en su ofrenda floral anual a la Virgen en la Basílica de la Virgen de los Desamparados. Antes de cada temporada piden por que esta los acompañe y les llene el corazón de coraje para afrontar las batallas que les esperan.

- Capilla del Levante UD en el estadio Ciutat de Valencia (@Museo Virtual LUD) -

El vínculo del club con la Virgen de los Desamparados es histórico, como patrona de la ciudad. Dentro del estadio Ciutat de Valencia, y también cerca de los vestuarios para que los jugadores puedan acudir allí a rezar antes de los partidos, se encuentra una capilla y una figura religiosa de la misma respectivamente; y solo ella ha tenido el privilegio de saber cómo respira un futbolista antes de jugar por salvarse del descenso.

Igual que sabrá cómo respira un campeón el sacerdote que acompañó aIllia Topuria en la noche en la que se enfrentó a Max Holloway. Juntos leyeron Jueces 16:28, donde Sansón reza: “Oh mi señor, acuérdate de mí. Oh Dios, te ruego que me fortalezcas una vez más”.

Nadie habla de la presencia de sacerdotes en vestuarios. Y, en una sociedad occidental cada día más laica, seguramente sea una práctica cada vez menos común. Aun así, es una costumbre tan antigua como el deporte y que hoy día todavía conforma el alma de clubes y deportistas.

A resaltar, y hablando de nombres propios,el sacerdote Marcelo Rossi, quien acompañó a la Selección de Brasil en el Mundial de fútbol de 1994, que acabaron ganando. En el ámbito de los clubes nacionales, fue reconocido en Lisboa, en la heroica final de la Champions League de 2014, que el Real Madrid tenía en el vestuario a un sacerdote que rezó junto a ellos antes del inolvidable partido. Y a lo largo de la historia del club han sido varios y diferentes clérigos los que han cumplido este tipo de funciones religiosas. Es popularmente conocido el Padre Pío, que les dio su bendición durante la década de los 50. En el Sevilla FC estuvo el Padre Manolo, en el Atlético de Madrid el Padre Juan Antonio y en el Sporting de Gijón el difunto Padre Fernando Fueye, ayudaron también a generar esa atmósfera de serenidad y unidad.

- Rezar en el vestuario del Athletic Club -

Tampoco podemos pasar por altola emotiva costumbre del Athletic club de Bilbao de rezar el 'Padre nuestro', siempre antes de cada partido. Iker Muniain se reconoció defensor de dicha tradición y admitió no importarle que los chavales que subiesen de la cantera cada año fuesen, en porcentaje, menos creyentes, o que muchos otros compañeros simplemente escuchasen en silencio.

No solo existen evidencias científicas de la existencia de Dios, como bien plasma el libro deJosé Carlos González-Hurtado, sino que también estudios explican cómo la conexión con Dios, mediante la oración, es una herramienta que mejora el rendimiento del atleta.

Según el estudio deDavid Czech (2004), rezar activa el sistema límbico y el córtex prefrontal, áreas cerebrales relacionadas con la regulación emocional y la toma de decisiones. Ya no solo trata del poder de recitar palabras de una sonoridad musical y un poder espiritual incalculable, sino también de la capacidad de las mismas para callar ese discurso repetitivo, negativo, ansioso y estúpido que suele perseguir a cualquier ser viviente antes de un evento estresante para el que ha podido estar toda una vida preparándose.

Los resultados manifestaron un menor nivel de cortisol en los atletas que rezan antes de la práctica deportiva. Lo que significa menor ansiedad y mayor confianza. La oración activa áreas cerebrales vinculadas con la esperanza, la gratitud y la resiliencia; y reduce el miedo al fracaso, conectando con una fuerza superior que guía, protege, ilumina y fortalece. Es tan simple como reconocer que la mejor manera de silenciar al miedo, es con la palabra de Dios.

Mateo 7:7-11:

Desde el Levante UD se planteó empeñar o un embargo de la Virgen de los Desamparados que preside la capilla de su estadio. Fue en 1994, durante algunos de los años más duros del club a nivel económico. Era la última opción, pero siempre estuvo sobre la mesa. Gracias a Dios, aquello nunca sucedió.