
La Galerna
·28 April 2025
Conclusiones tras la final

La Galerna
·28 April 2025
La final que presenciamos el sábado en la Cartuja fue un duelo de igual a igual. De poder a poder. Dos equipos explotando al máximo todos sus recursos disponibles. Un partido que se decidió finalmente por detalles y errores individuales. Un monumento al fútbol.
El Barça comenzó dominando el partido, con un Real Madrid muy aculado y que sufrió durante los primeros minutos por el juego interior de los azulgranas, con un Ferrán Torres muy inspirado.
A partir del primer cuarto de hora, Ancelotti introdujo un par de ajustes y el Real Madrid cerró sus líneas refugiándose en un Tchouameni inmenso.
El partido del jugador francés es la confirmación de su redención. Su actuación fue una exhibición defensiva, con un 70% de duelos ganados. Desde que tocó fondo en noviembre, recibiendo un toque de atención del Bernabéu, se ha resarcido hasta mostrar su mejor versión desde que llegó al club blanco en 2022.
Sin embargo, cuando mejor estaba el Madrid y daba la sensación de haber estabilizado el partido, un error de atención de Bellingham, dejando la frontal del área libre, terminó con un golazo de Pedri, donde el jugador canario ajustó a la escuadra derecha un disparo inalcanzable para Courtois.
Arda asumió, como ya hiciera en Getafe, el rol de centrocampista organizador, pero esta vez en un contexto mucho más hostil y complicado: una final ante el eterno rival en la que se debía remontar. Cualquiera podría pensar que un jugador con tan poco protagonismo a lo largo de esta temporada se amilanaría y jugaría a no equivocarse. Nada más lejos de la realidad
Pero la segunda parte fue otra historia. La entrada de Mbappé y Arda Güler, la salida de un Rodrygo inexistente, y la presión de los madridistas cortocircuitaron la posesión de un Barcelona que se vio completamente superado. Prueba de ello fue que Flick, viendo cómo había girado el partido, quitó a sus tres centrocampistas uno por uno.
El Madrid consiguió remontar con un gran gol de falta de Mbappé, y un cabezazo de Tchouameni a la salida de un córner botado por Güler.
Y me quiero detener en el centrocampista turco. Su entrada cambió por completo la forma en la que el Madrid atacó. Arda asumió, como ya hiciera en Getafe, el rol de centrocampista organizador, pero esta vez en un contexto mucho más hostil y complicado: una final ante el eterno rival en la que se debía remontar. Cualquiera podría pensar que un jugador con tan poco protagonismo a lo largo de esta temporada se amilanaría y jugaría a no equivocarse. Nada más lejos de la realidad. Arda pidió el balón, organizó la salida de balón, y ordenó al equipo. Quizá si Ancelotti le hubiera dado más minutos esta temporada, asumiendo este papel, podríamos haber visto un equipo mucho más organizado y alegre.
A pesar de haberse puesto por delante, el Madrid no hizo una buena lectura a partir del 1-2, puesto que debió dormir el encuentro y encontrar espacios al contragolpe. Fruto de esta mala lectura, Lamine Yamal filtró un gran pase a Ferrán Torres, quien regateó a un Courtois que estuvo bastante desacertado en esta ocasión, porque se quedó a media salida en una situación en la que Rüdiger había conseguido alcanzar al delantero español.
Respecto a la prórroga, no hay muchos aspectos a analizar, como en la mayoría. Se juegan por jugar. El 3-2 definitivo llegó en un error imperdonable de Brahim alejándose de un balón que debió haber atacado para tocar de nuevo con Modric, o para forzar una falta.
En clave madridista, la final dejó varias lecturas.
Este equipo podía haber dado mucho más de sí durante esta temporada. Jugadores como Arda Güler o Endrick deberían haber jugado muchos más minutos porque poseían y poseen una serie de características que hubieran ayudado bastante a un equipo carente de la figura de un organizador y de un delantero centro clásico.
Jude Bellingham está firmando una temporada bastante gris comparada al nivel al que sabemos que puede rendir. Y ese nivel se vio reflejado en la exhibición que dio en la segunda parte. El británico fue el mejor jugador del campo. Regaló un gol a Vinicius, partió al Barcelona en conducción, ganó el 81% de duelos terrestres y fue el primer defensa en la presión que tantos problemas le causó al equipo de Flick.
Esta exhibición de Jude contrasta con un partido muy decepcionante de Vinicius. En sintonía con su temporada. Realmente sus números son buenos (20 goles y 14 asistencias), pero si profundizamos en su desempeño en partidos clave, que solían ser la especialidad del brasileño, nos encontramos un rendimiento muy por debajo de lo que se espera de un jugador de su categoría. Desconozco si las recientes informaciones acerca de su renovación están afectando a su rendimiento, o si hay otros factores que no conozcamos influyéndole, pero debe resetear y reencontrarse con su mejor versión, porque el Real Madrid le va a necesitar, tanto a corto como a largo plazo.
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