Dalebulla.cl
·15 avril 2025
EXCLUSIVO: Nuevos antecedentes revelan que Cristóbal Campos fue víctima de violencia física y psicológica por parte de su ex pareja

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·15 avril 2025
El caso tomó un nuevo giro y pone al ex portero de Universidad de Chile, Cristóbal Campos como victima de Carolina Ili, su ex pareja.
En exclusiva para Dalebulla, accedimos a nuevos antecedentes, los cuales cambian por completo el relato que durante meses circuló en torno al caso del ex arquero azul Cristóbal Campos, denunciado en su momento por violencia intrafamiliar por su ex pareja, Carolina Ili.
La justicia, tras un largo proceso, lo absolvió de toda responsabilidad y sin embargo, hasta ahora no se conocía en profundidad la otra cara de la historia: la del propio Campos como víctima de violencia.
Fuentes cercanas al jugador compartieron detalles que en su momento pasaron por alto, pero que confirman una relación marcada por manipulación, agresiones físicas, desequilibrio emocional y un deterioro psicológico progresivo que fue uno de los factores que afectaron bruscamente a Cristóbal.
Según este testimonio, durante los cinco años de relación, Carolina Ili no estudió ni trabajó, viviendo completamente del sustento económico de Cristóbal. Joyas, viajes, ropa de lujo y un estilo de vida expuesto constantemente en redes sociales fueron financiados por el jugador, quien intentó, en palabras de su entorno, “sostener una relación basada en el respeto, recibiendo a cambio violencia y humillaciones”.
Uno de los episodios más delicados se habría producido en julio de 2024, cuando Campos descubrió una infidelidad en el teléfono de su entonces pareja, mientras se dirigían al centro comercial Plaza Oeste. Tras enfrentarla, fue víctima de una agresión física que incluyó arañazos, una camiseta rota y un fuerte tirón del cuello utilizando la cadena que llevaba. “Él no reaccionó con violencia. Le devolvió el teléfono y se fue”, señala la fuente.
La misma persona sostiene que, a pesar del quiebre, Carolina Ili continuó acosando al jugador desde el extranjero, cuando viajó a Estados Unidos. “No lo dejaba tranquilo. Lo llamaba, lo presionaba emocionalmente. Él estaba destruido”, agregan.
De hecho, en un intento desesperado por impedir que ella volviera a abandonar el país, Cristóbal condujo hacia al aeropuerto, buscándola incluso llamandola por altoparlantes. Esa noche, sin haber dormido y con una carga emocional severa, dejó sus entrenamientos.
A estos hechos se suma un castigo deportivo por una supuesta agresión durante un partido, del cual no hubo pruebas ni testigos, y que lo dejó suspendido por tres fechas. Una sanción que, según su entorno, profundizó su estado depresivo. “Entrenaba como podía, con tratamiento médico, tratando de mantenerse a flote”, relatan.
Además, durante su paso por Universidad de Chile, Cristóbal Campos convivia con una depresión intensa, incluso el propio jugador no conseguía dormir las noches previas a sus partidos, pese a que jugando lograba desconectarse de su realidad.
La información, que forma parte de una denuncia formal ante la justicia, incluye evidencias, testimonios y pruebas que confirmarían que el verdadero agredido fue Campos. Esta versión, hasta ahora desconocida públicamente, expone a un jugador que no solo enfrentó la presión mediática y deportiva, sino también una profunda violencia estructural dentro de su vida personal.